La crisis humanitaria en la Franja de Gaza: una ayuda que llega a cuentagotas
Desde la reapertura del paso de Rafah solo han cruzado 64 de los 80 camiones programados hasta hoy. La ONU avisa que tendrá que detener sus operaciones en el enclave si no obtiene antes combustible.
Israel ha intensificado su ofensiva sobre el norte de Gaza hasta el punto de que este martes se ha convertido en la jornada más sangrienta en la Franja desde que el Gobierno de Netanyahu anunciase que acabarían con Hamás con una operación por tierra, que no acaba de producirse.
Según el Ministerio de Sanidad de la Franja, los bombardeos israelíes en el norte del han dejado este martes unos 750 muertos en Gaza, de los que 305 son niños. Una cifra que se suma a la de las 5.791 personas que han perdido la vida en territorio palestino desde que Hamás lanzase el ataque sobre Israel, dejando 1.400 muertos del lado israelí.
Mientras las bombas siguen cayendo en el norte de Gaza, la crisis humanitaria se agrava y amenaza con ir a peor si este miércoles no entra combustible en la Franja. La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha alertado de que tendrá que parar sus operaciones en este territorio palestino si este miércoles no obtiene combustible, un recurso vetado por Israel en los convoyes que han pasado por Rafah. "Advertencia: Si no conseguimos combustible urgentemente, nos veremos obligados a detener nuestras operaciones en la Franja de Gaza a partir de mañana por la noche", publicó la agencia de la ONU en su cuenta de X (antes Twitter).
Egipto también ha condenado que "las autoridades israelíes siguen insistiendo en no permitir el paso de combustible" a la Franja de Gaza pese a que el recurso es "de máxima importancia para la vida" de millones de gazatíes. De hecho, seis hospitales han cerrado ya sus puertas por falta de combustible y otros dos han suspendido algunos servicios críticos por el mismo motivo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Menos camiones de los previstos en Rafah
En el paso de Rafah, único punto de acceso a la Franja de Gaza que no controla a Israel, entraban unos 600 camiones con ayuda humanitaria cada día. Desde que Hamás decidió atacar Israel, el flujo de mercancías de la que dependía el 80% de la población gazatí quedó completamente congelada.
Habría que esperar quince días, tras el viaje exprés de Joe Biden a Israel, para que el Gobierno de Netanyahu accediese a permitir el paso de ayuda humanitaria a través del paso de Rafah, pero con condiciones: 20 camiones al día, exhaustivos controles, el veto a la entrada de combustible y la amenaza de cerrar el acceso si Hamás interfiere o desvía la distribución de la ayuda. "Israel aceptó que la ayuda humanitaria pueda empezar a circular de Egipto a Gaza. Seré claro: si Hamás desvía o roba la ayuda, habrá demostrado una vez más que no le preocupa el bienestar del pueblo palestino", advirtió Joe Biden, presidente de EEUU, el día del anuncio.
Sin embargo, desde la reapertura, el número de camiones que han atravesado el paso de Rafah en dirección a la Franja de Gaza no se corresponde con el anunciado. Sólo 62 de los 80 camiones que tendrían que haber accedido han podido hacerlo: 20 el sábado y domingo, otros 14 el lunes y 8 más este martes por la noche, aunque los permisos obtenidos indicaban que el convoy estaría compuesto por veinte camiones.
Según informa la Agencia EFE, los camiones que han cruzado hoy el cruce de Rafah transportan productos de alimentación, agua potable, medicinas, suministros médicos y fórmula para bebés, pero ninguno de ellos lleva combustible. Según imágenes de la televisión estatal egipcia Al Qahera News, los camiones lleva el logotipo de la Media Luna Roja egipcia, organización que se encarga de gestionar la ayuda humanitaria que entra al enclave palestino desde el pasado sábado.
Tanto organismos internacionales como numerosos países han criticado la entrada a cuentagotas de la ayuda humanitaria. Especialmente ahora, cuando se han detectado los primeros casos de varicela, sarna y diarrea provocadas por las malas condiciones higiénicas y el consumo de agua de fuentes insalubres lo que, tal como ha alertado la ONU, podría derivar en brotes de cólera.