Estado palestino, 'check': qué otras medidas se pueden tomar para presionar a Israel

Estado palestino, 'check': qué otras medidas se pueden tomar para presionar a Israel

Los embargos de armas o comerciales, la ruptura de relaciones, la imposición de sanciones o denuncias ante la justicia internacional son algunas de las vías por las que han optado distintos países para tratar de frenar el ataque sobre Gaza. 

Pedro Sánchez y José Manuel Albares, posan junto al primer ministro palestino, Mohamed Mustafa, y cancilleres del Grupo de Contacto Árabe para Gaza, el miércoles.Chema Moya / EFE

En un martes histórico, España, Irlanda y Noruega reconocieron el pasado 28 de mayo a Palestina como estado. Un aval que llevaba años fraguándose y que ha cristalizado gracias a un fuego terrible, los 36.000 muertos de Gaza por los imparables ataques de Israel. La lectura del Gobierno de Pedro Sánchez fue clara: es un paso que robustece y legitima a Palestina, pero que no va contra Israel ni es complaciente con Hamás. 

Entiende que con esta decisión está más cerca la paz y, además, puede generar un efecto en cadena de más reconocimientos, una oleada diplomática que acabe presionando a Tel Aviv y acercando el fin de la guerra. Sí, en las últimas horas se ha sumado un país más, Eslovenia, que en dos semanas votará en su parlamento por reconocer a Palestina. Pero no, la contienda no acabará antes de final de año, pronostica Israel. 

Tratar a Palestina como un igual es un paso de gran valor político y simbólico, pero no frena al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ni a su gabinete de religiosos y ultranacionalistas. ¿Hay algo más que se pueda hacer para forzarlo a un alto el fuego o a negociar al menos una tregua? ¿Qué respuesta están dando los países que más lejos están llegando en su oposición a Tel Aviv?

Carlos de las Heras, responsable de Israel y Palestina en Amnistía Internacional (AI) en España, da especial importancia a la "muy positiva" iniciativa de Sudáfrica de suplicar una demanda en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) "por imposible incumplimiento de la Convención contra el Genocidio por parte de Israel, que además es un Estado aparte y firmante de esta convención". "En este sentido, es muy importante el apoyo que puedan prestar y que deben prestar todos los países, no sólo a Sudáfrica, sino a la propia Corte, para que pueda hacer su trabajo y pueda llevar a los responsables de estas posibles violaciones de derechos humanos ante la justicia", indica. 

En el caso de la denuncia por supuesto genocidio, ya han apoyado a Sudáfrica países como Colombia y Nicaragua, por su parte, ha abierto otro frente de litigio en la misma CIJ al denunciar a Alemania "por participar en el posible genocidio" de Israel. 

"También es interesante la iniciativa del fiscal de la Corte Internacional de Justicia de solicitar órdenes de arresto para el que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, su ministro de Defensa, Yoav Gallant, y varios líderes de Hamás", indica De las Heras. "Esto es otro mensaje de que la impunidad no debe tener lugar en el derecho internacional humanitario y que todos los responsables, no sólo de cometer gravísimas violaciones de derechos humanos, crímenes de guerra o de lesa humanidad, sino también los ordenantes o los que llevan esas ordenes deben de ser llevados a la justicia", ahonda.

Pero para que esa rendición de cuentas se dé es necesario "el apoyo de la comunidad internacional". "Nosotros, desde Amnistía, lo que pedimos es a todos los estados que ejerzan esta jurisdicción universal sobre crímenes de derecho internacional y que promuevan también el fortalecimiento de leyes, tanto nacionales como internacionales, para abordar estos peligrosos crímenes", demanda. 

En el caso de España es complicado dar esa solución que demanda AI, ya que el Partido Popular, en 2014, emprendió una reforma de la llamada Justicia Universal que la acabó invalidando. A través de un cambio exprés de la Ley Orgánica de Poder Judicial, en concreto el artículo 23, "se cerraba cualquier posibilidad a llevar a cabo procesos de persecución de crímenes de derecho internacional". 

