España reclama las cuentas de Marruecos
Los agricultores andaluces ya han activado la alerta amarilla.
En medio de la crisis que vive el sector agrícola en España, la Organización Interprofesional de Frutas y Hortalizas de Andalucía (Hortyfruta) ha activado la alerta amarilla en productos como el pepino y el calabacín. Las primeras semanas de la temporada no han alcanza las cifras de venta necesarias para cubrir los costos de producción, lo que ha generado cierta inquietud en el sector.
Las 'pizarras', como se conoce a las subastas del producto en origen, han registrado precios por debajo de los 30 céntimos por kilo en varios productos, lo que ha desencadenado preocupación entre los agricultores. A pesar de que la temporada está en sus inicios, el modelo intensivo se enfrenta a un panorama incierto ya que los productores andaluces aún no ha obtenido una cuota de mercado lo suficientemente significativa como para influir en los precios.
Aunque Hortyfruta había descartado inicialmente la retirada de productos de segunda categoría para aumentar su valor en el mercado, volverá a estar encima de la mesa después de analizar la evolución de las cotizaciones en los próximos días. A pesar de que el cultivo de pepino y calabacín experimentó este año un aumento cercano al 10% en Almería, los productores no tienen asegurada la rentabilidad del cultivo.
Andrés Góngora, secretario provincial de COAG en Almería, ha expresado en La Razón su preocupación ante esta situación y ha demandado una investigación para determinar por qué algunas empresas están comprando productos por debajo de los costos de producción, ya que considera que esto infringiría la Ley de la Cadena Alimentaria.
Por otro lado, el catedrático de Economía y codirector de la Cátedra COEXPHAL-UAL, Juan Carlos Pérez Mesa, ha subrayado la necesidad de aumentar el precio de salida del producto en 20 céntimos para que sea rentable. Además, ha destacado que los costos de producción han aumentado en un 35% desde junio de 2021 hasta septiembre de 2023, lo que ha complicado la planificación de la campaña agrícola.
La competencia con productores de otros países, como Marruecos, que cuentan con ventajas en costos laborales y de transporte, plantea un desafío adicional para los agricultores españoles. La reentrada al mercado de países como Holanda también podría impactar en los precios locales, lo que añade presión al sector agrícola.