La OTAN llega al punto de "ebullición" por los coqueteos de un país europeo con Rusia

La OTAN llega al punto de "ebullición" por los coqueteos de un país europeo con Rusia

Diplomáticos de la Alianza con base en Hungría querían conversar con los de Orbán sobre su ambigua política atlantista, pero han sido ignorados. Un varapalo. 

Viktor Orban, el 10 de julio de 2024, en la ceremonia de apertura de la Cumbre de la OTAN de Washington (EEUU).Jakub Porzycki / Getty

La frustración de los aliados de la OTAN con Hungría está llegando a un "punto de ebullición", mientras el país continúa coqueteando con Rusia. La división se ha ampliado en la última semana, porque el miércoles varios altos funcionarios húngaros rechazaron una invitación para participar en una reunión en Budapest de todos los embajadores y asesores militares de los países de la Alianza destinados en Hungría. El objetivo de la cita era discutir la política de Budapest de fomentar los vínculos con Rusia y China. Y recibió un portazo

"Apreciamos la oportunidad de discutir la nueva política de Hungría con nuestros aliados. El hecho de que fuera necesario un debate sobre la política de neutralidad de un aliado habla por sí solo", afirmó el embajador de Estados Unidos en Budapest, David Pressman, en un comunicado posterior, del que informa POLITICO.

Aunque Hungría no estuvo presente en la reunión de la OTAN, el ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, sí que mantuvo su agenda para asistir a una conferencia de seguridad bielorrusa, el jueves pasado, junto con su homólogo ruso, Sergey Lavrov, e incluso con el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Bassam Sabbagh. Dos apestados de la comunidad internacional. 

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, aunque dirige un país que ha estado en la OTAN durante 25 años, ha estado impulsando el concepto de neutralidad económica, incluido un "cambio del alineamiento occidental tradicional". "Debemos preservar nuestras relaciones hacia el Este y el Oeste", dijo en una entrevista de radio el mes pasado.

Eso lo ha convertido en un aliado cada vez más problemático dentro de la OTAN y la UE, en un momento en que Occidente está ayudando a Ucrania y tratando de sancionar a Rusia por su guerra de agresión. Hungría, por contra, ha estado bloqueando la imposición de nuevas sanciones o los esfuerzos de la UE para reembolsar a los países los envíos de armas a Ucrania, y ha dificultado también el uso de los ingresos de los activos rusos congelados para ayudar a financiar a Kiev.

Tras años de aislamiento, Orbán ha conseguido recientemente un aliado en el primer ministro eslovaco Robert Fico, otro miembro de la OTAN. Fico fue entrevistado por la propagandista rusa Olga Skabeyeva esta semana pasada y dijo que planea visitar Moscú para el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, el año próximo, y que se reunirá también con el líder ruso, Vladimir Putin. Los líderes comunitarios evitan hacerlo desde febrero de 2022, cuando lanzó su invasión de Ucrania. 

Orbán también ha recurrido a la diplomacia independiente, a menudo socavando los esfuerzos de la UE y la OTAN. En julio viajó a Moscú para reunirse con Putin, pese a que la Corte Penal Internacional había emitido una orden de arresto contra el presidente ruso por crímenes de guerra. La UE se mostró indignada por el hecho de que Orbán se presentara como representante del bloque, cuando Hungría ostenta la presidencia rotatoria del Consejo del club. Eso, no obstante, no le da a Budapest ningún peso extra en la diplomacia internacional.

El martes pasado, Orbán estuvo en Tbilisi para apoyar al partido gobernante de Georgia, respaldado por Rusia, frente a la condena de otros países de la UE de que había manipulado las elecciones parlamentarias del domingo.

El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, criticó duramente la aparición de Orbán en Georgia. "No habla en nombre de los países de Europa, no habla en nombre de Suecia, puede que hable en nombre de Rusia, pero no habla en nombre del resto de nosotros", afirmó Kristersson.

