Un conductor de tren saluda en dos idiomas y se desata una crisis nacional
En pleno corazón de la Unión Europea.
Conflicto lingüístico en Bruselas, la capital de Bélgica. Según recoge el portal italiano Today, tuvo lugar un importante choque social derivado de una discusión surgida de un sencillo saludo. Tal y como se recoge en la citada información, el regulador lingüístico del país abrió una investigación después de que un viajero de habla flamenca protestara contra el uso del saludo "bonjour".
Este es 'buenos días', en francés. Así era la fórmula que empleaba un conductor de tren para saludar a los pasajeros que subían al vagón de un tren que partió de Malinas, Flandes, a la capital comunitaria.
Ocurrió el pasado mes de octubre. El empleado iba recibiendo con un "goeiemorgen, bonjour", a todos los que iban pasando. Se trata de una fórmula cordial, primero un "buenos días" en flamenco y, luego, en francés -lenguas cooficiales-.
Se trataba de Ilyass Alba, el conductor de tren francófono, quien después explicó en Facebook que ese uso de ambos saludos no gustó a un flamenco que lo regañó diciéndole: "¡Aún no estamos en Bruselas, sólo tienes que usar holandés!".
Protección lingüística
En este sentido, y según el mencionado artículo, para proteger su lengua, en Flandes se ha establecido la obligación para los funcionarios públicos de hablar flamenco, cuestión similar a lo que ocurre en España en la administración pública vasca, catalana, gallega o valenciana. En el caso belga, un empleado municipal por ejemplo, aunque sea capaz de hablar francés, tiene prohibido hacerlo con los ciudadanos en el mostrador.
En este sentido, esa norma sería la misma para un revisor o conductor de tren aunque respetar esta norma es mucho más complicado en un tren que circula entre varias regiones y en el que viajan personas de diferentes orígenes. Y esa es la verdadera clave de este conflicto legal.
Así, el ministro de Transportes y ecologista francófono, defendió al conductor del tren esgrimiendo que en un país pequeño como Bélgica se cruzan continuamente las fronteras regionales y que los controladores deberían dar prioridad a dar "una bienvenida de calidad".