Este es el plan de 7 pasos que necesita Europa para estar preparada para la guerra

La Comisión Europea ya tiene su plan para rearmar Europa para 2030. El objetivo es que la Unión se convierta en un actor "creíble e independiente" en materia de defensa de aquí a cinco años. Para este fin, se dispone de aproximadamente 800.000 millones de euros. Ese es el tuétano del plan.

Todo queda reflejado en el Libro Blanco de la Defensa, que además de este objetivo clave también apuesta por seguir apoyando a Ucrania en su pelea contra el invasor ruso. La razón de la urgencia es esta apuesta es que Rusia podría atacar Europa en el plazo de tres a cinco años, entienden fuentes de la Comisión que cita el diario finlandés Uusi Suomi.

Una fuente oficial de la Comisión describió el miércoles la amenaza que supone Rusia para Europa como una que "ya se está manifestando en Ucrania". "Necesitamos crear un elemento disuasorio para Putin, y por eso es importante la implementación de este documento", dijo el comisario de Defensa, Andrius Kubilius, en una conferencia de prensa.

Otra razón de la urgencia es el rápido deterioro de la situación geopolítica. "El apoyo de Estados Unidos a Europa no puede darse por sentado", afirmó otra fuente oficial de la CE.

¿Qué hay de nuevo?

El Libro Blanco s no contiene nada nuevo. Describe las capacidades de las que carece Europa, ya que hasta ahora Estados Unidos ha asumido la principal responsabilidad de llevar a cabo operaciones militares exigentes para defender a Europa.

La presentación de 20 páginas tampoco presentó nuevos métodos de financiación.

Según la Comisión, la novedad del Libro Blanco es que por primera vez la Comisión combina la financiación, los proyectos emblemáticos, el fortalecimiento de la industria de defensa y la simplificación de la regulación. También es nueva la situación desafiante y el hecho de que, al aumentar la cooperación entre los países de la UE, estos pueden lograr más.

Para abordar las deficiencias de capacidad militar de la UE, el Libro Blanco presenta siete proyectos clave que abarcan la defensa aérea y antimisiles, los sistemas de artillería, las municiones y los misiles, los drones, la movilidad militar, la inteligencia artificial, la guerra cuántica, cibernética y electrónica, así como facilitadores estratégicos como las capacidades de combate y la infraestructura crítica. 

Defensa aérea y antimisiles

Europa necesita una defensa aérea y antimisiles integrada y de múltiples capas que proteja contra todo tipo de amenazas aéreas (misiles de crucero, misiles balísticos e hipersónicos, aviones y buques y dispositivos no tripulados).

Sistemas de artillería

Europa necesita recibir sistemas de fuego avanzados, incluida artillería moderna y sistemas de misiles de largo alcance diseñados para realizar ataques precisos y de largo alcance contra objetivos terrestres.

Municiones y misiles

Sobre la base de la iniciativa "Programa de Municiones 2.0" del Servicio Europeo de Acción Exterior, debe establecerse una reserva estratégica de municiones, misiles y componentes, así como una capacidad de producción de la industria de defensa suficiente para garantizar una reposición oportuna.

Drones y sistemas anti-drones

La UE necesita sistemas no tripulados, incluidos vehículos aéreos, terrestres, de superficie y submarinos que puedan controlarse a distancia u operar de forma autónoma mediante software y sensores avanzados, y que mejoren las capacidades que permiten estas tecnologías.

Movilidad militar

La UE debe disponer de una red a nivel de toda la Unión de rutas terrestres, aeropuertos, puertos y elementos y servicios de apoyo que permitan el transporte fluido y rápido de tropas y equipos militares entre la UE y los países socios.

IA, guerra cuántica, cibernética y electrónica

Europa necesita aplicaciones de defensa que utilicen inteligencia artificial militar y computación cuántica. Además, se necesitan sistemas electrónicos avanzados en toda la UE, diseñados para: a) proteger y garantizar el uso sin obstáculos del espectro electromagnético para las fuerzas y operaciones terrestres, aéreas, espaciales y navales.

Además, se necesitan sistemas para suprimir, interrumpir y prevenir el uso del espectro electromagnético por parte de un adversario, proteger la libertad de acción en el ciberespacio y garantizar el uso sin obstáculos de las capacidades cibernéticas. Se necesitan capacidades cibernéticas tanto defensivas como ofensivas para garantizar la protección y la libertad de acción en el ciberespacio.

Facilitadores estratégicos y protección de infraestructura crítica

Estos incluyen aviones de transporte aéreo estratégico y de reabastecimiento en vuelo, de reconocimiento y vigilancia, y de protección marítima y espacial, así como otros activos de comunicaciones seguras e infraestructura de combustible militar.

"Escudo fronterizo oriental"

Países fronterizos de la UE con Rusia recibieron una mención especial en el Libro Blanco sobre la importancia de defender la frontera oriental de la UE, el llamado "escudo fronterizo oriental". En el proyecto, algunos Estados miembros podrían establecer un mecanismo integrado de gestión de las fronteras terrestres contra los ataques rusos y bielorrusos y los ataques híbridos.

El Libro Blanco afirma que el proyecto puede incluir una combinación integral de diversas barreras físicas, desarrollo de infraestructura y sistemas de vigilancia modernos. 

Se estima que se gastarán 800.000 millones de euros en armar a Europa hasta 2030. Como instrumento de financiación clave, la Comisión propuso previamente el instrumento financiero SAFE, basado en una deuda conjunta de 150 000 millones de euros, a partir del cual se pueden conceder préstamos a los Estados miembros para apoyar inversiones conjuntas en defensa. La herramienta permite la adquisición conjunta y proyectos de desarrollo conjunto que se centran en esas siete áreas de capacidad críticas.

La Comisión ha propuesto flexibilidad en la aplicación de la cláusula de excepción nacional como otro instrumento de financiación. En la práctica, esto significa relajar la llamada regla de déficit, lo que podría aumentar el gasto de defensa de los estados miembros en un 1,5 por ciento del PIB en cuatro años.

A nivel de la UE en su conjunto, el importe se estima en 650.000 millones de euros.