Un experto en defensa alerta de que Putin ha creado la mayor amenaza desde la Segunda Guerra Mundial
La guerra en Ucrania y las ambiciones de Moscú obligan a Europa a reforzar sus defensas y estar en alerta.
El analista de defensa británico, Nicholas Drummono, ha lanzado en el Daily Express una dura advertencia sobre las ambiciones territoriales de Vladimir Putin respecto a la guerra en Ucrania, que él considera la mayor amenaza a la estabilidad global desde la Segunda Guerra Mundial. Drummond, exoficial de la Guardia Galesa y asesor en la industria de defensa, apunta que el conflicto ha llegado a un punto crítico y que los movimientos que ha hecho Putin podrían desencadenar una peligrosa escalada en Europa y más allá.
Para Drummond, la estrategia de Putin se basa en utilizar la “coerción nuclear” como carta para ganar terreno. Aunque el Kremlin argumenta que la expansión de la OTAN ha sido una amenaza para Rusia, Drummond explica que los países exsoviéticos se acercaron a la alianza para protegerse precisamente de una Rusia cada vez más agresiva. Desde Chechenia hasta la anexión de Crimea, el Kremlin ha dado muestras de su interés en reestablecer una esfera de influencia similar a la soviética en Europa.
La tensión nuclear en el horizonte
Uno de los puntos más críticos que plantea Drummond es el papel que juega el arsenal nuclear ruso como herramienta de intimidación. A medida que el conflicto en Ucrania se estanca, el temor de que Putin opte por medidas extremas sigue presente, especialmente si percibe que su posición está en riesgo. Para Drummond, Occidente debe medir cuidadosamente el apoyo a Ucrania, ya que ofrecerle la fuerza suficiente para una victoria definitiva podría escalar el conflicto hacia una respuesta nuclear.
Además, advierte de que permitir que Putin salga vencedor en sus términos sería un error de graves consecuencias. Cualquier acuerdo que legitime la ocupación rusa abriría la puerta a un peligroso precedente, enviando el mensaje de que la agresión territorial da frutos. Para Drummond, una “victoria” para Putin también podría dar alas a China en sus aspiraciones sobre Taiwán y fortalecer la influencia rusa en África y Oriente Medio.
Europa, en la encrucijada de la defensa
Drummond también destaca que si el apoyo de EE.UU. disminuye, como Trump ha insinuado en el pasado, Europa deberá aumentar significativamente su inversión en defensa. Aunque Trump exigió en su primer mandato que los países de la OTAN llegaran al 2% del PIB en gastos militares, Drummond advierte que ahora podría ser necesario un 4%, una cifra difícil de alcanzar para varios países europeos. Esta inversión sería esencial si EE.UU. decide concentrar sus esfuerzos en el Pacífico, dejando a Europa la responsabilidad de su propia seguridad.
Para Drummond, la amenaza de Putin es un recordatorio de que Europa no puede permitirse una postura pasiva. La falta de una respuesta firme podría poner en peligro la estabilidad en el continente y dejar a las futuras generaciones con el riesgo de enfrentarse a una nueva guerra a gran escala.