Rusia amenaza a Reino Unido por ceder el arma que puede cambiar la guerra
El portavoz del Kremlin, Peskov, se ha mostrado contundente.
No se ha hecho esperar. La respuesta rusa era cuestión de horas y así ha sido. Tras la confirmación de Reino Unido acerca del envío de misiles de largo alcance a Kiev, ya ha encontrado contestación por la parte rusa.
Los conocidos Storm Shadow, que llegarán a tierras ucranianas en los próximos días, cuentan con un alcance medio de unos 250 kilómetros, algo que supondrá una inyección de aire fresco a nivel armamentístico para las tropas ucranianas, al poder atacar desde posiciones lejanas y poder dañar las cadenas de suministro rusas.
Este anuncio, ratificado por Rishi Sunak, corresponde a la promesa que contrajo el primer ministro británico con Zelenski durante su visita a Kiev en el mes de febrero.
Decisión comprometida
Reino Unido se ha convertido en el primer país que accede al envío de estos misiles, tan demandados por Ucrania desde hace meses. Se trata de una decisión muy polémica que ni siquiera EE.UU. se ha atrevido a adoptar por las posibles consecuencias que esto podría acarrear en el conflicto.
El propio Biden, durante una reunión que mantuvo con Zelenski en Washington el pasado año, le negó la petición sobre los ATACMS, misiles tierra-aire que cuentan con un alcance de 205 kilómetros, superiores a los enviados por Reino Unido.
Moscú amenaza: "Tendrá una respuesta adecuada"
Ante la decisión del Reino Unido, Moscú se ha pronunciado a través del portavoz de Presidencia, Dmitri Peskov, que calificó la noticia de "extremadamente negativa" y que exigiría "una respuesta adecuada de nuestros militares, que, naturalmente, desde un punto de vista militar, encontrarán las soluciones correspondientes".
Según informaciones aparecidas en la prensa británica, Ucrania utilizará los misiles -de los que se desconoce cuántas unidades se enviarán y que han costado unos tres millones de euros-, para atacar Crimea.
Por su parte, el coronel Segei Khatylev, antiguo jefe de la defensa antiaérea del Ejército ruso, ha asegurado que las defensas antimisiles que poseen sus tropas podrán acabar con los aviones ucranianos que porten los misiles: “Será más fácil apuntar a los aviones que a los propios misiles. Son un objetivo difícil desde el punto de vista de la rapidez con la que se pueden localizar”.