Putin da una lección de obediencia con la iglesia

Putin da una lección de obediencia con la iglesia

El silencio del que era el segundo sacerdote más poderoso de Rusia sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania provocó su expulsión del país. Ahora, el religioso tendrá que volver tras ser llamado a "consultas" después de una campaña difamatoria sobre él.

El presidente ruso Vladimir Putin habla durante el Presidium del Consejo de Estado en el Palacio del Senado del Kremlin, el 25 de septiembre de 2024, en Moscú, Rusia.getty images

Hilarión, un teólogo de 58 años con doctorado en Oxford, fue enviado hace un tiempo hacia Hungría, donde la comunidad ortodoxa rusa es bastante reducida, tras una larga campaña de desprestigio provocada por su rechazo a la invasión rusa de Ucrania, en lo que parece ser una advertencia de Putin a sus disidentes. 

No tuvo la misma mala suerte el patriarca Kirill, líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa, cuyo apoyo a Putin le ha servido para evitar la misma tragedia que Hilarión, anteriormente conocido como Grigory Alfeyev. 

Conocido por su pasión por la música y querido en su país y mundialmente, Hilarión logró con tan solo 44 años convertirse en el equivalente ruso de un cardenal y jefe del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Externas de su iglesia, lo que le llevó a ser el segundo sacerdote más poderoso de Rusia. De hecho, en el año 2022, ya en Hungría, recibió una visita del Papa en lo que se consideró como una reprimenda a Putin, y que no sentó muy bien en el Kremlin. 

Un aviso del Kremlin a los disidentes

Cuando comenzó el conflicto, el religioso Kirill describió la guerra como una "Guerra Santa", justificando la actitud colonialista del Kremlin y alabando a sus soldados. Sin embargo, no pasó lo mismo con Hilarión, quien se negó a elogiar la guerra iniciada por Putin, siendo incluso despedido por la Universidad de Friburgo por no condenar el conflicto.

Su silencio, sumado al apoyo internacional que parecía recibir, provocó que se creará una campaña difamatoria contra este, dirigida por Rusia. Así, un clérigo japonés-ruso, llamado Georgy Suzuki, que trabajó durante un tiempo con Hilarión, denunció que el obispo había participado en un caso de acoso sexual y malversado dinero, e incluso, según informó el medio de comunicación ruso 'Novaya Gazeta Europe' , supuestamente partió a Japón con las pertenencias de Hilarión, que incluían dinero y objetos de valor. 

También se llevó consigo varias grabaciones, videos y fotografías en las que supuestamente se apreciaba a Hilarión de vacaciones con oligarcas rusos y funcionarios húngaros. La madre del japonés también participó en la historia, afirmando que Hilarión le contactó con una oferta económica que era "un testimonio de sincero arrepentimiento por todos los errores cometidos". 

Para los sacerdotes de la Iglesia Ortodoxa Rusa de Hungría se trata de una campaña de difamación y confían en la inocencia de Hilarión. "Hemos conocido al metropolitano Hilarión durante muchos años, ha sido obvio que aquí entre nosotros hay un obispo con el único objetivo de servir a la gloria de Dios", promulgó uno de ellos en un comunicado, añadiendo que "el silencio es criminal sobre todo para los sacerdotes nombraos por Dios para dar testimonio de la verdad y cerrar la boca a los locos... Después de haber leído el testimonio, que no causa más que repugnancia, vemos que este criminal tiene cómplices que buscan desprestigiar a nuestro santo". 

Actualmente Hilarión se encuentra de camino a Rusia, ya que ha sido llamado a "consultas" con el religioso Kirill para ser interrogado sobre las declaraciones del japonés. Cabe destacar que a los clérigos no se les permite decir que no a las órdenes de sus superiores, por lo que negarse a ello solo hubiese generado más cargos en su contra.