El terremoto, la última plaga para Alepo e Idlib, donde aún se resiste contra el régimen de Assad
La zona alberga a unos cuatro millones de personas desplazadas de otras partes de Siria, en un bastión que aún está en manos rebeldes, contrarias a Damasco.
Los Cascos Blancos, el principal grupo de rescatistas en las áreas opositoras del noroeste de Siria, han declarado un "estado de emergencia" en la zona debido a la "destrucción generalizada" causada por un terremoto de entre 7,4 y 7,8 grados con epicentro en el sureste de Turquía, que ha cruzado al país vecino.
"Los Cascos Blancos han declarado un estado de emergencia en el noroeste de Siria tras un catastrófico terremoto que ha causado destrucción, devastación, y el derrumbe de edificios y zonas residenciales. El seísmo ha causado cientos de heridos y decenas de muertos", dijo la organización en un comunicado.
Las autoridades de Salud han comunicado que al menos 237 personas han muerto y más de 630 han resultado heridas después de que se haya registrado el terremoto; la mayoría de las víctimas se agrupan en las provincias de Hama, Alepo y Latakia, donde numerosos edificios se derrumbaron.
En el lado sirio de la frontera, el sismo ha arrasado regiones controladas por la oposición que están llenas de unos cuatro millones de personas desplazadas de otras partes de Siria, por la larga guerra civil del país, iniciada en 2011. Muchos de ellos viven en condiciones decrépitas, con escasa atención médica de rutina, peor aún ante una emergencia. Los equipos de rescate dijeron que los hospitales de la zona se llenaron rápidamente de heridos.
La provincia noroccidental de Idlib es considerada el último bastión opositor en Siria y está dominada principalmente por el Organismo de Liberación del Levante, una alianza islamista en la que se incluye la exfilial siria de Al Qaeda, antiguamente denonimada Frente al Nusra. En Idlib y partes del norte de la vecina Alepo que también se escapan al control del Gobierno del presidente sirio, Bachar al Asad, residen 4,6 millones de personas, casi 3 millones de ellas desplazadas por el conflicto armado iniciado en 2011 en país árabe.
A la falta de infraestructuras de basa, a raíz de los múltiples ataques de Siria y sus aliados rusos en estos años, se suma el mal tiempo y la nieve, que complicarán la llegada de ayuda humanitaria. No se sabe qué daño habrán sufrido los centros de llegada y distribución de esas ayuda, como aeropuertos.
“Tememos que las muertes sean de cientos”, afirmó Muheeb Qaddour, un médico, por teléfono a AP desde la ciudad de Atmeh, refiriéndose a toda el área controlada por los rebeldes. Raed Salah, jefe de los Cascos Blancos, la organización de emergencia en las áreas de la oposición, dijo que vecindarios enteros colapsaron en algunas áreas.
La organización de rescatistas, que operan exclusivamente en zonas del país controladas por la oposición, aseguraron que están trabajando a su "máxima capacidad" para rescatar a las víctimas y apelaron a todos los actores presentes en la zona a unir fuerzas para responder al desastre.
Asimismo, el grupo llamó a la comunidad internacional a garantizar que las fuerzas gubernamentales sirias y de su aliada Rusia eviten atacar las regiones afectadas por el seísmo, que además registran estos días bajas temperaturas y condiciones meteorológicas adversas, según la nota.
La organización de voluntarios todavía no ha ofrecido un balance de víctimas concreto para la provincia de Idlib, el último bastión opositor en el noroeste de Siria, y las áreas de la vecina Alepo que escapan al control de Damasco.
Sin embargo, el Gobierno del presidente sirio, Bachar al Assad, ha contabilizado al menos 237 muertos y 639 heridos en las zonas que controla de provincias adyacentes, de acuerdo con la agencia oficial de noticias siria SANA.
Aunque Rusia, aliada de Al Asad, y Turquía, valedora de la oposición siria, acordaron un alto en fuego en Idlib en marzo de 2020, la región sigue siendo objetivo de bombardeos rusos y ataques de artillería de las tropas gubernamentales con relativa frecuencia.
Por ello, los Cascos Blancos han instado a la comunidad internacional a garantizar que ambos actores eviten atacar las zonas de Idlib y Alepo afectadas por el temblor, que además registran estos días bajas temperaturas y condiciones meteorológicas adversas, agravando la situación.