Playas y tierras de cultivo: los avances de Israel en Gaza hasta el momento
El ejército israelí limita sus avances a zonas accesibles para las fuerzas mecanizadas, pero la verdadera batalla empezará en los entornos urbanos, más densos y difíciles.
Las tropas del ejército israelí alcanzaron este lunes la carretera de Salahedín, que recorre la Franja de Gaza de norte a sur, lo que la convierte en una de las principales arterías comunicativas del territorio palestino. Poco antes, el domingo, la infantería mecanizada de Tel Aviv ya habían avanzado por la línea de costa, sobre las playas, y desde el norte, en torno al municipio de Erez, en Israel.
Estos movimientos denotan que la operación terrestre que anunció el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ya ha empezado y se desarrolla día a día. Pero por el momento, aunque fue sonada la llegada hasta la carretera principal, los terrenos sobre los que se han desplegado los uniformados en la Franja son principalmente zonas agrícolas, baldías o playas.
El ritmo de avance es, por tanto, lento, y sobre zonas sin una importancia especialmente relevante pero que podrían ser utilizadas como bases para lanzar futuros ataques. Netanyahu ya advirtió después de declarar la guerra a Hamás, tras los ataques terroristas del 7 de octubre sobre las ciudades y pueblos israelíes cercanos a Gaza, que el conflicto sería "largo", algo que ya reiteró en la ONU el 28 de octubre.
De hecho, algunos de los avances en el norte apenas han sobrepasado la zona militar que ya se encontraba proscrita para los palestinos antes de que empezara el conflicto. La verdadera prueba de fuego para Israel llegará cuando se lance a por las ciudades gazatíes y empiece la lucha terrestre, la cual, según ha informado Israel este martes, ya ha comenzado en algunos puntos del territorio.
Donde la aviación no basta: la guerra urbana
Desde el 7 de octubre, los bombardeos de la aviación israelí han sido incesantes en Gaza, un enclave que cuenta con la densidad de población más alta del planeta, y en el que la cifra de muertos no deja de crecer y ya superan al menos los 8.400. Algunos de esos ataques se han saldado con decenas y cientos de muertos, el último de especial gravedad este martes en el campo de refugiados de Jabalia. Es el reflejo de la superioridad técnica que el ejército israelí maneja sobre los milicianos de Hamás. Pero la guerra urbana es otro cantar.
Todos los manuales de guerra advierten de que el combate en las ciudades beneficia siempre a los defensores. En esa línea, los milicianos de Hamás cuentan con la ventaja de conocer el terreno mucho mejor que su enemigo. Al mismo tiempo, las fuerzas mecanizadas israelíes pierden la ventaja al tener que adentrarse en un paisaje en el que la visibilidad y la movilidad son mucho más reducidas.
La destrucción y la acumulación de escombros conlleva que los defensores puedan tender emboscadas o colocar trampas bomba más fácilmente, lo que puede desembocar en un infierno para el avance del atacante. Llegado este punto, Hamás cuenta también con una infraestructura extra que forma parte de la mítica que rodea sus acciones: sus túneles.
La milicia islamista no solo se encuentra presente en la superficie, sino que cuenta con una red subterránea cuya extensión, según Irán, alcanza los 400 kilómetros, informa la Agencia EFE. Sin embargo, voces expertas consultadas por el diario El País rebajan esa cifra a varias docenas.
Sea como fuere, los túneles han sido una obsesión en las sucesivas invasiones que Israel ha lanzado sobre la Franja de Gaza desde 2006, ya que los milicianos los utilizan para almacenar armas, practicar el contrabando e incluso lanzar ataques sorpresa en suelo israelí o retener a los rehenes. A pesar del empeño en destruirlos, y de la superioridad militar de Tel Aviv, que bombardea por tierra, mar y aire, siguen siendo uno de los principales activos de la resistencia que ejerce la milicia islamista.
Hay que remontarse hasta el año 2014 para encontrar un intento por parte de Israel de entrar en la Franja de Gaza. Fue en verano, la operación fue bautizada como Margen Protector, y a las tropas del que es considerado uno de los mejores ejércitos del mundo no les fue todo lo bien que cabría esperar.
Las emboscadas se sucedieron en las zonas que menos conocían, las cuales Hamás controlaba a la perfección. También se toparon con misiles antitanque y morteros que complicaron su avance e incluso fue necesario recurrir a la fuerza aérea para cubrir la retirada. En esta ocasión, Israel avanza más lentamente, según algunos expertos, porque de esta manera se persigue reducir el número de bajas propias al mínimo.
Por su parte, Hamás ha asegurado este martes que la Franja de Gaza se convertirá en un "cementerio" para el ejército israelí y prometió infligir al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, un revés que "marcará el fin de su carrera política", según informa la Agencia EFE.
Masacre de civiles
La operación de 2014 dejó 2.300 civiles muertos y cerca de 11.000 heridos. Aunque los fallecidos desde el 7 de octubre ya supera con creces esa cifra, y existe el riesgo de que si Israel entra en las ciudades y pueblos de la Franja, se dispare dramáticamente. Aunque cientos de miles de personas han huido al sur del territorio gazatí, aún hay miles de personas en la ciudad de Gaza. Los civiles que se encuentran en el norte, centro y sur denuncian sufrir condiciones de vida equiparables a las de los animales.
El combate urbano se caracteriza no solo por provocar la destrucción total de las localidades donde se produce, sino también por la exposición de sus habitantes a la muerte, debido a la proximidad inevitable de los combates. El propio Netanyahu ha advertido de que el avance será lento y la guerra larga, especialmente cuando se tenga que adentrar entre los escombros y edificios. Un paisaje abonado de muertos para los cuales, gane quien gane la batalla, la guerra será eterna.