La enana isla volcánica que casi precipitó una titánica pelea entre España y Marruecos

La enana isla volcánica que casi precipitó una titánica pelea entre España y Marruecos

Con apenas habitantes y escasos recursos naturales, es un terreno clave para ambos.

Vista de una pequeña isla en medio del extenso mar azul.Beata Whitehead

Entre la costa española de Almería y el norte de África se encuentra un foco de tensiones diplomáticas y estratégicas entre España y Marruecos. Se trata de la pequeña Isla de Alborán que, con apenas 660 metros de largo, ha desempeñado un papel crucial en las políticas internacionales españolas. 

A pesar de su reducido tamaño, es un punto clave para el control marítimo del estrecho de Gibraltar. Además, su terreno rocoso y de origen volcánico hace que sea peligroso acercarse demasiado a sus costas, lo que aumenta su atractivo.

La Isla de Alborán es un claro ejemplo de cómo un pequeño islote puede tener un valor geopolítico desproporcionado. Aunque no cuente con recursos naturales importantes, su ubicación estratégica la convierte en una pieza clave en el panorama político entre España y Marruecos.

La presencia militar española

Desde los años 90, la Isla de Alborán cuenta con una presencia militar constante. Un destacamento de la Armada española, compuesto por 11 militares que rotan cada cuatro semanas, vigila este islote para mantener la soberanía española y asegurar el control estratégico de la región. 

Las tensiones con Marruecos han llevado a España a reforzar su presencia en la isla, especialmente dada su importancia para vigilar el tráfico marítimo y controlar el acceso al estrecho de Gibraltar desde el este.

Además, en la última década, la Isla de Alborán ha sido escenario de un creciente flujo de inmigración ilegal. Ante esta situación, el gobierno español ha tomado medidas, incluyendo la construcción de un refugio temporal para acoger a los migrantes que llegan a sus costas.

La riqueza natural y los peligros geológicos

A pesar de su pequeño tamaño, la Isla de Alborán es un paraíso para la biodiversidad marina. Un estudio reveló la existencia de 17 endemismos exclusivos y 88 especies muy escasas, 16 de las cuales están en peligro de extinción. 

El gasterópodo Houartiella alboranensis, una caracola exclusiva de la zona, es uno de sus mayores tesoros naturales. Además, la isla se encuentra en una zona de alta actividad sísmica debido a la convergencia de las placas africanas y euroasiáticas, lo que ha provocado numerosos terremotos en el área.