La OIEA avisa: la actividad militar alrededor de la central nuclear de Zaporiyia "está aumentando"
Ucrania espera a Rafael Grossi en la mayor central nuclear de Europa para que el relevo del equipo del Organismo Internacional de Energía Atómica se desarrolle sin contratiempos
El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Mariano Grossi, ha alertado este martes desde Dnipro que la actividad militar alrededor de la central nuclear de Zaporiyia "está aumentando".
"Hay un número creciente de tropas y vehículos militares, artillería pesada y más acción militar alrededor de la planta", ha precisado Grossi en una entrevista con la cadena CNN, agregando que la planta ha estado sufriendo apagones "repetidamente".
La situación de la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, ocupada por los rusos, permanece tensa antes de la anunciada visita del director del OIEA con solo una línea de alta tensión activa para el suministro eléctrico. La visita de Grossi a la mayor central nuclear de Europa tiene como objetivo ayudar a los miembros del equipo del OIEA a dejar la planta y que su relevo se desarrolle sin contratiempos, explica a EFE Olga Kosharna, experta y ex miembro de la junta de la Inspección Estatal de Regulación Nuclear de Ucrania.
Grossi ha señalado que "en unas pocas horas" tanto él como su equipo cruzarán "la línea del frente", tal y como hicieran el año pasado. "Voy a continuar con mis consultas para tratar de establecer protección alrededor de la planta y evitar un accidente nuclear con posibles consecuencias catastróficas", ha indicado.
Las misiones del organismo han contribuido a proporcionar información objetiva desde el interior de la central, aunque la rotación anterior se retrasó porque Rusia impidió a los expertos salir durante tres semanas, alegando problemas de seguridad.
A diferencia de los expertos del OIEA, que sí pueden salir, miles de miembros del personal ucraniano de la central son rehenes de los ocupantes rusos, subraya Olga Kosharna, quien asegura que a muchos de ellos simplemente se les impide salir del recinto de Energodar, donde se encuentra la planta.
"Uno de ellos intentó salir a través de Crimea y ha desaparecido", afirma Kosharna, quien se mantiene en contacto con parte del personal. Dice que sus contactos borran los mensajes de sus teléfonos, ya que los tienen controlados todo el tiempo y temen represalias por comunicarse.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, visitó el lunes posiciones cercanas al frente de combate en la región de Zaporiyia y pudo también reunirse con Grossi, con quien compartió además la situación de la central hidroeléctrica del Dniéper.
"El número de tropas rusas en la planta ha aumentado. Se han instalado sistemas de defensa antiaérea en y se ha desplazado ahí una unidad de los "Kadyrovtsy", los combatientes chechenos dirigidos por Ramzan Kadyrov, leal a (el presidente ruso), Vladímir Putin", añade.
La situación de la planta nuclear un año después
Desde que empezó la ocupación ha desaparecido parte del equipamiento de las instalaciones de última generación, que probablemente pasará a utilizarse en centrales nucleares rusas, según Kosharna.
Afirma la experta que el personal sufre acoso y está presionado para que firme contratos con una entidad creada por Rusia para hacerse con el control de la planta. La intimidación va de las amenazas de violencia física y a las amenazas contra sus familias.
Algunos no firmaron esos contratos, pero a Rusia no le queda otra opción que dejarles seguir trabajando, ya que no tienen capacidades para sustituirlos a todos por sus especialistas propios.
Kosharna afirma que el personal se encuentra atrapado entre la responsabilidad de rendir cuentas al Estado ucraniano por su "colaboración" con los rusos y la responsabilidad de mantener la seguridad de la estación.
La experta afirma que Rusia está intentando conectar la planta a su propia red eléctrica. Varios de esos intentos han sido destruidos con precisión, tanto en las líneas eléctricas con Crimea o con otras regiones ocupadas. Nadie se ha responsabilizado formalmente de esta destrucción.
Mientras tanto, una única línea de alta tensión suministra energía a la estación desde la red eléctrica de Ucrania. El acceso a otras líneas, destruidas por los bombardeos, ha quedado minado por los rusos y no se están reparando, según Kosharna.
Explica que al dejar operativa una sola línea, Rusia tiene la oportunidad de chantajear a Ucrania y sus aliados occidentales con las consecuencias que tendría una fuga radiactiva si fallan las reservas existentes para enfriar los reactores sin suministro eléctrico.
"La última vez, cuando se interrumpió el suministro, dos de los generadores de energía no arrancaron inicialmente", advierte Kosharna.
Kosharna no espera que la visita del jefe del OIEA cambie mucho las cosas. El propio Grossi admitió la semana pasada que la idea de crear una zona desmilitarizada cerca de la central ha fracasado. Para Kosharna, una liberación de la central por un operativo especial del ejército ucraniano ería la única solución viable.
También acoge con satisfacción la reciente introducción de sanciones personales contra representantes del monopolio nuclear ruso Rosatom por parte de Estados Unidos y Reino Unido.
Pero también cree se podría hacer más contra los contratos por valor de 140.000 millones de dólares que Rusia tiene para la construcción de reactores nucleares en todo el mundo, para hacerle sentir más las consecuencias de sus acciones en Ucrania.