Si acaba habiendo órdenes de arresto de la CPI -el fiscal las ha pedido, pero ahora un panel de jueces debe decidir si las lanza-, nuestro país también puede cooperar ateniéndose a la legalidad. Si se formalizan y Netanyahu, su ministro o un líder de Hamás viajan a España o cualquier país parte y firmante del Estatuto de Roma, que es el que da pie a la Corte Penal Internacional, deberían de ser arrestados", resume. 

El abogado Ezequiel Cruz, experto en derecho internacional y que fue cooperante en Palestina durante seis años, explica que "tampoco hay que desdeñar" un camino diplomático más lento pero efectivo "se se hacen bien las cosas" como es el de las negociaciones. "No una sola cumbre de paz, sino un proceso sostenido, callado, como lo fue el de Oslo en 1993, el armazón sobre el que se han construido todo lo demás en estos 30 años", dice. "Hay que hacer un trabajo sin focos, sobre todo con los países árabes. A Israel le interesa relacionarse con ellos y estaba en la línea de intensificar esos lazos antes del ataque de Hamás", recuerda. Justo en esa línea ha prometido trabajar España, aunque prometió una cumbre para primavera que no se ha podido celebrar aún y que esta semana ha reunido en La Moncloa a algunos ministros de Exteriores de la región. Hasta ahora, tenían relaciones con Israel Egipto, Jordania, Emiratos Árabes, Bahréin y Marruecos. 

"Aunque el proceso de paz lleva una década parado y habitualmente ha sido descompensado, avalando el statu quo de Israel y con EEUU como mediador parcial y único, hay margen no para ser determinante, pero sí para empujar", insiste el mexicano. Para ello, es "mejor" no romper relaciones con Israel, "por muchas críticas que se le puedan hacer". Amnistía no entra tampoco en esa vía. "Nosotros no vamos a pedir nunca la ruptura de relaciones diplomáticas, gubernamentales o incluso empresariales con Israel o con cualquier otro país", afirma su portavoz.

Actualmente, los países que han dado ese paso son Colombia, Bolivia y Belice. Ha habido retirada de embajadores de Bahrein, Turquía, Chad, Chile, Honduras y Jordania. Hacen daño y preocupan el primero y el último: Colombia es, tras Brasil, el segundo socio comercial de Israel en América Latina, tienen un acuerdo de libre comercio desde hace cuatro años y a los narcos y a las guerrillas se las vigila desde el aire con aviones Made in Israel. En el caso de Jordania, es un país árabe amigo, que reconoce plenamente a Israel, con el que comparte frontera en el Valle del Jordán. Además, Ammán controla la administración en la sensible Explanada de las Mezquitas y tiene en su territorio más de 2,2 millones de refugiados palestinos, según la Agencia de la ONU en la materia, la UNRWA

Además de esta ruptura diplomática, por grados, los estados pueden optar por un embargo de armas o comercial, que es una queja parcial. España ya ha frenado su venta de armas a Israel, desde el 7 de octubre, pero se han enviado los lotes comprometidos previamente y que, dice Madrid, se iban a usar en entrenamientos y no contra los palestinos. Insuficiente, le dicen sus socios de Gobierno de Sumar. 

Ha habido, en este flanco, pasos parciales de Canadá, que ha congelado también esas relaciones pero sin afectar a contratos previos, o empresas armamentísticas de Japón, Italia o Bélgica. Es, lo que se dice, el chocolate del loro, ya que el 90% de las armas que llegan a Israel proceden de sus dos grandes socios, EEUU y Alemania.

En el caso de los embargos comerciales, destaca el de Turquía, del pasad 1 de mayo. Afecta a todos los productos que se venden entre los dos países, dos socios estables en lo económico, entre cuyas orillas se movieron el año pasado 7.000 millones de dólares, según BBC Mundo. Es el primer país de mayoría musulmana que reconoció a Israel, en 1949, pero ha tenido una historia de altibajos en sus relaciones. Ahora, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dice que Benjamin Netanyahu es un "psicópata" y un "vampiro que se alimenta de sangre". 

