El Kremlin lleva a cabo un extraño plan: mantener deliberadamente pobre a una región rusa
Ingushetia es una de las regiones más pobres de Rusia, donde uno de cada cuatro habitantes está desempleado.

Rusia mantiene deliberadamente pobre a la república rusa de Ingushetia, situada en el Cáucaso Norte, limitando su desarrollo económico, según han afirmado los activistas de la oposición y ha informado el periódico Kavkaz Realii.
Ingushetia es una de las regiones más pobres de Rusia, donde uno de cada cuatro habitantes está desempleado. La pequeña república, además, recibe más dinero per cápita de Moscú que cualquier otra región rusa, según ha publicado el medio Verkkouutiset.
La situación se mantiene estancada en esta región desde hace años, y no ha mejorado: no se han creado nuevas plantas industriales y la economía prácticamente no se ha desarrollado. El aumento de la tasa de desempleo se ha visto frenada principalmente por el hecho de que los ingush han sido movilizado la guerra ordenada por el presidente ruso, Vladimir Putin, en Ucrania hace más de tres años.
Esta situación, sin embargo, parece favorecer al Kremlin, según remarca el mismo medio. La República de Ingushetia se creó tras el colapso de la Unión Soviética, cuando la República Socialista Soviética Autónoma Checheno-Ingushetia se dividió en dos. Chechenia declaró su independencia, mientras que Ingushetia quería permanecer bajo el dominio ruso.
Las dos guerras chechenas que siguieron a la partición devastaron la economía de Ingushetia. La zona se llenó de refugiados, la gente perdió sus hogares y sus trabajos. