Ucrania va en busca del arma más letal de Rusia
La ofensiva ucraniana en Kursk coincide con una notable disminución de los ataques en los que se usa este armamento.
El Ejército de Ucrania, centrado en el desarrollo de la operación militar en la región rusa de Kursk, que ha puesto en jaque a las Fuerzas Armadas de Putin, ha intensificado sus ataques contra bases aéreas rusas en un intento por neutralizar una de las armas más devastadoras de Moscú: las bombas planeadoras, que en los últimos meses han causado estragos en suelo ucraniano. Los últimos ataques con drones, precisamente, se han dirigido a cuatro aeródromos militares en las regiones rusas de Vorónezh, Kursk y Nizhni Nóvgorod, según fuentes consultadas por la agencia Reuters.
El principal objetivo de estos ataques del ejército ucraniano, tal y como explica la revista Newsweek, es el de destruir los almacenes de combustible; debilitar la capacidad rusa de defensa con la destrucción de su arsenal de armas aéreas, además de acabar con las bases aéreas en las que se guardan los cazas avanzados Su-34 y Su-35, responsables del lanzamiento de los misiles y bombas planeadoras que, hasta ahora, han permitido a Rusia mantener la presión sobre el frente oriental. De hecho, Ucrania aseguraba esta semana que había logrado derribar uno de estos aviones militares cuando volaban sobre la región de Kursk, un golpe significativo para las fuerzas aéreas rusas.
Los ataques con drones, que según Moscú involucraron un total de 117 vehículos aéreos no tripulados, fueron interceptados en su mayoría por las defensas aéreas rusas. Sin embargo, la ofensiva ucraniana parece haber tenido su efecto en lo que respecta al uso de las bombas planeadoras por parte de Rusia. Según el gobernador de Járkov, desde que se inició la ofensiva militar en Kursk, el número se ha reducido considerablemente.
"A diferencia de Rusia, Ucrania no necesita territorios ajenos. Ucrania no está interesada en apoderarse del territorio de la región de Kursk, pero queremos proteger la vida de nuestro pueblo", aseguraba hace cinco días el portavoz del Ministerio Asuntos Exteriores, Gueorgui Tiji, quien explicó que este verano, solo en la región de Sumi, el ejército ruso ha atacado más de 2.000 veces desde la región de Kursk con bombas planeadoras, artillería, cohetes, morteros.
"Para protegernos de este terror, aún no se han adoptado decisiones adecuadas en las que insistimos. De ahí que sea necesario que las Fuerzas Armadas liberen estas zonas fronterizas de los contingentes militares rusos que atacan a Ucrania o dan cobertura al terrorismo contra los ucranianos", subrayó, en alusión a que Ucrania aún no ha recibido la autorización de sus socios occidentales para poder hacer uso contra la retaguardia de Rusia del armamento de largo alcance.