Quién es Claudia Sheinbaum, la que será primera mujer presidenta de México
La candidata de Morena, el partido del actual mandatario, López Obrador, ha arrasado con su perfil social y serio. Es una científica de renombre internacional y ha sido una aplaudida alcaldesa de México DF.
Claudia Sheinbaum Pardo. Ella será la primera mujer presidenta de México en sus más de 200 años de historia. Ha ganado por goleada las elecciones celebradas ayer, con entre un 58,3 % y un 60,7 % de los votos, frente al 26,6 % a 28,6 % de su principal rival, Xóchitl Gálvez. La primera, la representante del gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena), del actual mandatario, Andrés Manuel López Obrador. La segunda, del bloque opositor. Hay continuidad, por tanto.
Sheinbaum, de izquierdas pero sin el populismo de su antecesor, nació en Ciudad de México, el 24 de junio de 1962. Tiene 61 años. Esta mujer seria, reservada pero en absoluto distante, se ha labrado una imponente carrera científica antes de coronarse en política. Nació en el seno de una familia judía de clase media acomodada, ilustrada, hija de un químico y una bióloga que ya participaron en el gran movimiento estudiantil de 1968. En su casa la ideología progresista estuvo siempre presente.
Buena estudiante, se licenció en Físicas en la Universidad Nacional de México y se doctoró en Ingeniería de la Energía. Ya dejó huella: en 1995 fue la primera mujer en ingresar a dicho doctorado. Ya entonces se comprometió también con plataformas en defensa de los derechos de los estudiantes. Completó su formación en Estados Unidos y a su regreso trabajó en su universidad y como asesora en comités estatales de su ramo.
Se fue especializando en emisiones contaminantes hasta formar parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (el mítico IPCC), en el tema de energía e industria. Era parte del equipo cuando en 2007 recibió el Premio Nobel de la Paz.
El salto a la política le llegó unos años antes, aún en un plano muy técnico. Se cuenta que López Obrador, entonces al mando del DF, le preguntó si podría hacer algo contra la contaminación en la capital, de nueve millones de habitantes. Ella contestó: "Con un equipo". Y desde entonces, el tándem Sheinbaum-AMLO ha estado trabajando junto, más de dos décadas. Ella asumió la Secretaría de Medio Ambiente del Distrito Federal, reduciendo emisiones, impulsando el transporte público y mejorando el uso de la energía solar.
Dejó el cargo para acompañar a López Obrador en sus tres peleas por la presidencia hasta que ella misma peleó y ganó su propio cargo electo: en julio de 2018 se convirtió en la primera mujer jefa de gobierno de la Ciudad de México, tras ganar la elección con el 47,08 % (16 puntos por encima de su contrincante).
En su mandato, las políticas se centraron en el medio ambiente, sin olvidar a las comunidades indígenas, un hecho que acentúa ahora, visto el origen de la otra gran aspirante presidencial. La movilidad, la educación y la gestión de la pandemia de covid-19 fueron centrales en su gestión. Tuvo polémicas: un desplome en un colegio con 26 muertos o el colapso del metro en 2021, pero cerró su etapa tras cuatro años y medio con la popularidad alta, dispuesta a ir a por más.
Ahora, su plan "es poner en primer lugar a la población más rezagada y hacer efectivo el derecho a la protección de la salud, que hasta la fecha no se ha logrado cumplir", dice su web. Las energías renovables, en las que México ha retrocedido sensiblemente, son una de sus apuestas clave.
Que haya estado buena parte de su carrera con AMLO no significa que sea su marioneta. Es uno de los mensajes que más se repiten en esta precampaña, cuando desde la oposición se la llama constantemente "la favorita" o "la hija". "Si fuera un hombre, no usarían esos términos", se duele. Los contrarios le recuerdan que no censuró al mandatario cuando gestionó mal el coronavirus. En 2019 lanzó, por ejemplo, una alerta de género en la ciudad, con una línea de teléfono especial y más de 700 kilómetros de senderos "camina libre, camina segura".
"Es una mujer honesta, con principios, con ideales, muy preparada, mucho muy preparada, y con experiencia porque ha ocupado cargos importantes y fue jefa de Gobierno en la Ciudad de México, pero sobre todo es una mujer con convicciones, con principios, honesta. Entonces, puedo estar tranquilo", enfatiza, ante ellos, el propio presidente.
Sheinbaum cuida una imagen de rigor, de contención, de científica trabajadora, perfeccionista y atenta. Frente al ciclón que es Gálvez -ahora hablaremos de ella- puede resultar apocada, pero que no se desmelene no quiere decir que sea sosa o no transmita. Habitualmente vestida con coloridos bordados nacionales y con su carismática coleta, no se corta si tiene que cantar en campaña, una de sus aficiones, junto a tocar la guitarra, leer y correr. Perruna, muy futbolera (de los Pumas).
En lo personal, tiene una historia alejada del clásico de familia tradicional. Se casó con el académico Carlos Imaz, que sería además fundador del Partido de la Revolución Democrática (hoy en el bloque opositor). Él venía de un primer matrimonio y aportaba un hijo, Rodrigo, a quien ella cuenta como propio sin ser biológico y que le ha dado su primer nieto. Con Imaz tendría a su hija Mariana. Tras separarse en 2016, el pasado invierno anunció su compromiso con Jesús María Tarriba, antiguo compañero de la universidad. Puede haber presidencia y boda en 2024.