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Israel mata en Líbano a un alto cargo de Hamás horas antes del fin de la tregua

Israel mata en Líbano a un alto cargo de Hamás horas antes del fin de la tregua

El alto el fuego entre Tel Aviv y Hizbulá en vigor el pasado 27 de noviembre. Ahora hay angustia en la zona por lo que pueda venir. 

Vista de la zona en la que Israel llevó a cabo una gran explosión en la Gobernación de Nabatieh, en el sur del Líbano, el 16 de febrero de 2025.Ramiz Dallah / Anadolu via Getty Images

Al menos una persona murió este lunes en un bombardeo con un dron israelí en la ciudad meridional libanesa de Sidón, a unos 50 kilómetros al norte de la frontera con Israel, a falta de horas para que expire la prórroga del alto el fuego que entró en vigor el pasado 27 de noviembre.

La Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN) informó de que el bombardeo fue dirigido contra un vehículo que circulaba por la carretera marítima de acceso a Sidón y que el coche quedó completamente calcinado tras el impacto del proyectil.

Las Fuerzas de Defensa de Israel informaron por su parte de que el ataque se dirigió contra el miembro de Hamas Muhamad Shaheen, a quien identificaron como el jefe del departamento de Operaciones de la organización palestina en Líbano.

Equipos de bomberos lograron extinguir el incendio causado por el ataque, mientras que la defensa civil pudo sacar un cadáver del interior del automóvil para ser transportado en una ambulancia al Hospital Gubernamental de Sidón, donde se intentará determinar la identidad del cuerpo.

Este nuevo ataque tiene lugar a falta de horas para que expire la ampliación del alto el fuego acordado el pasado 27 de noviembre, que puso fin a las hostilidades entre Israel y el grupo chií libanés Hizbulá, y que fue alargado hasta el 18 de febrero.

Tanto el movimiento armado como las autoridades libanesas han denunciado numerosas violaciones del pacto por parte de Israel, mientras que el Estado judío también alega que Hizbulá mantiene presencia armada en el sur del Líbano y transporta o almacena armamento en las zonas meridionales y orientales del país.

De hecho, el Ejército israelí mató ayer a una mujer en la localidad fronteriza de Houla y "secuestró" a varias personas -entre ellas civiles y paramédicos- que se encontraban en áreas cercanas a la divisoria, según medios libaneses.

El pasado 27 de noviembre entró en vigor un cese de hostilidades inicialmente previsto para 60 días que preveía la retirada de las fuerzas israelíes presentes en el territorio libanés y limitar la posesión de armas en la franja fronteriza a las manos de las fuerzas de seguridad libanesas.

La duración del pacto fue posteriormente prorrogada hasta el próximo 18 de febrero, después de que las partes incurrieran en demoras a la hora de cumplir con algunas de sus obligaciones.

El texto pide el desmantelamiento de las instalaciones no estatales para la producción de armas y también prohíbe a ambos bandos realizar ataques contra el otro -algo que Israel no ha respetado-, si bien preserva su derecho a la "autodefensa".

La ONG Human Rights Watch (HRW) denunció este lunes que los ataques israelíes en el sur del Líbano destruyeron infraestructuras y servicios públicos, lo que impide que "decenas de miles de libaneses" puedan regresar a sus hogares. "La demolición deliberada de viviendas e infraestructuras civiles por parte de Israel y el uso de armas explosivas en zonas pobladas están haciendo imposible que muchos residentes regresen a sus aldeas y casas", señaló en un comunicado el investigador para el Líbano en HRW, Ramzi Kaiss.

Protestas de simpatizantes de Hizbulá ante el aeropuerto de Beirut, tras vetarse el permiso a un vuelo de Irán, el 13 de febrero de 2025.Houssam Shbaro / Anadolu via Getty Images

Contando las horas 

Una barricada improvisada de barro por el efecto de la lluvia sirve de parapeto entre las fuerzas libanesas y las israelíes, tierra para dividir la tierra, para alargar la espera agónica de los libaneses que quieren volver a sus hogares en la localidad de Yaroun, en el sur del Líbano.

En una de las entradas de esta localidad, una señal con agujeros de metralla por las explosiones indica el camino hacia el pueblo, ahora bloqueado para evitar el paso de los libaneses a este territorio ocupado por las fuerzas israelíes que deberían haber salido el pasado 26 de enero en cumplimiento de lo acordado en el alto el fuego, que luego fue extendido hasta mañana, 18 de febrero.

Un soldado libanés se refugia de la lluvia en una tienda de campaña improvisada, detrás suyo un paisaje arrasado y sonidos intermitentes de disparos a lo lejos, advierte de que ”hay que tener cuidado, te pueden disparar si te ven asomado”.

Yaroun es una pequeña localidad fronteriza con Israel, apenas a un kilómetro de distancia se encuentra la Línea Azul, la demarcación entre Líbano e Israel que estableció la ONU el 7 de junio del 2000 y que por ahora ha caído en el olvido.

En la última línea que separa la zona ocupada de la que ya regresó a control del Líbano, varios vecinos acuden para intentar ver si sus hogares siguen intactos o, si por el contrario, han sucumbido a las demoliciones que está realizando Israel en estas últimas semanas.

Uno de estos vecinos es Hassan, natural de Yaroun, quien acude casi a diario para ver si su hogar aún sigue en pie, ya que está parcialmente quemado. Como contó a EFE “hace dos o tres días, mientras estaba aquí, vi como ellos entraban y quemaban mi casa”, y añadió que “ ellos no son soldados, son gánsteres, no tienen moral ni ética haciendo esto, y menos en un tiempo de alto al fuego”.

Las demoliciones de casas son una práctica habitual del Ejército israelí, como en Cisjordania o como se ha visto en el conflicto en Gaza, algo que ha sido condenado por diferentes organizaciones internacionales como Human Rights Watch, que afirma que viola las leyes internacionales contra el castigo colectivo.

Por el momento se desconoce el número total de infraestructuras que han sido destruidas en el país, el último informe publicado por el Banco Mundial en noviembre de 2024, antes de la entrada en vigor del alto al fuego, contabilizó 99.209 viviendas dañadas, de las que el 18 % fueron totalmente destruidas. El mismo informe asegura que las pérdidas para la infraestructura del Líbano ascendían a unos 3.400 millones de dólares.

Halan Nasha, lugareña de Yaroun, es una de las personas afectadas por esa destrucción de viviendas, que junto a su padre, se acerca al punto fronterizo, donde dice a EFE: "hemos tenido que salir de nuestro pueblo, de nuestra tierra y patria, y no debemos abandonar ni un palmo de terreno". Y añade que “pese a la destrucción y la agresión en toda la zona de Dahye (el suburbio mayoritariamente chií del sur de Beirut) nosotros seguimos con resiliencia, mi casa está destruida pero seguro que se irán de la zona”. Antes de irse junto a su padre, Halan Nasha asegura: "mañana volveré aquí" y "si Dios quiere veré lo que queda de mi hogar".

La retirada total de las fuerzas israelíes presentes en el sur del territorio libanés no está clara, pese a la rotundidad del Gobierno del Líbano de rechazar cualquier ampliación más allá de la fecha señalada.