Portugal alerta por la plaga que surge en España de una avispa más peligrosa que la asiática
La 'Vespa soror' ya fue identificada en Siero (Asturias) en 2022.
En un momento en el que la práctica totalidad de la cornisa cantábrica ya puede asegurar que sabe lo que es hacer frente a una de las mayores amenazas de la agricultura española, tras más de una década de lucha contra la avispa asiática (Vespa velutina), y de que esta especie invasora colonizase nuevos puntos del país, los apicultores de Portugal han dado otra voz de alarma. También, por desgracia, conocida en el norte de España.
Como ya ocurrió a comienzos de la década de 2010 con las velutinas, la aparición de un nuevo insecto con gran potencial destructivo fue identificada en el norte, esta vez concretamente, en una trampa instalada en la parroquia de Granda, en el concejo de Siero. Era la primera vez que era la Vespa soror era localizada en Europa, según recogió La Voz de Asturias. La avispa o, mejor dicho, avispón tailandés o vietnamita.
Apenas fueron unos cuantos ejemplares, pero que comparados con las primeras avispas llegadas del gigante asiático, no suponen un problema añadido más. Son un problema de otra magnitud. Son más agresivas que las velutinas y también devoran otros insectos, fundamentalmente abejas, pero incluso pequeños vertebrados, como lagartos. Evidentemente, representan una amenaza para el sector de la apicultura, pero más allá de perder la miel amenazan el propio proceso de polinización y la agricultura en general.
Alerta en Portugal
Su veneno también es más potente y puede causar mayores complicaciones en el organismo del ser humano -las avispas no son letales, pero los ataques por accidente en desbroces se han cobrado la vida de varias personas en el rural español- Así consta en el estudio publicado recientemente en la revista científica Ecology and Evolution por parte de investigadores de la Universidad de Oviedo.
Este insecto invasor es fácilmente identificable en Europa -mucho cuidado antes de atacar o tratar de deshacerse de avispas sin tenerlo claro porque se podría dañar a especies autóctonas en riesgo, como la Vespa crabro o avispón europeo-, al contar con factores diferenciales con áreas negras, marrón claro y amarillas distribuidas en bloques alternos.
Con la experiencia de una inacción en la península -en realidad, falta de actuación rápida y continuada en el tiempo porque sí hubo respuesta del sector apícola, particulares y administraciones- que se ha traducido en la imposibilidad de detener el avance de la Vespa velutina, el temor ya ha prendido al otro lado de la frontera, en Portugal, recogen medios lusos. Cabe destacar que la avispa asiática llegó a Burdeos (Francia) en 2004 y en 2011 ya estaba en el Alto Minho, en Portugal.
"Puede causar problemas en el sector salud, pues su picadura es muy dolorosa y produce efectos duraderos, probablemente porque tiene un potente veneno", explica el presidente de APIMIL, Alberto Dias, en declaraciones a Lusa. Dias recordó no hay registro de la presencia de la avispa en Portugal, pero advirtió de "la proximidad" del Alto Miño a Galicia y de que "debe encender luces rojas y hacer sonar las alarmas".
Desde APIMIL recuerdan lo ocurrido en el pasado cuando detectaron la velutina en Viana do Castelo: "Nos ridiculizaron y nos llamaron alarmistas". Y subraya: "Portugal debe tener una actitud diferente hacia la Vespa soror que hacia la Vespa velutina. Todas las entidades son conscientes de la situación y conocen perfectamente el problema en cuestión". A su juicio "es necesario planificar y poner en marcha acciones concretas y bien orientadas, basadas en las lecciones aprendidas".