La ONU envía expertos al Congo para saberlo todo de la misteriosa enfermedad que ha dejado ya 143 muertos
La OMS baraja un posible patógeno respiratorio mientras los esfuerzos se intensifican en una región con acceso limitado.
La provincia de Kwango, en el suroeste de la República Democrática del Congo (RDC), en la frontera con Angola, está viviendo una emergencia sanitaria nunca vista. Desde finales del mes de octubre, una enfermedad de origen desconocido ha dejado hasta ahora unos 143 muertos y más de 400 personas afectadas. Con síntomas como la fiebre, el dolor de cabeza, la tos, congestión nasal, dificultades respiratorias o anemia, los investigadores y los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) trabajan contrarreloj para dar con el origen del brote y contener su propagación a otras zonas.
La OMS ha enviado un equipo de expertos a la ciudad de Panzi, la localidad más afectada por la enfermedad desconocida y epicentro del brote, para dar apoyo a las autoridades sanitarias congoleñas en la identificación de la enfermedad. Además, ya se han enviado medicamentos esenciales y kits de diagnóstico para analizar muestras. La directora regional de la OMS para África, Matshidiso Moeti, ha declarado que el "objetivo prioritario es proporcionar un apoyo eficaz a las familias y a las comunidades afectadas. Todas las acciones están enfocadas en identificar la causa de la enfermedad, entender sus modos de transmisión y garantizar, lo antes posibles, una respuesta adecuada para controlarla".
Si la velocidad a la que se propaga esta enfermedad desconocida es algo que preocupa a los expertos, el número de áreas sanitarias afectadas en Kwango ha aumentado de siete a nueve, también preocupa la dificultad de acceso a las zonas más golpeadas. El epicentro del brote, situado a 700 kilómetros de Kinshasa, sufre de limitado acceso por carretera y una frágil red de comunicación, lo que complica el envío de ayuda como la detección de nuevos casos.
Según el Ministerio de Salud Pública de la RDC, muchos de las muertes provocadas por esta desconocida enfermedad se han producido en domicilios y no en centros médicos, lo que sugiere que muchas personas no están recibiendo atención a tiempo. "Solo 31 de las víctimas se han registrado en los centros de salud, lo que da a entender que la gente se está muriendo en sus domicilios”, recoge un informe de Radio Okapi, la emisora de Naciones Unidas en el país. Además, la RDC ya enfrenta otros brotes, como el de Mpox, algo que complica aún más la capacidad de respuesta de un sistema de salud limitado.
Los síntomas de esta desconocida enfermedad y la rápida expansión han llevado a los expertos a considerar varios posibles orígenes. "Un patógeno respiratorio similar a los virus de la gripe o el COVID-19 es barajado como posible origen de la enfermedad aún desconocida", señala la OMS en un comunicado, que también menciona que se analizan sus posibles vinculaciones con enfermedades como la malaria o el sarampión.
¿Una amenaza global?
El brote en la República Democrática del Congo (RDC) no solo ha encendido las alarmas a nivel local, sino que ha provocado reacciones inmediatas en varios países que temen la posible propagación de la enfermedad. Italia, por ejemplo, ha activado un estricto protocolo de vigilancia en puertos y aeropuertos. Francesco Vaia, director general de Prevención del Ministerio de Sanidad italiano, explicó que “hemos activado de inmediato los procedimientos para elevar nuestra atención en puertos y aeropuertos”, destacando que estas medidas son una respuesta cautelar basada en experiencias anteriores de control sanitario, como con el dengue.
Vaia subrayó que la vigilancia en los puntos de entrada al país se está llevando a cabo mediante la Oficina de Sanidad Marítima, Aérea y de las Fronteras (USMAF). Este organismo se encarga de evaluar a los viajeros que presenten síntomas compatibles con la enfermedad, algo que, según el funcionario, ya ha demostrado ser efectivo en otras crisis sanitarias. El enfoque de Italia incluye controles detallados, pero sin generar alarmismos innecesarios: “Nunca subestimar, pero nunca alarmarse”, puntualizó Vaia en un comunicado oficial.
En América Latina, Honduras también ha intensificado su vigilancia en los pasos fronterizos, especialmente en los aeropuertos internacionales. Según un comunicado de la Secretaría de Salud hondureña, se están evaluando a los viajeros que ingresan al país, haciendo especial énfasis en aquellos con síntomas respiratorios o provenientes de zonas afectadas por el brote. Además, las autoridades han emitido recomendaciones como el uso de mascarillas en lugares concurridos y el lavado constante de manos. Aunque no se han reportado casos sospechosos en Honduras, las medidas buscan minimizar cualquier riesgo de propagación.
Por su parte, la RDC, epicentro de la crisis, continúa instando a la población a mantenerse alerta. Las autoridades han hecho hincapié en la necesidad de acudir a centros de salud ante cualquier síntoma, subrayando que el retraso en la búsqueda de atención médica está contribuyendo al alto número de muertes en domicilios. Además, han intensificado campañas de sensibilización para promover medidas preventivas básicas, como el uso de mascarillas y el lavado frecuente de manos.