Un español se adentra en el corazón de la guerra contra Rusia y se topa con una nueva industria oscura
Se trata de un turismo peligroso, pero cada vez más en auge.
Alberto Blasco Ventas, tiene 23 años y observa el puente ucraniano de Irpin, destruido en 2022 para frenar a las tropas rusas. El lugar es ahora una atracción para turistas que visitan el país "en busca de emociones fuertes", tal y como recoge la agencia AFP.
"Es mi primera vez en una zona de guerra", afirma emocionado el ingeniero español, en declaraciones recogidas por AFP y citadas por RFI.
Actualmente una decena de empresas ofrecen este tipo de viajes en Ucrania y en otros países de riesgo elevado, como Afganistán. Es lo que se ha denominado como el fenómeno del "turismo oscuro"..
En el caso de Blasco, antes de dar el paso tuvo que enfrentarse al 'no' de sus familiares y amigos, que no veían con buenos ojos que viajara hasta una zona de tan alto riesgo. Pero siguió adelante y, después de Irpin, visitó un cementerio de vehículos calcinados y luego Borodianka, ciudad conocida internacionalmente por quedar completamente devastada al poco de empezar la invasión rusa.
Blasco se autodenimina "influencer" y en su cuenta va narrando lo que ve, como el "hospital psiquiátrico más horrible" de Estados Unidos o "la frontera más peligrosa", informa RFI.