Israel extrema su "nueva fase" contra Hizbulá en la jornada más letal de bombardeos sobre Líbano en décadas
Los últimos datos oficiales elevan a 492 muertos y más de 1.600 heridos las víctimas de las acciones israelíes sobre territorio libanés, mientras Hizbulá continúa lanzando centenares de proyectiles. La comunidad internacional llama a la "diplomacia" entre condenas por los ataques hebreos.
Día para la historia negra de Líbano. La ofensiva de Israel contra la milicia chií Hizbulá ha multiplicado su efecto y ha dejado, sólo este lunes, 492 muertos y más de 1.600 heridos en los bombardeos sobre Beirut.
Las ofensivas lanzadas por Tel Aviv contra el sur de la capital de Líbano y contra miles de dispositivos móviles de miembros de Hizbulá en días anteriores han elevado la tensión regional al extremo, mientras la milicia chií intenta responder con cientos de cohetes sobre el espacio israelí.
Una escena que ha ido si cabe a peor este lunes en un balance mortal no visto en décadas y que incluye a 24 niños, de acuerdo con el último dato conocido en la noche, mientras miles de civiles huyen a toda prisa. Al respecto, el portavoz israelí ha matizado que entre los fallecidos se incluye a "muchos terroristas que hemos matado hoy que estaban cerca de las armas", emplazando a ofrecer sus propias cifras.
El "nuevo frente" al que hacía referencia el ministro de Defensa hebreo, Yoav Gallant, es ya una realidad desde hace días, con el foco algo más desviado de Gaza. La región, reconoce la ONU, está "al borde de una catástrofe inminente".
Porque más allá del rosario de muertes y heridos, miles de familias han tenido que desplazarse a la fuerza, dejando atrás sus casas y pertenencias, como así reclamaba el alto mando militar israelí. Ante esta situación, el Gobierno libanés ha ordenado la apertura de colegios e institutos en varias zonas del país para acoger a los desplazados.
Por ello, los actores internacionales llaman a dar paso a la diplomacia, entre matices partidistas como los de EEUU, que en su alegato en favor de "hallar un camino para una solución diplomática", incluía el reconocimiento de que Israel tiene "derecho a defenderse" de los ataques de Hizbulá.
España toma medidas
España, como otros estados, defiende la mediación para detener la "espiral de violencia" y evitar la guerra "a toda costa" tras hacer pública su "profunda consternación y condena por los bombardeos israelíes". La situación ha llevado a Exteriores a aconsejar a sus ciudadanos que abandonen Líbano en los medios de transporte comercial aún operativos, además de desaconsejar los viajes "bajo cualquier circunstancia".
También en clave española, la titular de Defensa, Margarita Robles, ha confirmado que los 650 'cascos azules' de la ONU españoles presentes en el país han reducido su actividad al mínimo imprescindible y han suspendido sus patrullajes ante el peligro de los ataques.
Unos ataques que para el propio Ejecutivo libanés forman parte de "una guerra de exterminio" por la que han reclamado a la comunidad internacional y a los países "relevantes" a ponerse en el "lado correcto" y hacer presión para acabar con los bombardeos.
Tel Aviv, sin embargo, hace una lectura acrítica de su ofensiva, llena de autocomplacencia por haber descabezado Hizbulá, y sin el menor síntoma de que vaya a finalizar pronto. "En el transcurso de una semana, se puede determinar que, en muchos sentidos, —el jefe del grupo chií libanés Hizbulá, Hasán— Nasrala se ha quedado solo en la cima", ha afirmado este lunes el ministro de Defensa.
Poco antes era el portavoz militar, Daniel Hagari, el que detallaba que sólo este lunes, las Fuerzas Aéreas israelíes alcanzaron alrededor de 800 objetivos del grupo chií, considerado terrorista.
"Para aquellos que aún no lo han entendido, quiero aclarar la política de Israel [...], que no espera a una amenaza, sino que se anticipa en cualquier sitio, en cualquier escenario y en cualquier momento", añadía horas más tarde Benjamin Netanyahu, ajeno al ruido en su contra también por los bombardeos contra Beirut.