Mapa de recursos naturales de África: la geopolítica de minerales y energía que explica la violencia
El continente y la explotación de sus bienes por parte de Occidente saltan a primera plana tras el golpe de estado en Níger y la pelea de poder de los Wagner en la zona.
Níger ha saltado a primera plana por el golpe de Estado que ha derrocado al legítimo presidente, Mohamed Bazoum. Más allá de los conflictos internos que han llevado a la asonada, la crisis ha vuelto a poner de manifiesto la pelea que los países occidentales libran por África, un continente rico en recursos naturales, algunos de ellos tan esenciales para los nuevos tiempos como el coltán o el cobalto.
El pugna va más allá de lo comercial, es pura geopolítica, porque en los últimos tres años hasta cinco países clave de la zona estratégica de África central han sufrido golpes de Estado y cuatro de ellos están hoy en manos de juntas militares apoyadas por Moscú, que despliega a sus milicianos de Wagner como garantes de la estabilidad que les beneficia.
Este continente siempre empobrecido y siempre con recursos tiene datos que apabullan: contiene a 10 países que están entre los 40 mayores productores de petróleo del planeta y tiene a otros cuatro en top 15 de productores de oro a nivel mundial, los países que tienen un 90% de las reservas de platinoides, un 80% del coltán; un 60% del cobalto; un 70% del tántalo; un 46% de las reservas de diamantes; y un 40% de reservas auríferas. Son datos del Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD).
Y por poner ejemplos por países, Sudáfrica se produce el 75% de todo el platino del mundo, mientras que en el Congo se extrae el 70% del cobalto que se comercializa hoy, Botsuana es el mayor productor de diamantes, Costa de Marfil y Ghana producen más de la mitad del cacao del mundo y más del 75% de los fosfatos planetarios están en Marruecos, con otro poco en Mauritania.
El potencial brutal del segundo continente más grande y diverso del mundo no cuaja en prosperidad para su gente por diversos motivos, de la falta de diversificación, de infraestructuras y/o de capital humano, corrupción y mala gestión gubernamental... y también fiereza en las relaciones comerciales con multinacionales extranjeras.
Sólo el 10% de las extracciones hechas en África se quedan en África. Pierde 39.000 millones de dólares en impuestos que las compañías de fuera dejan de pagar principalmente mediante los precios de transferencia entre sus filiales. Según el Banco Mundial, un 40% de la población africana sigue viviendo por debajo del umbral de la pobreza, es decir, con menos de dos dólares al día, cifra que sigue creciendo a pesar de los importantes progresos realizados en algunos países.
En lo relativo a los minerales, África es conocida por sus abundantes reservas, incluyendo diamantes, oro, cobre, cobalto, platino o uranio, cuya explotación está detrás de algunos de los principales conflictos armados del continente en las tres últimas décadas. Por ejemplo, países europeos como Francia importan la mayoría de su uranio de zonas como Níger, ahora en plena fiebre, tanto para sus uso civil o militar, a las puertas de Mali, zonas de enorme influencia rusa y donde operan grupos como Al Qaeda del Magreb Islámico o en Nigeria con el caso de Boco Haram, siempre situados cerca de fuentes de minerales.
En cuanto al coltán, las principales reservas se encuentran en la República Democrática del Congo, y este país también es el principal productor africano de este mineral. Los productores que cuentan con concesiones en el país aseguran que hay medidas de supervisión internacional pero las regiones de Kivu Norte y Kivu Sur se encuentran en conflicto armado, por lo que es imposible saber si esas medidas se cumplen y puede haber un tráfico ilegal de este mineral, el que gastamos todos a diario.
Y están el gas y el petróleo de Argelia, Egipto, Libia, Nigeria... La conflictividad en los países productores de hidrocarburos sumada al resto de crisis no resueltas y la falta de expectativas económicas y sociales ha provocado un éxodo de millones de personas, desesperadas ,que huyen tanto al norte, en dirección a Europa, como en menor medida hacia el sur, en dirección de Sudáfrica. Las más de las veces acaban en países vecinos, muy resentidos por conflictos propios. Polvorines en los que Europa, Estados Unidos, Rusia o China buscan el negocio.
Este es el mapa de las riquezas de África, país por país: