Marruecos juega con dos barajas y Rusia sale al rescate
El país africano trata de mantenerse al margen del conflicto y seguir jugando 'a dos bandas' con sus aliados de Washington y Moscú.
Si para algo está sirviendo el conflicto entre Rusia y Ucrania es para comprobar la postura de la mayoría de países en el tablero geopolítico. Uno de sus protagonistas, gran aliado de Estados Unidos, es Marruecos, quien trata de mantenerse equidistante ante el conflicto, aunque hace unos meses, ya 'se posicionó' con el envío de 20 tanques T-72B al país invadido.
Ese movimiento fue considerado "extraño" por parte de Rabat, ya que se convirtió en uno de los primeros países en enviar carros de combate a Ucrania, incluso por delante de Estados Unidos. Además, la postura marroquí dista mucho de la del resto de países africanos, la mayoría de ellos bajo influencia rusa.
Según aclaró el medio Le360, afín a la monarquía marroquí, el país africano habría llegado a un acuerdo antes de que estallara el conflicto, con la empresa Excalibur Army (checa), con el objetivo de modernizar hasta 130 tanques que fueron adquiridos por el régimen marroquí entre 1999 y 2001.
Los tanques fueron "expropiados" por República Checa
Desde Rusia, en palabras de su portavoz del MInisterio de Exteriores, María Zajárova, de los 130 tanques, 56 "fueron devueltos" y los "74 restantes fueron expropiados" por el país checo, por lo que es el propio país invasor el que 'justifica' la postura de Marruecos al considerar que no fue su intención enviar los tanques a Ucrania.
Desde Rabat consideran esto como un tema zanjado aunque no han querido desaprovechar la oportunidad para 'dar un palo' a Argelia, afirmando que son ellos los responsables de emitir estos rumores con el fin de "contaminar las relaciones entre Marruecos y Rusia".
Por otro lado, a Rusia le conviene también mantener buenas relaciones con Marruecos, en primer lugar para demostrar que la alianza de estos con Estados Unidos no es 'exclusiva' y en segundo lugar, para dar salida a sus suministros de hidrocarburos y con ello sortear las sanciones por parte de Occidente. Todo ello, a cambio, eso sí, de que Marruecos no se posicione favorable a Ucrania en el conflicto.
Neutralidad 'a dos bandas'
Hay que destacar que desde Marruecos siempre se han mostrado "neutrales" desde el estallido de la guerra y qué mejor forma de ejemplificarlo que abstener en la votación de la ONU en 2022 a la hora de condenar la invasión rusa.
Además, el gobierno marroquí aprovechó su intervención para lanzar un mensaje ciertamente ambiguo en el que apoyó "el respeto a la integridad territorial, la soberanía y la unidad de todos los Estados miembros de las Naciones Unidas", en lo que se consideró como un guiño a sus aspiraciones imperialistas en el Sáhara Occidental.
De esta forma, la intención de Rabat es continuar en la línea de neutralidad y mantener un equilibrio entre sus relaciones con Washington y Moscú, por lo que todo hace indicar que seguirán mostrándose contrarios al envío de carros de combate a Ucrania.
El ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, lo dejó claro en una de sus últimas intervenciones públicas: "Marruecos no es parte del conflicto armado entr Rusia y Ucrania y no ha participado ni participará de ninguna manera en este conflicto".