Putin desempolva su arsenal "apocalíptico" y prohibido
Un tratado difunto de 1987 entre Estados Unidos y la Unión Soviética prohibía el uso de este tipo de misiles terrestres.
El 8 de diciembre de 1987 se firmó en Washington D.C. el Tratado INF (Intermediate-Range Nuclear Forces) mediante el cual Estados Unidos y la antigua Unión Soviética se comprometieron a eliminar los misiles balísticos y de crucero nucleares o convencionales, cuyo rango de alcance se situase en torno a los 500 y 5.500 kilómetros, de medio y corto alcance que estuviesen instalados en bases militares de Europa Occidental y Europa Oriental.
Sin embargo, el 1 de febrero de 2019, Estados Unidos decidió abandonar el acuerdo alegando incumplimientos por parte de Rusia. Al día siguiente, Rusia anunció su marcha del acuerdo. Finalmente, Estados Unidos se retiró formalmente el 2 de agosto de 2019.
Décadas después de poner fin al tratado y con motivo del conflicto entre Rusia y Ucrania, el país liderado por Vladímir Putin, ha anunciado que empezará a producir misiles terrestres de alcance intermedio, tras considerar que existe una amenaza para la integridad territorial de Rusia y para su soberanía. Además, ordenó a sus fuerzas armas llevar a cabo simulacros en el campo de batalla con armas nucleares junto a Bielorrusia en mayo, al poco tiempo de que Putin renovara su mandato, según destacó el medio 'Daily Mail'.
Cabe destacar que su país alberga el mayor número de ojivas nucleares, con cerca de 5.889 registradas en 2023, según cifras de 'National Geographic'. En la lista le siguen Estados Unidos y China. Se estima, que en su conjunto, Rusia y Estados Unidos concentran, casi el 88% de las armas nucleares del mundo. Además, ambas potencias cuentan con una tríada nuclear de misiles balísticos intercontinentales terrestres, submarinos armados con misiles balísticos intercontinentales y bombarderos de largo alcance.
La apuesta de Rusia por mejorar la tríada
Desde que Putin llegó al poder en el año 2000, no ha dejado de modernizar su arsenal nuclear, lo que ha llevado a Estados Unidos a unirse a la carrera y a mejorar también sus propias fuerzas.
Actualmente, Rusia ha actualizado sus fuerzas de misiles estratégicos con misiles balísticos intercontinentales móviles Yars, ha desplegado misiles balísticos intercontinentales Sarmat pesados, conocidos como "Satan II" en Occidente y ha encargado para su Armada siete nuevos submarinos de propulsión atómica de la clase Borei, junto con cinco más que planean construir.
También reanudará la construcción del supersónico Tu-60, que se frenó tras el colapso soviético, con la intención de construir nuevos aviones equipados con nuevos motores y mejoras. En total, Estados Unidos calcula que Rusia puede albergar entre 1.000 y 2.000 armas nucleares no estratégicas, o tácticas, que pretende utilizar en el campo de batalla.
La disuasión nuclear
Estados Unidos y Rusia han estado defendiendo la disuasión nuclear, bajo la premisa de la destrucción mutua asegurada, que formuló John von Neumann, basada en la suposición de que una posible destrucción del mundo disuadiría a cualquiera de las dos partes de realizar un posible ataque. Sin embargo, en 2020, Rusia adoptó una doctrina que permitía el uso de tales armas, alegando una posible amenaza a la "existencia misma del Estado ruso". Y afirmó que ante un ataque convencional, aunque provenga de un estado no nuclear, si el país cuenta con el apoyo de una potencia nuclear, se tomará en cuenta como un ataque conjunto contra Rusia.
Dichas amenazas se unen a la advertencia de que como se permita a Ucrania que utilice armas occidentales de largo alcance, la OTAN entrará en guerra también con su país. Además, en el caso de que se realice un ataque aéreo masivo contra Rusia, el país también preverá el posible uso de armas.
Uno de los principales objetivos de estas medidas es evitar que Occidente no intervenga. Hearther Williams, directora del Proyecto sobre Asuntos Nucleares del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, afirmó que estos cambios muestran que Rusia "está redoblando su estrategia de depender de las armas nucleares con fines coercitivos" en el conflicto con Ucrania.
Tratado New START
El 8 de abril de 2010 Estados Unidos y Rusia firmaron el Tratado de Reducción de Armas Estrategicas (Strategic Armas Reduction Treatry), que entró en vigor el 5 de febrero de 2011. Este tratado reemplazó a los antiguos START I y START II, firmados en 1991 y 1993, y al Tratado de Reducciones Ofensivas Estratégicas (SORT), firmado en 2002.
Recogía dos obligaciones principales: la limitación del número de ojivas nucleares a 1.550, con un plazo de siete años para poder cumplirlo, del número de medios de lanzamiento a 800, que se reducen a 700 en el caso de que estén desplegados y listos para usar, y la inclusión de medidas de verificación para el cumplimiento del Tratado, que incluía la realización de visitas anuales a las instalaciones nucleares de cada potencia.
Sin embargo, en febrero de 2023, Putin suspendió su participación en este acuerdo, aunque prometió que seguiría respetándolo. Sergei Ryabkov, viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, afirmó que su país estaría dispuesto a comenzar a realizar pruebas nucleares en el caso de que Estados Unidos lo hiciera primero.