Un país se ofrece como ‘centro de alimentos’ para ayudar a Rusia
Rusia sigue buscando nuevos aliados.
La invasión de Rusia a Ucrania continúa restructurando el mapa geopolítico a nivel mundial. Si hace pocos días Emmanuel Macron se quedó con cara de circunstancia cuando el presidente de República Democrática del Congo le reprochó la "actitud paternalista de Europa", en un claro giro de guion en la actitud de los países africanos con Europa, ahora llega el turno de Sudán.
El país africano se ha pronunciado en las últimas horas acerca de establecer nuevas relaciones internacionales con el Kremlin. Según ha podido saber el medio ruso Sputnik, el embajador de Sudán en Moscú, Mohammed Elghazali Eltijani Sirraj, se habría pronunciado de forma favorable a abrir un nuevo negocio con Rusia.
Además, consideró que Sudán puede convertirse en un gran socio del Kremlin ya que podría suministrar frutas de gran calidad y en diferentes épocas del año, algo que se antoja muy importante cuando la campaña militar rusa en Ucrania cumple 13 meses y cualquier ayuda exterior -y más en forma de alimento- se hace más necesaria que nunca
Pero la oferta no acabó ahí, ya que Sarrij destacó que Sudán "podría ser utilizado como centro para la venta de alimentos rusos a otros países africanos, debido a su ubicación conveniente desde el punto de vista estratégico".
Relaciones Rusia - Sudán
El pasado 13 de febrero, el Ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, viajó hasta Jartum (capital de Sudán) para llevar a cabo un ambicioso proyecto que le permitiría asegurarse un gran enclave estratégico en África como es Sudán.
La reunión entre Lavrov y el autoproclamado presidente del Consejo Soberano de Transición, Fattah al-Burhan, se saldó con el acuerdo entre ambos países para la construcción y explotación de una base naval en el mar Rojo, lo que supondría un gran golpe encima de la mesa por parte de Rusia en África.
A cambio, Rusia aprovisionaría a las Fuerzas Armadas de Sudán dcon armas y municiones. Pero este acuerdo continúa en el aire, ya que el país africano atraviesa un momento de caos gubernamental tras el golpe de estado que sufrió Omar Hassan al-Bashirdesde en 2019, una crisis que está dificultando la creación de las instituciones que deben aprobar dicho tratado (Gobierno civil y poder legislativo independiente).