El socio europeo de Putin pone el escenario para el paso decisivo del fin de la guerra
Serbia se ofrece como sede neutral e independiente de una reunión entre los mandatarios de Rusia y Estados Unidos.
Serbia se ha ofrecido para acoger un encuentro entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y el mandatario electo de Estados Unidos, Donald Trump, argumentando que es un país independiente y no alineado con bloques militares.
"Serbia es el lugar del globo terrestre que convendría a ambos", aseguró el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, en declaraciones a la televisión comercial Pink.
Argumentó que Serbia es el lugar más adecuado porque "no solo está formalmente fuera de los bloques militares, sino esencialmente está fuera de ambos bloques, es un país independiente" y "preparado para garantizar plena seguridad a ambos presidentes".
Indicó también que Serbia es el país en que tanto Trump como Putin gozan de gran apoyo. "No hay ningún país que pueda compararse con Serbia en términos del nivel de apoyo al presidente Trump", afirmó Vucic, y añadió que Serbia es al mismo tiempo "un país donde el presidente Putin sigue siendo muy, muy popular".
Serbia es un país candidato a entrar en la Unión Europea, pero mantiene también estrechos vínculos con Rusia.
Trump, que volverá a hacerse cargo de la Casa Blanca el próximo lunes, dijo la semana pasada que su equipo estaba trabajando para programar una reunión con Putin. El líder republicano espera aprovechar la ocasión para cumplir su promesa de poner fin lo antes posible a la actual guerra de Rusia en Ucrania.
Ya el domingo, el Ministerio de Asuntos Exteriores suizo dijo que también había expresado su voluntad de albergar conversaciones de paz. Nicolas Bideau, jefe de comunicaciones del Departamento Federal de Asuntos Exteriores de Suiza, dijo en declaraciones al periódico suizo Le Temps que Ucrania, Rusia y Estados Unidos han sido informados regularmente de la disponibilidad del país para apoyar los esfuerzos diplomáticos para establecer la paz.
Los comentarios de Bideau se producen mientras el Kremlin señala su voluntad de reunirse con Trump para mantener conversaciones diplomáticas de alto nivel destinadas a poner fin a la actual invasión rusa de Ucrania. Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo a los periodistas que "aún no hay preparativos preliminares", sino "un entendimiento manifiesto de voluntad política, porque esos contactos serían muy necesarios y convenientes". Peskov añadió que "veremos más después de que cambie la Administración en Washington".
Un obstáculo para la posible reunión podría ser una orden de arresto pendiente de la Corte Penal Internacional contra Putin por supuestamente supervisar la deportación ilegal de niños ucranianos a Rusia. Suiza estaría legalmente obligada a arrestar a Putin, pero Bideau dice que el consejo federal del país tiene la autoridad de otorgar excepciones en situaciones que involucren negociaciones de paz.
Encuentro a la vista
Trump afirmó la semana pasada que "Putin quiere reunirse" y que se está organizando un encuentro, lo que indica que los esfuerzos para poner fin a la guerra de casi tres años entre Rusia y Ucrania estarían detrás de la apertura para las conversaciones.
El asesor de Seguridad Nacional de Trump, Mike Waltz, también dijo que "los preparativos están en marcha" para una reunión entre Trump y Putin. Waltz dijo que el formato de la reunión, incluida la posibilidad de la participación del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, no se ha determinado. Waltz, sin embargo, espera al menos una llamada telefónica entre Trump y Putin en "los próximos días y semanas".
El presidente electo de EEUU ha prometido llevar a Kiev y Moscú a la mesa de negociaciones, y en un momento llegó a afirmar que podría poner fin a la guerra en un día, lo que desató críticas incluso de antiguos aliados como el que fuera su vicepresidente durante su primer mandato, Mike Pence.
Trump, quien ha criticado la ayuda estadounidense al esfuerzo bélico de Ucrania y se ha expresado públicamente sobre una posible reconsideración de la pertenencia de Estados Unidos a la OTAN, ha generado preocupación entre aliados y expertos en seguridad.