"Orbán no habla en nombre de los países de Europa, no habla en nombre de Suecia, puede que hable en nombre de Rusia, pero no habla en nombre del resto de nosotros"
Ulf Kristersson, primer ministro suedo

Existe una creciente preocupación de que los esfuerzos de Orbán en el Este estén convirtiendo a Hungría en un socio poco confiable; además de cortejar a Moscú, también ha estado presionando a China para que construya más plantas automotrices en su país. “La recién anunciada política de neutralidad económica de Hungría y su creciente dependencia de Moscú y Pekín tienen implicaciones de seguridad para Estados Unidos y los intereses euroatlánticos", dijo el embajador Pressman.

Cómo se le piden cuentas

No existe ningún mecanismo para expulsar a Hungría de la OTAN, la alianza de defensa más grande del mundo y que produce y circula algunos de los secretos militares más sensibles de Occidente.

A pesar de las preocupaciones sobre Orbán, diplomáticos de alto rango de otros países de la OTAN dijeron repetidamente a los medios, bajo condición de anonimato, que los funcionarios húngaros no están excluidos del intercambio de inteligencia ni de las discusiones. "Por definición, cada aliado tiene acceso total a todos los documentos de la OTAN, incluidos los secretos", dijo Camille Grand, exsecretario general adjunto de la Alianza.

“En un momento dado, si Hungría expresa una especie de simpatía por las opiniones de Rusia, o por un enfoque ruso ante algunas de las crisis críticas en Europa y sus alrededores, la capacidad de compartir cosas se convertirá en un problema”, dijo Grand, que ahora trabaja en el grupo de expertos del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, y agregó: “No creo que estemos ahí todavía”.

Grand señaló que, tradicionalmente, si un aliado de la OTAN se salía de la línea, Estados Unidos intervenía. Esta vez, sin embargo, Orbán apuesta a que su aliado Donald Trump ganará las elecciones estadounidenses; el Gobierno de Orbán se ha vuelto cada vez más hostil a Pressman y su equipo en Budapest, designado por el actual presidente Joe Biden.

Un diplomático de la OTAN dijo que ha habido “serias preocupaciones” debido a las últimas acciones y retórica de Hungría. La reunión del miércoles “habría sido una oportunidad útil para que Hungría se explicara a sus aliados, pero ellos estuvieron ausentes de la discusión”, dijo el diplomático.

A principios de este año, Orbán consiguió que Hungría no participara en la misión de la OTAN destinada a proporcionar ayuda y entrenamiento militar a Ucrania. Budapest también retrasó el año pasado la solicitud de Suecia de unirse a la alianza y pasó meses demorando la solicitud de Mark Rutte para convertirse en el jefe de la OTAN. Sin embargo, otro funcionario de la OTAN destacó el papel continuo de Budapest en el apoyo a las actividades de la OTAN, aunque reconoció su divergencia política con respecto a las opiniones predominantes en la Alianza.

En el plano operativo, subrayó el funcionario, Hungría desempeña un papel en la misión de la OTAN en Kosovo y alberga además un importante mando de la OTAN.

El estatus de Hungría como aliado cuestionable marca un cambio radical para el país. Cuando se unió a la OTAN en 1999, junto con Polonia y la República Checa, el recuerdo de sus décadas como satélites soviéticos aún estaba fresco. Los tres habían presionado ferozmente para ser admitidos en la alianza, y se les permitió ingresar a pesar de algunas dudas en Washington y en las capitales de Europa occidental.

La adhesión de Hungría fue firmada por Orbán, quien en un discurso que marcó la ceremonia denunció la “relación antinatural” que había hecho a su país dependiente de Moscú y celebró que la “potencia ocupante” retirara sus tropas de Hungría en 1991. "Todos podemos sentir, de manera más directa, la seguridad genuina que significa la pertenencia a la OTAN", dijo entonces.