El devastador terremoto en Turquía y Siria deja más de 4.300 muertos y casi 19.000 heridos
Un segundo temblor de magnitud 7,6 vuelve a sacudir la tierra en plenas tareas de rescate. El Gobierno turco declara "el nivel más alto de alarma", que implica la solicitud de ayuda internacional. La alerta por tsunami que se declaró en la costa de Italia se revoca una hora más tarde.
La serie de terremotos —cuyo magnitud máxima registró un 7,7 en la escala de Richter— que ha sacudido el sureste de Turquía, parte de Siria y se ha llegado a notar en países vecinos este lunes, se ha cobrado la vida ya de más de 4.300 personas y cerca de 19.000 heridos, según la suma de los datos aportados por el Gobierno de Ankara y funcionarios de Salud de Siria.
No obstante, mientras se estaban realizando las tareas de rescate en ambos países, un segundo terremoto ha golpeado el sureste de Turquía, que ya se había visto arrasado ya por el primer sismo de esta madrugada de fuerza similar y con decenas de réplicas. El epicentro de este nuevo temblor, que ha alcanzado una magnitud de 7,6 en la escala de Richter, se halla en Elbistan, en la provincia de Kahramanmaras, unos 80 kilómetros al norte del primero, que tuvo lugar a las 1:17 horas (GMT) de este lunes.
Las autoridades turcas han solicitado ayuda internacional urgente ante esta crisis, "el mayor desastre desde el terremoto de 1939", que dejó más de 30.000 muertos, en palabras del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, desplazado a la zona. "Nuestro Estado ha adoptado medidas con todas las instituciones desde que tuvo lugar el terremoto y nuestras provincias han movilizado todas sus capacidades", ha dicho, antes de señalar que más de 9.000 trabajadores trabajan en las operaciones de búsqueda y rescate.
Los datos de Siria, teniendo en cuenta que las consecuencias afectan a una zona de mayoría rebelde y donde no domina el régimen de Damasco, llegan con cuentagotas y se esperan mucho peores. Según la última actualización, van ya 1.293 muertos y 3.500 heridos. Entre ellos, se contabilizan 593 fallecidos y más de un millar de heridos en zonas en manos de Damasco en las provincias noroccidentales de Tartus, Latakia, Hama y Alepo, según la agencia oficial de noticias SANA.
Por otro lado, en la provincia noroccidental de Idlib, el último bastión opositor del país, y en otras partes de la vecina Alepo que también se escapan al control de Damasco se han contabilizado otras 700 víctimas mortales y más de 2.000 heridos, de acuerdo con el grupo de rescatistas Cascos Blancos.
El símbolo de la destrucción: un castillo romano de 1.700 años
Uno de los símbolos de la enorme destrucción del sismo es el histórico castillo romano de Gaziantep, que llevaba en pie más de 1.700 años y que ha sido arrasado por el temblor. Los aeropuertos de Gaziantep, Kahramanmaras y Hatay se han cerrado de momento, con los dos primeros ya afectados por las nevadas provocadas por una ola de frío que en los últimos días se extiende por el sur de Anatolia.
En la ciudad de Adana, en la costa mediterránea, se ha derrumbado por completo un edificio de 14 pisos, y sucesos similares se registran en Diyarbakir, ciudad situada 250 kilómetros al este del epicentro del temblor.
Las fuertes nevadas en Malatya, una ciudad situada a una altitud de mil metros, dificultan las tareas de rescate y agravan las condiciones de personas atrapadas y de quienes se han puesto a salvo en el exterior. Según su gobernador, Hulusi Sahin, al menos 130 edificios quedaron destruidos en esa provincia, dejando un centenar de heridos y tres muertos. El ministro del Interior turco, Suleyman Soylu, anunció que las autoridades turcas han emitido el grado 4 del estado de alarma, lo que incluye la solicitud de ayuda internacional.
Un terremoto que golpea a una Siria dividida
En Siria, inmersa en más de una década de guerra civil, la zona afectada se divide entre el territorio controlado por el gobierno y el último enclave del país controlado por la oposición, que está rodeado por fuerzas gubernamentales respaldadas por Rusia.
