Rusia se arrepiente de su plan con India
Moscú se enfrenta a un nuevo problema de difícil solución que puede hacer tambalear la estabilidad de sus relaciones internacionales.
Putin se enfrenta a un nuevo problema. Al enorme desembolso que está exigiendo la guerra, junto a las incontables sanciones interpuestas por Occidente, sumado a los problemas derivados como el famoso "gasto secreto", se le suma ahora un nuevo hándicap: los negocios con la India.
Una vez entraron en vigor las sanciones desde Occidente como respuesta a la invasión ucraniana, Rusia tuvo que adaptarse a las circunstancias y abrirse a nuevos mercados con países que, si bien ya eran aliados económicos, ahora lo tendrían que ser mucho más. En este escenario, China o India se convirtieron en las principales esperanzas rusas, pero con el segundo de ellos hay un pequeño problema: su moneda oficial, la rupia.
En los últimos tiempos se está instalando una idea común en muchos países contrarios al monopolio estadounidense, ejemplificado en el dólar. Países como Rusia, China y la propia India, buscan alcanzar el mismo peso que representa el dólar a nivel mundial pero con sus monedas, es decir, que el rublo, el yuan o la rupia puedan suponer una alternativa real a la hora de acometer transacciones a nivel mundial. Este proceso se ha ido acelerando en los últimos años debido a la inestabilidad, cada vez mayor, a nivel global.
El papel de la India
En esta misión, la India ha buscado internacionalizar la rupia, algo que ha intentado con Moscú, aprovechando la situación de debilidad rusa al quedarse sin uno de sus principales compradores de petróleo y gas natural: Occidente, como consecuencia de las sanciones interpuestas.
En este punto, India, que ya importaba productos rusos antes de dichas sanciones, ahora, por el bien de Moscú, tenía que dar un paso más allá y convertirse en uno de su más fieles clientes. Algo que así ha ocurrido: en solo cuatro meses, el petróleo ruso pasó de representar el 1% de las compras indias a suponer casi el 18%, lo que supone más de un millón de barriles diarios. Pero para este negocio, India puso una condición.
La postura de India fue clara: las transacciones tenían que hacerse en rupias, su moneda oficial, algo que Rusia, que se encontraba si su principal fuente de ingresos y "expulsado" del sistema SWIFT, se vio obligado a aceptar. Una decisión que a día de hoy está suponiendo un verdadero quebradero de cabeza a Rusia y un problema económico muy serio.
La decisión más importante
Según los datos, el gasto en compras por parte de Nueva Dheli ha aumentado en un años desde los 866 millones de dólares a los 2.768 millones en febrero de 2023, las de Rusia han sido casi 15 veces menos, según informó el MInisterio de Comercio indio. Esto se ha traducido en un gran déficit comercial indio, y la acumulación de "miles de millones de rupias en bancos indios", de los que Moscú no puede hacer uso como consecuencia de las sanciones internaciones, según alertó su ministro de Asuntos Exteriores, Lavrov.
Los datos apuntan a que Rusi apodría tener acumulados 3.284.000 millones de rupias (unos 40.000 millones de dólares), según Reuters. Todos estos factores están haciendo que Rusia se replantee seriamente su acuerdo comercial con India y en particular, su apuesta por la rupia.
"No queremos impulsar más la liquidación en rupias, ese mecanismo no funciona", fuero las declaraciones de fuentes anónimas gubernamentales sobre la posición que Rusia debe tomar a partir de ahora, ya que se encuentra en una encrucijada de difícil solución: si rompe el acuerdo, perderá a un socio 'de garantías' pero si lo continúa, seguirá 'obteniendo' rupias a las que no puede dar salida ni uso.