La OTAN dispara a la capa de ozono
'La Defensa tenía un precio'.
La invasión rusa sobre Ucrania ha marcado un antes y un después en materia de rearmamento de países y alianzas militares, una cuestión a la que la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) no ha sido ajena. La escalada de tensión en otras partes del mundo, como el sudeste asiático con el conflicto entre China y Taiwán o la reciente tensión desatada en Oriente Próximo y Oriente Medio por la guerra entre Israel y Hamás, también suman.
Con ese telón de fondo, la OTAN acordó en la pasada Cumbre de Madrid la necesidad de elevar la participación de los países miembros en el presupuesto de la organización militar. Así, desde 2021 hasta hoy, dicho montante ha pasado de 1,16 billones de dólares a 1,26 billones en 2023. Como una suerte de efecto mariposa, esa ampliación tiene un impacto directo sobre un inesperado elemento que ha venido sufriendo la huella del ser humano. No es un país en guerra, no. Hablamos de la propia capa de ozono del planeta.
Según ha recogido el diario Público, en una información en la que se hace eco de los datos recabados por el Transnational Institute (TNI) y el Centre Delàs d'Estudis per la Pau, ese rearme de la OTAN se ha traducido en un aumento de las emisiones de dióxido de carbono, pasando de 196 millones de toneladas métricas a 226 millones.
Dos años de ejércitos OTAN equivalen a las emisiones de 8 millones de coches
Para hacerse una idea de la magnitud de este incremento, cabe destacar que las emisiones asociadas a los Ejércitos que integran la Alianza Atlántica durante dos años equivalen al mismo nivel de dióxido de carbono emitido por unos ocho millones de automóviles.
Y si la OTAN entrase en el ranking de países que más emiten CO2, entraría de lleno en el puesto 40. Por encima de naciones como Países Bajos. Pero hay más, si se cumple el objetivo de inversión del 2% del PIB de los aliados de la OTAN las emisiones aumentarían hasta 467 millones de toneladas métricas en los próximos ocho años.