'Election is coming': la guía de claves para no perderte ante las elecciones de EEUU
Un repaso sencillo a la cita de este 5 de noviembre, en la que la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump pelearán por quedarse con el Despacho Oval, que dejará vacío Joe Biden.
2024 está siendo muchas cosas. Por ejemplo, un año electoral como pocos en la historia. Hasta 70 comicios previstos y unos cuantos imprevistos, en los que se ha llamado a las urnas a 4.000 millones de votantes para definir el mundo". Casi al final, el 5 de noviembre, llega la que es posiblemente la cita más esperada: la de Estados Unidos.
Han votado los rusos, los ingleses, los franceses, los venezolanos, los mexicanos... y ahora es turno de buscarle relevo a Joe Biden en la Casa Blanca. No estaba previsto que el hoy presidente diera un paso al lado y fuera sustituido en la candidatura por Kamala Harris, pero en esas estamos. Frente a la demócrata, el republicano Donald Trump, presidente entre 2017 y 2021, que quiere volver por sus fueros. Una pelea en empate técnico, dicen las encuestas.
Alrededor de 240 millones de estadounidenses tienen, con su voto, la llave del Despacho Oval. Además de elegir a sus futuros presidente y vicepresidente, los ciudadanos estadounidenses también votarán por los miembros de la Cámara de Representantes y del Senado, que juegan un papel clave en la aprobación de leyes.
Este es un resumen de los datos más importantes para estos comicios.
¿Cuándo son las elecciones de EEUU?
Las elecciones de este 2024 se celebrarán el 5 de noviembre de 2024, el primer martes del mes de noviembre, como marca la tradición. ¿Y de dónde viene eso? Pues hay que remontarse al siglo XIX, cuando la mayoría de la población estadounidense era rural y dependía de la agricultura. Las cosechas se recogían en otoño y noviembre era un mes estratégico, ya que marcaba el final de la temporada de rabajo, permitiendo que los campesinos tuvieran tiempo para viajar a los centros de votación, sin interferir con su trabajo.
Los legisladores también debían tener en cuenta el tiempo que los votantes necesitaban para trasladarse a los lugares de votación, los viejos colegios electorales. La mayoría de las personas viajaban entonces a pie o en carromato, cubriendo trayectos que podían llevar días. Por eso, se optó por un martes, permitiendo que los votantes viajaran el lunes, después del domingo, día en que muchos asistían a la iglesia.
Pues quien salga elegido en este primer martes de noviembre ocupará la Casa Blanca por un mandato de cuatro años, a partir de enero de 2025. El presidente o presidenta -Harris puede ser la primera mujer en llegar al cargo en la historia del país- tiene el poder de aprobar algunas leyes por su cuenta, pero sobre todo debe trabajar con el Congreso para aprobar toda la legislación. En el escenario mundial, el líder estadounidense tiene considerable libertad para representar al país en el exterior y conducir la política exterior. EEUU es, hoy, la mayor potencia del planeta.
¿Quiénes son los candidatos y cómo se nominan?
Los dos partidos principales, aplastantemente mayoritarios en EEUU, son el Demócrata y el Republicano. Ambos nominan a un candidato presidencial mediante la celebración de una serie de votaciones, las llamadas primarias estatales y asambleas partidarias o caucus, donde los ciudadanos eligen a quien mejor les parece como líder para una una elección general.
En el Partido Republicano, el expresidente Trump obtuvo el apoyo de su partido con una enorme ventaja sobre sus rivales, ninguno de los cuales pudo hacerle sombra, tal es el poder del magnate en el actual partido conservador. Hasta el final en la pelea llegó la exembajadora Nikki Haley, que al final tiró la toalla. El millonario se convirtió en el candidato oficial republicano en una convención del partido en Milwaukee, Wisconsin. Trump eligió al senador de Ohio J.D. Vance como su compañero de fórmula para vicepresidente.
Por los demócratas, la vicepresidenta Kamala Harris se unió a la contienda después de que el presidente Biden se retirara y ningún otro demócrata se presentara contra ella. Su compañero de fórmula es el gobernador de Minnesota, Tim Walz. Lo del partido progresista en esta elección ha sido inédito: Biden fue avalado por su militancia, erigido en único candidato porque siempre es lo que se hace con un presidente en ejercicio, apoyarlo para un segundo mandato, pero las dudas sobre su idoneidad para el cargo lo obligaron a ceder y abandonar.
Las especulaciones sobre su salud y su coherencia y capacidad llevaban meses sobre la mesa, pero un debate en la CNN ante Trump en junio pasado lo mandó a la lona, directamente. Biden trató de agarrarse a su boleta, pero al final cedió y avaló a Harris. Nadie osó a llevarle la contraria y, al final, la antigua fiscal fue erigida en candidata con una enorme ola de ilusión renovada.
En las elecciones estadounidenses también hay algunos candidatos independientes y de partidos minoritarios. Estos aspirantes no tienen por qué celebrar una convención nacional, pero deben cumplir una serie de requisitos para ser elegibles, como recoger una determinada cifra de firmas por cada estado. Uno de los candidatos más destacados ha sido Robert F. Kennedy Jr., sobrino del mítico expresidente John F. Kennedy, pero a finales de agosto suspendió su campaña y dio su apoyo a Trump.
Entre los candidatos independientes y de partidos minoritarios, relativamente conocidos, están Cornel West, un activista y escritor progresista que se presenta como candidato independiente; Jill Stein, médica y activista medioambiental que se presenta por el Partido Verde; y Chase Oliver, candidato del Partido Libertario.
¿Qué defienden los demócratas y los republicanos?
Los demócratas son el partido político liberal, con una agenda definida en gran medida por su impulso a los derechos civiles, una amplia red de seguridad social y medidas para abordar el cambio climático. Aunque Trump los llame "socialistas", distan de serlo, aunque son la formación progresista más fuerte del país.
Los republicanos, por su parte, son el partido político conservador de EEUU. También conocido como GOP, o el Grand Old Party, ha defendido la reducción de impuestos, la reducción del tamaño del Gobierno, el derecho a poseer armas y restricciones más severas a la inmigración y al aborto. En los últimos años, se ha partido con familias políticas cada vez más radicales, un río revuelto en el que Trump pescó con su populismo y donde ahora nadie le tose.
¿Cómo funcionan estas presidenciales?
El ganador no es la persona que obtiene más votos en todo el país, sino que ambos candidatos compiten para ganar las contiendas que se llevan a cabo en los 50 estados. Cada estado tiene una cierta cantidad de votos del llamado colegio electoral, que se basa en parte en la población. Hay un total de 538 en juego y el ganador es el candidato que obtiene 270 o más.
Todos los estados, excepto dos, tienen una regla según que dice que el ganador se lleva todo, de modo que el candidato que obtenga el mayor número de votos recibirá todos los votos del colegio electoral del estado.
La mayoría de los estados se inclinan fuertemente hacia uno u otro partido, por lo que la atención suele centrarse en una docena de estados en los que cualquiera de ellos podría ganar. Son los que bautizamos con el apellido de "en disputa", "clave" o "bisagra", y que en inglés se denominan swing states, estados péndulo. Se trata de Arizona, Carolina del Norte, Wisconsin, Michigan, Georgia, Pensilvania y Nevada.
¿Es posible que un candidato gane la mayoría de votos a nivel nacional y aún así sea derrotado por el colegio electoral? Sí, es posible, y tenemos un caso muy reciente: en 2016, la candidata demócrata, Hillary Clinton, ganó en voto popular, superando a Donald Trump, pero fue el magnate el que se convirtió en presidente por el colegio. Una decepción gigante para los demócratas.
El sistema del Colegio Electoral es único en el mundo y trata de igualar la representatividad entre estados del norte y del sur. Su origen: las disputas por la esclavitud, por eso hoy resulta, para muchos, lejano y anticuado. Para algunos críticos, el Colegio da una ventaja desleal a los estados con un número amplio de delegados: si un partido gana los 11 principales estados podría vencer las elecciones, aunque no reciba un solo voto en los demás estados, por ejemplo. Pero nadie ha metido mano para reformar el sistema.
¿Quién puede votar en las elecciones?
La mayoría de los ciudadanos estadounidenses mayores de 18 años son elegibles para votar en las elecciones presidenciales del 5-N. Todos los estados, excepto Dakota del Norte, requieren que las personas se registren antes de poder votar, eso sí.
Cada estado tiene su propio proceso y fecha límite de registro de votantes, por lo que hay estados que ya han comenzado con el proceso, antes del primer martes de noviembre. Ocurre en algunos clave, como Georgia y Carolina del Norte. Algunos estados como Alabama ya han podido enviar sus votos por correo desde el 11 de septiembre.
Los ciudadanos estadounidenses que viven en el extranjero pueden registrarse para votar y solicitar una boleta de voto en ausencia completando la Solicitud de Tarjeta Postal Federal (FCPA).
¿Quién más será elegido en noviembre?
Toda la atención se centrará en quién gane la presidencia, obvio, pero los votantes de EEUU también elegirán a los todos nuevos miembros del Congreso y a un tercio de los del Senado cuando lancen sus papeletas.
El Congreso está formado por la Cámara de Representantes, donde se eligen los 435 escaños, y el Senado, donde se disputan 34 escaños. Los republicanos controlan actualmente la Cámara de Representantes, que inicia los planes de gasto, mientras que los demócratas están a cargo del Senado, que vota sobre nombramientos clave en el Ejecutivo.
Estas dos cámaras aprueban leyes y pueden actuar como control de los planes de la Casa Blanca si el partido que controla cualquiera de las cámaras no está de acuerdo con el presidente. Son, por eso, esenciales para la gobernabilidad del país.
Durante la jornada electoral, los votantes también elegirán a los gobernadores de 11 estados, así como los fiscales generales de otros 10 estados y algunos alcaldes. Igualmente, en algunas zonas del país serán sometidas a votación propuestas legislativas. En Montana, sin ir más lejos, los ciudadanos decidirán si se protege o no el derecho al aborto en la constitución del estado y en Arizona si se amplía el plazo para la interrupción legal del embarazo. En total, ocho estados aprovechan el momento para celebrar diferentes referéndum sobre el aborto.
¿El resultado pa cuando?
Normalmente, el ganador de las elecciones se declara en la misma noche de la cita electoral, pero en 2020 se necesitaron varios días para contar todos los votos definitivamente. Una situación que tensó aún más los días, con Trump denunciando un fraude electoral, puro mal perder, que acabó el 6 de enero con el infame asalto al Capitolio.
Además, incluso aunque se sepa en la noche del 5 al 6 de noviembre, hay que tener en cuenta que hay diferentes zonas horarias vigentes en EEUU, así que cuando en la costa este se hayan contabilizado los sufragios, los votantes de estados como Texas, California, Hawái o Alaska todavía estarán dirigiéndose a las urnas.
El período posterior a la elección se conoce como transición, si hay un cambio de presidente. Si no, es pura continuidad. Esta vez habrá cambio sí o sí, porque Biden se va aunque gane una compañera de partido como Harris.
Esto le da a la nueva administración tiempo para nombrar ministros del gabinete y hacer planes para el nuevo mandato.
El presidente asume oficialmente su cargo a partir del 20 de enero en la ceremonia de inauguración, que se celebra en las escaleras del Capitolio en Washington DC.