Rusia se niega a la ayuda y pone en riesgo los mares con sus viejos barcos

Rusia se niega a la ayuda y pone en riesgo los mares con sus viejos barcos

El creciente uso de petroleros antiguos en la ruta del crudo ruso pone en peligro las costas europeas.

Imagen de archivo de un petrolero ruso.REUTERS/Vassilis Triandafyllou

Los petroleros que transportan crudo ruso a través de los peligrosos estrechos daneses están rechazando, cada vez más, la asistencia de pilotos expertos que sepan navegar en esas aguas, lo que aumenta considerablemente el peligro de se produzca un derrame de petróleo delante de las costas de Dinamarca. Según datos recopilados por Bloomberg y Danwatch, el 20% de los llamados "petroleros de la flota oscura" rechazaron los servicios de los pilotos locales en los últimos tres meses. Hace un año, la cifra se situaba en el 4%. 

Estos estrechos, donde cada día transitan ferries y tráfico marítimo diverso, son difíciles de navegar debido a sus bancos de arena, fuertes corrientes y la variación en la profundidad del agua. La Organización Marítima Internacional (IMO) recomienda el uso de pilotos para evitar derrames, una práctica que ha sido común durante décadas. 

Sin embargo, con las sanciones occidentales que limitan el acceso de Moscú a buques más modernos, Rusia depende cada vez más de una flota de embarcaciones más antiguas, mal mantenidas y con propietarios no declarados que, además, representan la mayor parte del transporte de crudo ruso. Estos son las embarcaciones que están rechazando la ayuda de pilotos expertos locales.

Desde principios de 2023, casi 1.200 petroleros que transportan crudo ruso han salido del Mar Báltico, y la proporción de barcos de la “flota sombra” ha ido en aumento. En los tres meses previos a julio, seis de cada diez envíos se realizaron en estos buques, en comparación con cuatro de cada diez en el primer trimestre del año. De estos, uno de cada cinco rechazó los servicios de pilotos daneses, frente a uno de cada 20 el año anterior, según los datos obtenidos por Danwatch.

Impotencia regulatoria

La negativa a utilizar pilotos especializados es otro ejemplo de la impotencia de Dinamarca y la Unión Europea para afrontar esta amenaza ambiental. El ministro de Transporte danés ha advertido que el uso de estos barcos antiguos y mal equipados, combinado con la falta de conocimiento local, incrementa considerablemente el riesgo de accidentes en la delicada vía marítima, donde un error en la navegación podría tener consecuencias devastadoras para el ecosistema marino.

Los estrechos daneses están regulados por un tratado de libertad de navegación que data de 1857, lo que hace que el uso de pilotos sea voluntario, aunque recomendado por las autoridades locales y la IMO. El coste de contratar a un piloto, que ronda los 70.000 coronas danesas (unos 10.000 dólares), podría ser uno de los motivos que provocan este rechazo. 

El estrecho de Gran Belt, que conecta el Mar Báltico con el Mar del Norte, es particularmente peligroso. Los petroleros rusos, que suelen navegar a una profundidad de entre 14 y 15 metros, deben hacer giros de hasta 40 grados en menos de un kilómetro para evitar aguas poco profundas, lo que deja muy poco margen de error.