Putin responde con rabia a la gira europea de Zelenski y vuelve a rozar los límites (y la diplomacia) de la OTAN
Kiev denuncia el lanzamiento de hasta 70 misiles y que al menos uno de ellos habría violado el espacio aéreo de Rumanía, pero Bucarest niega unos hechos que hubieran cambiado la guerra de raíz.
Acción-reacción, una constante en la guerra que enfila ya su primer aniversario. En el día 351 de conflicto, Ucrania se ha levantado entre los ecos de la celebrada y multitudinaria gira europea de Volodimir Zelenski y el de los misiles que ha desplegado Putin en una respuesta tan inmediata como previsible. En los 351 días que lleva el conflicto, el Kremlin ha reaccionado siempre a los avances internacionales ucranianos con más fuego.
Esta vez, el pulso ruso ha estado al límite de tocar territorio OTAN, un hecho que hubiera reventado la situación de la guerra actual. No ha sido el caso por "35 kilómetros", como ha detallado Rumanía, el país cuya frontera vuelve a estar amenazada por las bombas moscovitas.
Ha sido en uno de los 70 proyectiles que Ucrania ha denunciado recibir en una oleada de ataques contra Kiev, Járkov, Zaporiyia y numerosas infraestructuras críticas y militares. Del total Zelenski afirma haber derribado "60", si bien también ha admitido víctimas mortales y severos daños en los suministros energéticos en varias partes del país.
Pero durante varias horas, el foco ha estado en la OTAN, en la antesala del esperado recrudecimiento de los combates por parte Rusia y a la espera del suministro de armas y tanques que Occidente ha prometido a Ucrania.
Lo que dice Ucrania
Kiev afirma que de los misiles enviados por Moscú al menos uno ha sobrevolado el espacio aéreo de Moldavia y Rumanía. Esto último hubiera sido especialmente grave porque el país es miembro de la OTAN y la violación de sus cielos supondría la activación del temido artículo 5 de la alianza atlántica, la de la defensa común del resto de miembros.
No será el caso, por mucho que insista el Ejecutivo ucraniano. Zelenski ha aseverado que los misiles rusos son "un desafío para la OTAN", una retórica similar a la empleada en noviembre, cuando los restos de un misil de procedencia rusa cayeron del lado de la frontera polaca y causaron dos muertos.
Entonces, tanto Polonia como el resto de miembros OTAN corrieron para negar cualquier responsabilidad rusa y hablaron de los restos de un proyectil repelido por Ucrania. Hoy ni siquiera ha hecho falta la intervención de la plana mayor de la alianza atlántica.
Lo que dice Rumania (y lo que dice Moldavia, aunque no es país OTAN)
Taampoco se ha tenido que activar ninguna cláusula de intervención OTAN. El Gobierno de Bucarest ha reaccionado rápido negando la mayor en la supuesta violación rusa de su espacio aéreo. Por un escaso margen de "35 kilómetros", las armas de Moscú no han tocado Rumanía, ha apuntado el Ministerio de Defensa.
Este departamento ha reconocido que se "aplicaron todos los procedimientos estándar desde el momento en el que se detectó el disparo hasta que la situación se aclaró totalmente". También, que dos MiG-21 de la Fuerza Aérea bajo mando de la OTAN que estaban realizando un vuelo de prueba fueron "redirigidos" al área para "reforzar las opciones de reacción".
Falsa alarma, relativamente. "Unos dos minutos después de que la situación se aclarara, los dos aviones retomaron su misión original", añadía Defensa.
Lo que sí está confirmado es que la trayectoria del misil ha atravesado el cielo de Moldavia, frontera con Rumania y Ucrania... y un objetivo no oculto de Putin, en especial la región prorrusa de Transnistria. Esta vez, confirma el Ejecutivo del país, el objeto ha cruzado "la localidad de Mocra, en la región separatista de Transnistria y, posteriormente, Cosauți, en el distrito de Soroca "rumbo a Ucrania".
Ubicación de Cosauti, en el norte de Moldavia, frontera con Ucrania y no lejos de Rumanía
Llueve sobre mojado en la zona, que ya registró incluso el impacto de cohetes errados por parte de Moscú... Al no ser miembro OTAN, el asunto ha quedado en una protesta formal de la diplomacia moldava.
Rusia, en su relato
La diplomacia liderada por el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha negado haber violado espacio OTAN pero ha aprovechado una intervención para renovar sus habituales amenazas a la parte occidental. "No puede haber dudas al respecto, pondremos fin de modo fiable la amenaza a la seguridad nacional proveniente desde Occidente".
Sin referirse directamente a la oleada de ataques a primera hora de la mañana, Lavrov se ha limitado a apuntar que "el Ejército y la Armada de Rusia enfrentaron dignamente el reto" y que "el servicio diplomático continúa haciendo todo lo necesario para fortalecer la soberanía nacional, por neutralizar los retos externos lejos de nuestras fronteras".
"Quisiéramos subrayar una vez más que las acusaciones o amenazas ante las decisiones que tomamos para garantizar nuestros vitales intereses nacionales jamás incidieron y no incidirán en lo que hagamos", dijo.
Lavrov señaló que el aislamiento de Rusia del resto del mundo "es el fruto de una imaginación prolífera", al señalar que por el contrario han quedado aislados los que "violan burdamente la Carta de la ONU, que agredieron criminalmente a Yugoslavia, Irak, Libia, quienes se mancharon con los sangrientos crímenes del colonialismo".
"Y por supuesto, están profundamente aislados los que anualmente votan en contra o abstienen respecto a la resolución (presentada por Rusia) de la Asamblea General de la ONU sobre el enaltecimiento del nazismo", añadió, en referencia al apoyo internacional al Gobierno de Zelenski.
Cazas, tanques y la entrada en la UE... Ucrania sigue esperando
La gira europea de Zelenski ha servido para fotografiar la cercanía entre Bruselas y Reino Unido con Ucrania, entre proclamas de unidad y el trasfondo de la potencial membresía del país del este en la Unión Europea. Las buenas palabras están todas dichas, desde Kiev y desde la capital belga, pero de momento las acciones van para largo. La entrada de Ucrania en el bloque comunitario no se resolverá en el corto plazo, como le remarcaron Von der Leyen y Michel al mandatario en su reciente viaje a Kiev.
Algo antes, tampoco demasiado para desesperación ucrania, comenzarán a llegar los esperados y bien publicitados tanques Leopard-2 alemanes y Abrams M-1 estadounidenses, que siguen en su proceso de actualización y preparación para su futura entrada en combate. Los plazos, inicialmente se hablaba de "meses", llevan a pensar en la primavera, en una incorporación escalonada de los blindados de última generación al frente.
No hay, por contra, novedades en el otro frente que Zelenski y su entorno habían abierto: los cazas. Alemania fue la primera en pronunciar un 'no' rotundo, mientras el resto de aliados descartan dar ese paso. Algo más ambiguo fue el primer ministro británico, que abrió una puerta a la esperanza con su "no hay nada fuera de la mesa" de debate.
351 días después, en el frente militar y en el diplomático todo apunta a que la guerra va para largo.