Hallan muerto en su celda a 'Unabomber', el terrorista que sembró el pánico en EEUU en los '90 con sus cartas bomba
Ha sido hallado a sin vida a los 81 años.
El terrorista conocido como Unabomber, Theodore Ted Kaczynski, ha sido hallado muerto a los 81 años en la mañana del sábado en la celda en la que cumplía ocho condenas a cadena perpetua como consecuencia de los envíos de cartas bomba que realizó durante la década de los 90, años en los que recurrió a esta práctica hasta en 16 ocasiones.
Entre sus objetivos favoritos se encontraban las universidades donde llegó a matar a tres personas y herir a 23, hasta que el FBI lo arrestó en 1996. Su fallecimiento ha sido comunicado por la Oficina Federal de Prisiones aunque la causa del mismo no ha podido ser certificada.
Unabomber estuvo en la cárcel de máxima seguridad de Colorado hasta 2021, cuando debido a su delicado estado de salud, fue trasladado a una cárcel medicalizada en Carolina del Norte, donde ha pasado los últimos dos años de su vida.
Ermitaño, superdotado y 'antitecnología'
Superdotado y caracterizado por una personalidad inusual, se sacó la carrera de matemático en Harvard, para posteriormente dedicarse a la enseñanza en Berkeley, aunque a finales de los años 70 dejaría a un lado esta vida para convertirse en uno de los hombres más buscados de Estados Unidos.
En el año 1978 comenzó a llevar a cabo sus prácticas terroristas y en la década de los 80 era ya el fugitivo más mediático del país. Su aspecto físico tras años en el ostracismo salió a la luz el día de su detención, cuando el mundo entero conoció su identidad, con barba frondosa y un apariencia propia de un ermitaño.
Apenas unos meses después de comenzar su actividad delictiva, el gobierno norteamericano solicitó a The Washington Post y The New York Times, que publicaran un manifiesto de Unabomber, una petición que fue aceptada por los medios.
En esas líneas se pudieron leer las siguientes palabras, en lo qu ese trataba de un alegato en contra de todo tipo de avance tecnológico y en el que apuntaba al desequilibrio global que ello provocaba: “La revolución industrial y sus consecuencias han sido un desastre para la raza humana. Han aumentado la esperanza de vida de los que vivimos en países avanzados, pero han desestabilizado la sociedad y han condenado a los seres humanos a la indignidad”.
Finalmente, el 3 de abril de 1996 el FBI logró detenerlo tras años intentándolo sin éxito. Hasta ese momento, se trató del caso al que más recursos y personal tuvieron que destinar las autoridades norteamericanas.