Nueve países fantasma que viven al margen de la ley
Los hay de todos los tipos: regiones históricas, arrebatos personalistas, 'ciberpaíses'...
Son nueve territorios 'al margen de la ley'. Autodenominados países, repúblicas, ciudades libres o cualquier otra nomenclatura especial, suponen una anomalía en el ordenamiento jurídico internacional por sus peculiaridades.
Se trata de ubicaciones de todo el mundo: Europa, EEUU, África, Australia... Los lugares que se rebelan contra el estatus legal son muy diversos. La revista Muy Interesante muestra cuáles son estos curiosos rincones del planeta.
República Lakota
Bajo esta denominación se engloba un territorio que toca partes de Dakota del Norte, Dakota del Sur, Nebraska, Wyoming y Montana, en Estados Unidos. Es una iniciativa relativamente moderna, impulsada por el activista nativoamericano Russell Means en 2007. En su proclama, afirmaba la independencia del pueblo Lakota Sioux en base a los tratados firmados con el gobierno de los EEUU en el siglo XIX.
Obviamente, ni la Administración en vigor entonces ni la actual han reconocido la independencia de este vasto territorio, que ni siquiera cuenta con apoyo de su propia comunidad.
Christiania
Uno de los rincones más famosos de Copenhague y, por extensión, de Dinamarca. La autodenominada Ciudad Libre de Christiania es un barrio "autónomo" en el que habitan unas 1.000 personas.
Con más de medio siglo de historia y fundado en un cuartel militar, es conocido por su ambiente hippie y bohemio, con proclamas anarquistas y libertarias... hasta el punto de disponer de bandera y moneda propias, pese a no recibir ningún reconocimiento oficial.
Barotselandia
Esta región del oeste de Zambia cuenta con un gran historial de búsqueda de la independencia. Como recoge Muy Interesante, los Barotse, habitantes de la región, firmaron un acuerdo con la British South Africa Company en 1890, otorgándoles autonomía dentro del protectorado británico de Rhodesia del Norte.
Tras la indepenencia de Zambia en 1964 se reconoció el Acuerdo de Barotseland, que prometía una autonomía continua, pero el ejecutivo del país africano anuló tiempo después este acuerdo. No sin disturbios.
Ogonilandia
Otra región africana que buscó su independencia, en este caso en Nigeria. Hogar del pueblo Ogoni, fue foco de noticias en los años 90 por el daño ambiental causado por la extracción de petróleo, lo que llevó a un movimiento de protesta a cuya cabeza estaba el escritor Ken Saro-Wiwa, premio Nobel de Literatura. Nigeria tampoco le otorga oficialidad alguna.
Forvik
Este islote de las Islas Shetland fue declarado estado soberano en 2008 por un residente local, Stuart Hill, alegando unas cláusulas de 1469. Pese a que no goza de reconocimiento como estado, Forvik sí tiene su propia bandera y emite sus propios pasaportes. También ofrece la ciudadanía a cambio de una generosa tasa anual.
Imperio de Atlantium
Es un caso diferente, por ser una micronación fundada en 1981 por tres adolescentes de Sídney. Se encuentra en Nueva Gales del Sur y no tiene un territorio soberano, pero sí una curiosa jerarquía interna, con emperador, ministerios gubernamentales y una "capital global no territorial" llamada Concordia. También con moneda propia. Sus "ciudadanos" son principalmente participantes a través de Internet.
Con estos mimbres, ni que decir tiene que no está reconocido por ningún estado ni estamento.
Sealand
El Principado de Sealand se encuentra en un fuerte marino de la era de la Segunda Guerra Mundial frente a la costa de Inglaterra. Desde 1967, la familia Bates ha reclamado soberanía, incluso emitiendo pasaportes y acuñando moneda, una batalla legal que ha sido noticia repetidas veces.
República de Molossia
Otro territorio peculiar dentro de EEUU. En concreto, dentro del estado de Nevada, donde se autodefine como estado-nación. Fundado por el estadounidense Kevin Baugh en 1999 que ejerce de presidente, Molossia tiene su propio programa espacial, marina, ferrocarril y servicio postal.
Principado de Seborga
Dentro de Italia, a 35 kms de Mónaco, pegada a Niza, y con una superficie muy pequeña, Seborga reclama un precedente histórico por su independencia, citando un documento de 954.