¿Qué pasa con las sanciones?

Y luego están las sanciones. Cruz habla de "las pequeñas y las grandes". Las primeras, por ejemplo, se pueden imponer a los colonos que residen en Jerusalén este y Cisjordania, una medida ya adoptada por España, EEUU, Francia o Reino Unido, pero que afecta apenas a un puñado de personas identificadas como atacantes de ciudadanos o propiedades palestinas. "Hablamos de un par de decenas, cuando hay 600.000 colonos y su violencia se ha disparado", denuncia. "No sólo se puede sancionar a estos individuos, sino que se puede reclamar a Tel Aviv el dinero de los proyectos de cooperación de cada país que han sido destrozados por su Ejército, sin consecuencias. Hablamos de muchos millones, especialmente de la Unión Europea. Por recordar al público español, digamos que el aeropuerto de Gaza lo inauguró el señor (José María) Aznar".  

En las sanciones "grandes" están las que puede imponer Naciones Unidas o la Unión Europea, las económicas. Imponer esas sanciones necesita de de un consenso amplio y hoy, en Occidente, no lo hay. Se trata de un elemento esencial en las relaciones internacionales de hoy, una herramienta coercitiva que se aplica contra Gobierno, entidades no estatales como empresas o bancos e individuos particulares. Si un país supone una amenaza y la diplomacia no ha conseguido aminorar el riesgo, se puede acudir a esta vía para modificar su comportamiento, reducir su capacidad de maniobra o debilitar su posición y exponer ante el mundo los males de determinados mandatarios.

Normalmente, suelen ser económicas o financieras, como los embargos de armas o de cuentas bancarias, vetos al acceso a determinados países, congelación de activos... Pero también pueden ser deportivas o ambientales.

El embajador adjunto de Estados Unidos ante la ONU, Robert A. Wood, en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, votando contra un alto el fuego en GazaSARAH YENESEL

En el plano civil, Amnistía ha apostado por esta salida, pidiendo sanciones a Israel por sus ataques no sólo sobre Gaza, sino también sobre Cisjordania, aunque en su caso no son económicas, las más conocidad. Ha reclamado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que se impongan "sanciones selectivas", como por ejemplo l"a prohibición de viajar o la congelación de activos a los funcionarios israelíes que puedan estar implicados en la comisión de crímenes de guerra o de lesa humanidad". 

Esto, en realidad, no es nuevo, en un conflicto viejo de 76 años. La propia organización internacional lo reclamó ya en 2022, tras publicar un informe de referencia sobre la realidad del conflicto, en el que denunciaba que, desde la creación del Estado de Israel en 1948, hay "una política de apartheid contra la población palestina". 

"También hemos pedido muy concretamente, en el pasado y ahora, que el Consejo de Seguridad impongan de manera inmediata un embargo de armas total a Israel, pero también a Hamás y otros grupos armados", indica De las Heras. Un embargo que no se limite al armamento pesado, sino que englobe "el suministro, la venta, la transferencia de armas y de material militar, los programas, los equipos, tecnologías asociadas o piezas". "Esto va más allá - resume-. Cualquier tipo de materiales que puedan ser utilizados para violar los derechos humanos y, en concreto, de la población palestina". 

Ahora mismo, en este extremo, su objetivo esencial es EEUU, por el volumen de armamento, munición o tecnología que entrega a Israel. "Es el gran vendedor o el gran comerciante de armas con Israel", indica en especialista. EEUU representó el 69% y Alemania el 30% de las importaciones de armas de Israel del año pasado, según datos del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI). De las Heras confirma que en el pasado han llevado a cabo investigaciones de bombardeos que han tenido lugar en Gaza "en que se ha utilizado munición estadounidense". Esta misma semana, ha habido informaciones en prensa norteamericana que señalan a este mismo uso en Rafah

El caso español... 

