Un experto en Rusia advierte del plan de Putin para crear una "guerra infinita"

Un experto en Rusia advierte del plan de Putin para crear una "guerra infinita"

"Moscú se está embarcando en una importante reforma del régimen fiscal, una medida que no se había visto en casi un cuarto de siglo", indica. 

Vladimir Putin, el pasado 7 de junio, en el foro económico de San Petersburgo.Getty Images

Alexander Kolyandr es investigador del Centro de Análisis de Políticas Europeas y un gran experto en la economía y la política rusas. Este antiguo periodista del Wall Street Journal y banquero del Credit Suisse, ucraniano residente en Londres, tiene una de las miradas más completas sobre la el ataque de Moscú a Kiev, por lo poliédrico de su mirada. Ahora, ha escrito un análisis en The Spectator en la que explica cómo planea Vladimir Putin financiar una guerra "eterna" en Ucrania. Muy nuevo y revelador. 

Según expone, la costosa guerra del mandatario ruso en el país vecino "ha transformado a Rusia", ya que ha obligado al país a ponerse en pie de guerra para apoyarla. Ahora, yendo "un paso más allá", Rusia "se está embarcando en una importante reforma del régimen fiscal, una medida que no se había visto en casi un cuarto de siglo". La reestructuración fiscal permitirá al Kremlin "priorizar aún más el gasto militar mientras intenta mantener su invasión".

En los primeros años del Gobierno de Putin, dice en analista, Rusia buscó atraer una gran cantidad de inversión extranjera, aumentar el número de pequeñas y medianas empresas, hacer crecer la clase media y alentarlas a gastar. Como resultado, en la década de 2000, las inversiones privadas se dirigieron al comercio, los servicios y la producción de bienes de consumo, no sólo al petróleo y los metales. "Un código tributario simplificado con impuestos más fáciles para los trabajadores por cuenta propia y un impuesto fijo sobre la renta del 13% ayudó a los rusos a alcanzar un nivel de riqueza y consumo sin precedentes", recuerda.

"Pero todo eso ha cambiado ahora", constata. La guerra en Ucrania lleva más de dos años y no se vislumbra un final. "El Kremlin necesita el dinero para financiar el gasto en defensa, que asciende a alrededor del 6% este año, frente al 3% en promedio en tiempos de paz", indica. Moscú también necesita "incentivar la inversión en la producción nacional de maquinaria y tecnología, en lugar de limitarse al comercio y los servicios".

Pero primero el Kremlin necesita equilibrar las cuentas. Durante los últimos 20 años, Putin ha dicho repetidamente que los gastos militares descontrolados trastornaron a la Unión Soviética. "No quiere que eso suceda durante su mandato; necesita mantener el presupuesto del país en equilibrio", indica Kolyandr.

Según este análisis, el presupuesto de 2023 estuvo equilibrado gracias a varios impuestos excepcionales a los exportadores de materias primas. También ayudó el gasto del Fondo Nacional de Riqueza, creado para cubrir las brechas en las finanzas estatales en los años de escasez con los impuestos al petróleo recaudados durante los años de abundancia. Como resultado, el déficit para 2023 se situó en el 1,9% del PIB (todo un logro para un país en guerra y bajo sanciones); en 2024 se espera que se reduzca a sólo el 1,1%. Los proyectos de presupuesto para 2025 y 2026, que se presentaron en el otoño de 2023, también han estado perfectamente equilibrados, ayudados por mayores ingresos petroleros y una disminución del gasto gubernamental, incluido el de defensa, que se redujo en un tercio desde 2024.

"Pero esos presupuestos en realidad no han estado equilibrados. ¿Por qué? Porque las cifras en las que se basa el Ministerio de Hacienda no son realistas. Las proyecciones presupuestarias se basan en suposiciones inestables sobre unos ingresos petroleros saludables y un gasto decreciente. Los ingresos petroleros de Rusia no crecerán, mientras que los costos de venta de petróleo en los que incurre Rusia están aumentando, debido a la presión de las sanciones", indica. Está pasando ya, porque aunque Moscú ha reforzado mercados amigos, como China o India, en esos países también hay miedo a acabar con sanciones por cooperar con Putin.  

"Esto se traduce en menores ingresos para las arcas estatales por cada barril vendido. Por otro lado, sin victorias gloriosas, el Kremlin no puede recortar el gasto en defensa sin correr el riesgo de una desaceleración económica, por no hablar de una derrota militar", ahonda.

