Más de 12.000 muertos y 58.000 heridos entre Turquía y Siria tras los terremotos
Continúan a contrarreloj las labores de recate ante el temor de que haya aún cientos o miles de personas atrapadas bajo los escombros.
Al menos 12.000 personas han fallecido y 58.000 han resultado heridas en Turquía y Siria por los devastadores terremotos del lunes. Mientras, continúan a contrarreloj las labores de recate ante el temor de que haya aún cientos o miles de personas atrapadas bajo los escombros. Hasta ahora los equipos de ayuda han logrado rescatar a unas 8.000 personas con vida de los casi 6.000 edificios destruidos.
Los rescatistas se esfuerzan por acelerar los trabajos para salvar a quienes permanecen bajo los escombros con temperaturas gélidas de hasta -6 grados, mientras los supervivientes se encuentran con las infraestructuras básicas muy dañadas.
Hasta el momento, se han contabilizado 435 réplicas de menor intensidad en las zonas afectadas en las que trabajan más de 60.000 personas en tareas de rescate y desescombro, en un dispositivo que cuenta con más de cien aviones y helicópteros desplegados.
En Turquía, donde tuvieron su epicentro los temblores de magnitud 7,7 y 7,6, el recuento oficial habla ya de 9.057 muertos y 38.200 heridos. Ante esta catástrofe, el Gobierno turco del presidente Recep Tayyip Erdogan ha declarado tres meses de estado de emergencia en las diez provincias afectadas.
"Aquí en Kahramanmaras, en el epicentro del terremoto que golpeó diez provincias, puedo decir que por ahora hay 8.574 muertos y 49.133 heridos", ha declarado Erdogan a la prensa durante una visita a esa ciudad. En medio de crecientes críticas al Gobierno por la ausencia de ayudas en algunas zonas afectadas por el desastre, el mandatario se desplazó a Kahramanmaras y visitará también la provincia de Hatay, una de las más castigadas.
En Siria, el seísmo ha dejado 1.262 muertos y 2.285 heridos en las zonas controladas por las autoridades, según datos del Ministerio de Sanidad sirio publicados en Facebook. Estos datos corresponden a las provincias de Alepo, Hama, Latakia, Tartus y las zonas de Idlib en manos de las fuerzas gubernamentales.
"Estamos en una carrera contra el tiempo y trabajando con las máximas energías disponibles y con la cooperación de todas las partes", reza un comunicado de la cartera de Sanidad siria, que señala que el Ejecutivo del país ha repasado las medidas de emergencia que rigen la situación.
A las cifras gubernamentales sirias hay que sumar más de 1.730 muertos y 2.850 heridos en las zonas controladas por los rebeldes en las provincias de Idlib y Alepo (noroeste), según ha dicho la Defensa Civil de Siria, conocida como 'cascos blancos', a través de su cuenta en Twitter. Además, ha insistido en que "se espera que el balance aumente significativamente, ya que cientos de familias permanecen atrapadas bajo los escombros más de 50 horas después del seísmo".
Asimismo, los 'cascos blancos' han señalado que más de 360 edificios han quedado completamente destruidos, mientras que más de un millar están "severamente destruidos".
Ya antes de los seísmos, Siria sufría su peor crisis humanitaria desde el estallido de las revueltas contra Damasco en 2011 y el posterior inicio de la guerra, con el 90% de la población sumida en la pobreza, desabastecimientos de productos básicos y millones de personas desplazadas.
Una situación dramática en pleno invierno
Pese a que en Turquía hay desplegados unos 60.000 miembros de equipos de rescate en la zona más golpeada, la devastación es de tal grado y el área tan amplia que todavía hay lugares a los que no ha llegado ayuda alguna. Numerosos ciudadanos describen una situación dramática en pleno invierno por la falta de servicios y bienes básicos, con la interrupción de los suministros de agua, electricidad y calefacción, la carestía de combustible y dificultades para obtener medicinas.
"¿Qué ha pasado con los impuestos que pagamos? ¿Dónde está la Media Luna Roja? No hemos recibido nada. Estamos haciendo nuestras necesidades entre cuerpos hinchados. Nos han dado una tienda en la que vivimos tres familias, pero tememos que los niños se congelen", ha relatado una mujer superviviente de Kahramanmaras a Halk TV.
Yilmaz Kurt, un médico especialista en urgencias que se desplazó a Maras con su coche cargado de material de primeros auxilios, ha declarado a EFE por teléfono que "la gasolina y el gasóleo para coches y vehículos encabezan la lista de necesidades". "Ninguna gasolinera tiene combustible en la región. Muchos vehículos se detuvieron en la carretera al vaciarse sus depósitos. Las máquinas de trabajo tampoco pueden funcionar cuando se les acaba la gasolina", ha asegurado.
Los rescatistas siguen liberando con vida a personas después de llevar más de 50 horas bajo los escombros, pero las tareas son cada vez más desesperadas en medio de temperaturas gélidas y réplicas que complican los trabajos.