Así, el seísmo ha dejado al menos 1.293 muertos y 3.500 heridos, en su mayoría en zonas controladas por el Gobierno del presidente, Bachar al Asad, donde se han contabilizado hasta el momento 593 fallecidos y más de 1.000 heridos, según el último recuento ofrecido por la agencia oficial de noticias SANA.
Por otro lado, en la provincia noroccidental de Idlib, el último bastión opositor del país, y en partes de la vecina Alepo que también se escapan al control de Damasco se han registrado otras 700 víctimas mortales y más de 2.000 heridos adicionales, de acuerdo con el grupo de rescatistas Cascos Blancos.
Estas zonas opositoras son fronterizas con Turquía y se encuentran más cerca del epicentro, por lo que la diferencia en el balance podría deberse a su menor capacidad de coordinar el recuento al no haber única autoridad gubernamental a cargo de las operaciones de rescate.
El terremoto más fuerte en Siria desde que hay registros
Un portavoz del Ministerio de Sanidad de Siria ha destacado que el balance, que es provisional, incluye víctimas de varias ciudades como la capital, Alepo, en el norte del país; Hama, a 140 kilómetros hacia el sur de la capital; o Latakia, en el oeste, según ha podido saber la agencia de noticias Sana.
Además, se ha implementado un plan general de emergencia y abastecimiento en los lugares afectados, mientras que se han enviado equipos médicos, incluidas ambulancias y clínicas móviles, de varias regiones. Las autoridades del país han señalado que hay varias decenas de edificios residenciales, ubicados en varios barrios, que se han derrumbado como consecuencia de los seísmos.
El presidente de Siria, Bashar al Assad, ha presidido una reunión de emergencia del Consejo de Ministros para discutir los daños del terremoto. Por otro lado, el director general del Centro Nacional Sísmico, Raed Ahmed, ha explicado a Sana que este terremoto es "el más fuerte" desde 1995, cuando se instaló la red nacional de monitoreo sísmico.
Con todo, el Ministerio de Defensa del país ha anunciado la movilización de todas sus unidades, formaciones e instituciones en todas las gobernaciones para brindar ayuda inmediata y asistencia urgente a las personas afectadas.
La zona afectada se extiende sobre más de 500 kilómetros
El terremoto principal de esta madrugada sucedió a las 01.17 GMT, con una magnitud de 7,4, a una profundidad de unos 18 kilómetros en la provincia de Kahramanmaras, situada al sureste de Turquía. Le siguieron fuertes réplicas, que afectaron las provincias de Gaziantep, Kahramanmaras, Adiyaman, Sanliurfa, Malatya, Kilis, Diyarbakir y Hatay.
La zona afectada se extiende sobre más de 500 kilómetros en el sur de Anatolia, donde se registran esta noche temperaturas bajo cero y nevadas, lo que dificulta las condiciones de quienes pernoctan ahora al aire libre. Los seísmos se sintieron también en el norte de Siria, en Líbano, Israel y Georgia.
Se trata del mayor terremoto registrado en Turquía desde el ocurrido en 1999 en Izmit (7,6), que causó miles de muertos, algo mayor que el de Van en 2011 (7,2) que causó 600 muertos y el de Esmirna en 2020 (7,0) que causó 115 muertos.
El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, ha transmitido sus "mejores deseos" a todos los ciudadanos que se han "visto afectados por el terremoto (...) y que se ha sentido en muchas partes" del país. "También coordinamos las obras iniciadas después del terremoto. Esperamos superar este desastre juntos lo antes posible y con el menor daño posible, y continuamos con nuestro trabajo", ha indicado en su perfil de Twitter.
Yildirim Kurt, un agricultor radicado cerca de Kahramanmaras, explicó a EFE por teléfono que la gente de la zona "está en pánico". "Nos despertamos con un fuerte seísmo. Nuestra casa no se derrumbó pero todo lo que está dentro de la casa se ha caído al suelo", dijo.
"La casa de nuestros vecinos se ha derrumbado. Tenemos un problema con las comunicaciones. Estamos todos fuera, al aire libre. Pude hablar con familiares en poblados cercanos. Dicen que allí se han derrumbado muchos edificios", señaló Kurt.