Tanto De las Heras como Cruz entienden que hay que poner en valor la postura española desplegada hasta el momento para tratar de que se pare la guerra en Gaza. "En comparación con otras autoridades de otros países, es bastante positiva su respuesta", dice el portavoz de AI. "Siendo un país europeo, con fuertes presiones de EEUU y un pasado histórico importante con Israel y Palestina, no ha estado quieto", completa el abogado. 

Los dos ven que el embargo de armas puede ser mejorable, que sea "permanente y no temporal", pero es un paso no tan común entre las potencias occidentales. Madrid, además, ha apoyado todas las peticiones de alto el fuego en la UE en la ONU, aplaude el pleno reconocimiento de Palestina como estado miembro de Naciones Unidas -desde 2012 es observador, no miembro-, y eso hace la comparación "bastante positiva" respecto a otros. 

Contrasta con una comunidad internacional bloqueada, sobre todo en su principal organismo, Naciones Unidas, donde el poder de veto de EEUU protege diplomáticamente a Israel de resoluciones de peso. Sólo una vez en estos siete meses de guerra, Washington se abstuvo y permitió que saliera adelante un texto del Consejo de Seguridad, en marzo, reclamando un alto el fuego para Ramadán. 

"Es bastante preocupante que la comunidad internacional todavía se esté manteniendo un poco al margen, que esté puesta un poco de perfil ante esta gravísima crisis o catástrofe humanitaria que hay en Gaza", lamenta De las Heras. 

Y luego estaría la respuesta de la sociedad en general. "España, desde hace mucho tiempo, la opinión pública está muy sensibilizada con el problema de Palestina, de territorios palestinos ocupados", remarca, poniendo como botón que llevan casi 140.000 firmas en la petición de AI sobre un alto el fuego. "Hay una sensibilidad especial por parte de la sociedad española en relación a la situación del pueblo palestino".

Cruz añade que se ha notado además un mayor movimiento de apoyo al BDS, Boicot, Desinversión, Sanciones, que busca desde que no se compren productos provenientes de colonias a que artistas internacionales declinen hacer gira en Israel, pasando por el fin de convenios entre universidades o la suspensión de Tel Aviv de eventos como Eurovisión o unos juegos olímpicos. 

Pedro Sánchez saluda a Benjamin Netanyahu, el pasado 23 de noviembre en Jerusalén.Borja Puig de la Bellacasa / La Moncloa

... y la firmeza de Israel 

De las Heras constata que, pese al movimiento ya repasado, la posición de Israel no se ha modificado en estos meses. Sus militares han dicho que hay guerra para largo, más cuando Hamás ha recuperado cierta capacidad de lanzar cohetes contra suelo israelí, como en las dos últimas semanas. 

"La posición de Israel es tremendamente estricta y no está cumpliendo determinadas cuestiones del derecho internacional humanitario que debería cumplir, como por ejemplo todo lo que tiene que ver con la protección de la población privilegiada", detalla. Israel, "como potencia ocupante que es tanto en Gaza como en Cisjordania, tiene una serie de obligaciones respecto al derecho internacional humanitario y una de ellas es el garantizar unas condiciones de vida dignas para la población que tiene bajo su ocupación", indica.

Israel ha dicho en ocasiones que no ocupa Gaza, de la que se retiró en 2005, pero que desde entonces ha mantenido controlada por tierra, mar y aire y sometida a bloqueo. La comunidad internacional entiende que eso es ocupación, también. 

"La realidad es que las próximas semanas, los próximos meses, no son muy esperanzadoras. Por lo menos las noticias que nos llegan de la operación en Gaza hacen pensar eso. Y no nos olvidemos de que mientras todos los ojos están puestos en la franja, en Cisjordania también está habiendo múltiples operaciones militares y agresiones por parte de colonos a la población palestina", se duele. 

Las cosas, pese a los días históricos, no cambian por ahora. 

MOSTRAR BIOGRAFíA

Licenciada en Periodismo y especialista en Comunicación Institucional y Defensa por la Universidad de Sevilla. Excorresponsal en Jerusalén y exasesora de Prensa en la Secretaría de Estado de Defensa. Autora de 'El viaje andaluz de Robert Capa'. XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla.