Marruecos juega a dos bandas con Rusia y Estados Unidos
El país refuerza su colaboración diplomática con Washington pero a la vez reanuda las exportaciones de grano con Putin, que había frenado tras la invasión de Ucrania.
Las relaciones de Marruecos con Estados Unidos son difícilmente mejorables. Washington ha avalado que la hoja de ruta de Rabat para el Sahara Occidental es el plan más "serio, realista y creíble" para acabar con el conflicto -o sea, avala su soberanía- y se ha convertido en el mayor inversor extranjero en el país vecino. También juntos han relanzado el paso histórico de acercarse a Israel.
Y, sin embargo, Mohamed VI sigue jugando a dos bandas, cooperando con Rusia pese a la invasión de Ucrania y las sanciones. Ahora, en materia agrícola. Según ha informado Snrtnews, un medio oficial del Gobierno, y recoge el digital Morocco World News, Marruecos ha retomado las importaciones de grano ruso. La Federación Nacional de Molinos, comandada por Moulay Abdelkader Alaoui, ha indicado que Rabat se felicita de la renovada asociación con la reapertura de las importaciones procedentes del país de Vladimir Putin, con el fin de reforzar la posición estratégica del país y diversificar sus fuentes.
Tras la invasión de Ucrania, se había producido una retirada temporal de Marruecos del mercado ruso, en un contexto de inestabilidad mundial. Rabat vende este cambio, que no se ha anunciado a bombo y platillo porque los negocios con Putin no tienen buena prensa, como muestra de la adaptabilidad del Gobierno y su voluntad de recalibrar sus fuerzas.
Este cambio se ha conocido al informar Alaoui de un plan para reforzar las reservas de trigo blando del país (para pan, pasteles, galletas, pizzas y pasta fresca). Sus graneros están preparados para dar cobertura durante un periodo de cuatro a cinco meses, indican los medios locales.
Rabat ha mantenido un perfil bajo en lo público en sus relaciones con Rusia, pero ha seguido manteniendo lazos con la nación invasora de Ucrania. En junio, el rey le felicitó su día nacional. Habló de "sólidas relaciones de amistad y cooperación" que quiere "fortalecer y promover en diversos campos, en beneficio de nuestros pueblos". A julio, en la cumbre África-Rusia de San Petersburgo, el primer ministro de Marruecos, Aziz Ajanuch, fue uno de los intervinientes y se llevó un acuerdo de libre comercio nuevo con Moscú.
Pese a ello, Rabat mantiene el apoyo de Ucrania.En mayo, cuajó por ejemplo en una visita del canciller Dimitro Kuleba, quien se posicionó al lado de Marruecos en el tema del Sahara y dijo que ambos países "reconocen el valor de la soberanía y la integridad territorial".