Los sindicatos quieren "parar" Francia: primeros bloqueos de carreteras y refinerías por la huelga
El país vecino espera hoy las protestas más masivas desde que comenzaron las movilizaciones contra la reforma de las pensiones del Gobierno galo.
Los sindicatos quieren "paralizar Francia" este martes en su mayor envite hasta ahora para intentar frenar el proyecto de reforma de las pensiones del Gobierno, con el objetivo de que las huelgas y protestas sean hoy mayores que las realizadas hasta ahora. Ya se están produciendo los primeros cortes de carreteras y bloqueos de refinerías.
Las centrales sindicales aspiran a que una masiva protesta popular fuerce al Ejecutivo a dar marcha atrás, igual que lograron en 1995 con una enorme movilización contra la reforma del Gobierno del conservador Alain Juppé, que tenía mayoría absoluta en el Parlamento.
La huelga ya comenzó el viernes, en realidad, con una reducción de la producción de electricidad, mientras que algunos camioneros comenzaron a bloquear algunas carreteras ayer lunes y el paro en los ferrocarriles ya dio inicio en la tarde pasada, debido a la organización de los turnos.
Respecto a los otros paros que ha habido en enero y febrero, esta vez habrá muchos más trenes y vuelos suspendidos. El transporte público de la región parisina también se verá más afectado.
"Los más perjudicados por las huelgas serán los franceses más modestos", afirmó la primera ministra, Élisabeth Borne, en una entrevista televisiva la pasada noche, en la que recalcó que una eventual paralización del país será "mala para los ciudadanos".
Los sindicatos han convocado manifestaciones por todo el país y, como de costumbre, la mayor será la de París. En total, la policía anticipa entre 1,1 y 1,4 millones los participantes en las protestas.
Las primeras consecuencias
Los huelguistas bloqueaban desde primera hora la salida de carburantes en todas las refinerías de Francia, así como la circulación en vías de acceso de algunas ciudades. "El objetivo es que el Gobierno retire su proyecto de reforma", repitió el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martínez, en una entrevista esta mañana a la emisora France Info, en la que hizo hincapié en que con esta sexta jornada de protestas se ha entrado en "una nueva fase".
Martínez, líder de la segunda central del país, subrayó que el lema común de todos los sindicatos en esta nueva fase que se abre hoy es "paralizar el país". Eso significa -precisó- perturbaciones en los transportes, en la electricidad, en el gas, en la recogida de basuras pero también "huelgas en el sector privado".
Los paros se están haciendo notar mucho en el transporte público. La SNCF ha tenido que anular de media el 80 % de los trenes de alta velocidad (TGV) y prácticamente todos los otros trenes convencionales de largo recorrido.
En las líneas internacionales, no hay ningún servicio en el corredor París-Barcelona ni en las líneas entre Francia y Alemania; sólo un tren de ida y vuelta en los enlaces con Italia, y un 20 % de los habituales en las conexiones con Suiza.
Funcionan dos tercios de los Eurostar con Londres y también dos tercios de los Thalys que van de París a Bruselas. En los cercanías de París, dependiendo de las líneas entre un tercio y una quinta parte de los convoyes habituales. En el metro de la capital sólo hay servicio normal en las dos líneas automáticas, la 1 y la 14. Las otras apenas están a medio gas y sólo en horas punta.
En el transporte aéreo, la huelga de controladores ha obligado a la supresión del 20 % de los vuelos en Charles de Gaulle y del 30 % en el otro aeropuerto de París, así como en los de Beauvais, Burdeos, Lille, Lyon, Nantes, Marsella, Montpellier, Niza y Toulouse.
Por qué protestan
Los puntos más conflictivos de la reforma son el aumento de la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años, que entraría en vigor en 2030, y el adelantamiento a 2027 del alargamiento del período de cotización para tener la pensión máxima, de 42 a 43 años, hasta ahora previsto para 2035.
Todas las encuestas de los últimos meses muestran un rechazo muy mayoritario a la reforma (un 68 %, según un sondeo de Ifop publicado el domingo) y un apoyo a los sindicatos en sus planes para continuar las huelgas más allá del martes (un 56 %, según otro sondeo de Elabe hecho público el lunes).
Sin embargo, el Gobierno se mantiene firme, con el argumento de que si no hay reforma el sistema tendrá un déficit anual de 12.500 millones de euros en 2030, y espera aprobar este mismo mes el proyecto, que está siendo tramitado en las dos cámaras del Parlamento por procedimiento de urgencia.
Lo que está por venir
Preguntado sobre la prolongación de los paros el miércoles y los días siguientes, el sindicalista Martínez precisó que no es él quien decide, sino los trabajadores de cada empresa. Pero al mismo tiempo constató que eso ya se ha votado por ejemplo en la compañía ferroviaria SNCF, en la energía o en los puertos.
Sobre todo, hizo hincapié en que la responsabilidad es del Gobierno que "provoca el movimiento social" al hacer oídos sordos al "91 % de los trabajadores, que dicen que no es una buena reforma".