Los líderes de la UE piden culminar el proceso legislativo de las nuevas reglas fiscales en 2023
Instan a adoptar la reforma del mercado eléctrico también a finales de este año, según han acordado en el Consejo que se está celebrando en Bruselas.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) han pedido este jueves a la Comisión Europea que culmine "rápidamente" el proceso legislativo para establecer un nuevo marco de reglas fiscales en 2023 y han solicitado que continúe el diálogo con los Estados miembro en aquellos puntos que requieren "discusiones adicionales" hasta hacer su propuesta.
Así se desprende de las conclusiones que los líderes han adoptado este jueves al término de su reunión en Bruselas, que continuará este viernes con un segundo encuentro centrado en la eurozona y que contará con las intervenciones de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, y del presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe.
Los líderes de la UE han respaldado así el texto que ya adoptaron los ministros de Economía y Finanzas de los Veintisiete el pasado 14 de marzo, que ya instaban a proseguir "rápidamente" los trabajos sobre la revisión de la gobernanza económica, tanto antes como después de cualquier propuesta legislativa.
No obstante, han apuntado también que son necesarias "más aclaraciones y debates" en lo que se refiere a la definición de la trayectoria de la Comisión; los requisitos para los Estados miembros que se considera que tienen problemas de endeudamiento bajo o la conveniencia y el diseño de referencias cuantitativas comunes para apoyar el marco reformado; los principios para una ampliación de la senda fiscal; el papel de las recomendaciones específicas por país; la aplicación de los planes nacionales y los incentivos para las reformas y la inversión.
Las conclusiones también recogen la solicitud de adoptar medidas "ambiciosas" para reforzar el mercado único, en particular, en lo que se refiere a los sectores digital y de servicios, y para subsanar las vulnerabilidades que las crisis recientes han puesto de manifiesto, velando por condiciones equitativas, tanto en el marco de la UE como a escala mundial y con especial atención a las pymes.
"Sin demora"
En materia de energía, los líderes han invitado a los colegisladores a llegar también "rápidamente" a un acuerdo sobre todas las propuestas pertinentes para acelerar la transición ecológica, y a que hagan avanzar "sin demora" los trabajos sobre la propuesta de Bruselas para la reforma del mercado eléctrico con vistas a garantizar su adopción para finales de 2023.
Asimismo, han pedido a todas las partes interesadas a que hagan "pleno uso" del mecanismo de compra conjunta a través de la Plataforma de Energía de la UE para seguir mejorando la seguridad del suministro de gas a precios asequibles y han invitado a Bruselas a que ultime la evaluación de las medidas de emergencia adoptadas en 2022 y, en caso necesario, proponga la prórroga de su aplicación.
La eficacia de los acuerdos comerciales
Los líderes de la Unión Europea también abordaron en su cita la eficacia de su política comercial y de cómo los pactos de libre comercio que impulsa pueden contribuir a la prosperidad pero también a promocionar normas sociales y medioambientales.
“Creo que hay una convergencia en considerar que el comercio es un pilar importante de la prosperidad, y es también un instrumento para difundir nuestros valores a través de normas, en particular normas sociales y medioambientales, que queremos promover internacionalmente”, indicó al término de la primera jornada de la cumbre europea el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Según indicó en una rueda de prensa, celebraron “un buen debate sobre cómo, en el futuro, desarrollar métodos más eficaces sobre este tema”, pero también sobre “el entorno internacional en el que nos encontramos hoy”.
Recientemente, Michel había cuestionado el sistema de la Unión Europea de tramitar los acuerdos comerciales que negocia con otros países, que “cada vez cuesta más” que entren en vigor.
“Vemos, y hay que verlo con lucidez, que si estamos en la Champions League de la negociación de acuerdos comerciales, cada vez nos cuesta más garantizar su aplicación”, lamentó Michel el pasado 15 de marzo durante una intervención en el pleno del Parlamento Europeo.
En aquella intervención puso de relieve que, desde 2006, de los 14 acuerdos comerciales cuya negociación ha concluido la UE con países terceros, “la inmensa mayoría ha entrado en vigor de forma provisional, no definitiva, o la entrada en vigor ha quedado paralizada”.
En concreto, los acuerdos que se han cerrado con el Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), Chile y México pese a estar concluidos afrontan todavía trámites para que puedan aplicarse.
Desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa en 2009, la Comisión Europea negocia los tratados comerciales en nombre de los Veintisiete y, a continuación, una vez cerrados los textos, éstos deben someterse a un escrutinio legal y a la traducción a todas las lenguas oficiales de la Unión.
Son los países los que adoptan la decisión de firmar el acuerdo y, tras ello, el texto se remite al Parlamento Europeo para su aprobación; a continuación, el Consejo de la UE (los países) adopta la decisión relativa a la celebración del acuerdo y, una vez concluida la ratificación por la otra parte, el acuerdo puede entrar en vigor.
En cambio, en función de los elementos que contengan los acuerdos (cuando trascienden los contenidos puramente comerciales y tocan más temas políticos) y de la consideración legal que se les dé, deben ser aprobados también por los parlamentos nacionales y, en algún caso, regionales; hasta que esos pasos no se concluyen los pactos solo entran en vigor parcialmente.
Michel dejó patente su opinión en el pleno de la Eurocámara que los acuerdos comerciales “deben contribuir ante todo a mejorar y reforzar las relaciones comerciales. A veces -dijo- tendemos a olvidarlo”, pero señaló al mismo tiempo que deben “fomentar mayor apoyo en el mundo a las normas exigentes que deseamos, por ejemplo en materia de condiciones laborales o medioambientales”,
Y consideró que había llegado el momento de celebrar un “debate democrático” sobre esta cuestión, que precisamente hoy ha estado en la agenda de los líderes de los Veintisiete.