"La única manera de resolver el agujero negro en las finanzas de Rusia es aumentar los impuestos", resuelve el análisis. El Ministerio de Finanzas espera recaudar 2,6 billones de rublos adicionales (26.000 millones de euros) en 2025, el primer año del nuevo régimen fiscal. Si las actuales estimaciones de crecimiento se mantienen, los ingresos adicionales serían de alrededor del 1,4% del PIB en 2025. Se espera que una cuarta parte provenga de mayores impuestos sobre la renta para los ricos; las empresas aportarán el resto".

El primer cambio es el del impuesto sobre la renta. Durante dos décadas, los rusos han pagado un impuesto sobre la renta del 13%. Esto será reemplazado por una escala progresiva del impuesto a la renta. Para salarios de hasta 2,4 millones de rublos (20.600 libras esterlinas, o alrededor de 37.000 libras esterlinas si se tiene en cuenta la paridad del poder adquisitivo (PPA), el impuesto sobre la renta seguirá siendo del 13%. "Todas las ganancias por encima de ese umbral se gravarán a tasas incrementales, desde el 15% hasta el 22", augura.

"No habrá un umbral personal libre de impuestos. En cambio, el gobierno ofrece una devolución de los impuestos pagados por familias de bajos ingresos con dos o más hijos, reduciendo su impuesto sobre la renta real al 6%", añade.

El Ministerio de Finanzas promete que sólo el 3,2% de los contribuyentes enfrentarán un impuesto a los altos ingresos una vez que entren en vigor las reformas. Por lo tanto, los ricos pagarán más y los pobres pagarán menos. "Al menos ese es el mensaje del Kremlin", dice el experto, que no lo ve muy claro porque, "en realidad, el número de contribuyentes afectados será mayor debido a la inflación".

No existe, incide, "ningún plan para indexar los umbrales impositivos", lo que significa que el número de personas que enfrentan facturas tributarias más altas "aumentará incluso si los ingresos reales siguen siendo los mismos". "Los súper ricos, sin embargo, saldrán airosos ya que el impuesto a las ganancias de capital, incluido el impuesto a las inversiones, no cambiará. En Rusia, los ingresos más altos se basan principalmente en los rendimientos de las inversiones, más que en los salarios. Como tal, la mayoría de los rusos más ricos no se verán afectados por el nuevo impuesto, que grava los salarios en lugar de los ingresos en general", pronostica.

Sin embargo, hay una parte de este nuevo régimen fiscal que el Kremlin se ha esforzado por mantener "en silencio". La forma en que se redistribuye este impuesto sobre la renta recaudado también está a punto de cambiar: "todos los impuestos adicionales recaudados de los más favorecidos no se gastarán a nivel local, como solía ser el caso". En cambio, "se enviará al Gobierno central para que lo gaste como mejor le parezca. En otras palabras, todo el impuesto sobre la renta extra recaudado irá a parar a las arcas del Kremlin para financiar la guerra en Ucrania".

A las arcas de guerra de Putin, junto con los impuestos personales adicionales, también se sumarán impuestos corporativos más altos, señala el Spectator. El impuesto sobre la renta de las sociedades aumentará del 20 al 25%. Desde el punto de vista de los ingresos, este "es el cambio más importante que está introduciendo el Kremlin: el Ministerio de Finanzas ha pronosticado que generará 1,6 billones de rublos (16.500 millones de euros) el próximo año".

El aumento del impuesto sobre la renta de las empresas reducirá las ganancias de las empresas en una media del 6,3%. Aunque existen exenciones fiscales cuando se gasta dinero en investigación científica y desarrollo de tecnología propia, ya sea civil, militar o de doble uso, éstas –por definición– se aplican sólo a un pequeño número de empresas. "Es poco probable que el sector del comercio y los servicios (el grueso de las medianas empresas en Rusia) se beneficie, ya que no tiene ni el dinero ni la necesidad de gastar en ciencia o en nuevas tecnologías costosas", además.

Las pequeñas y medianas empresas que antes estaban exentas del IVA, ahora tendrán que pagar este impuesto con ingresos superiores a 60 millones de rublos. El Estado también recaudará más dinero de los productores de metales y fertilizantes mediante un aumento del impuesto a la extracción de minerales, calcula.

En los últimos dos años, el régimen ruso se ha convertido en el principal gastador y el principal inversor del país. Al cambiar estos impuestos corporativos y aumentar los impuestos a los mejor pagados, está tratando de desviar el gasto hacia la industria y la manufactura, lejos del comercio y los servicios. "La primera gran reforma fiscal de Putin en 20 años es un paso más hacia una guerra eterna en Ucrania", concluye.

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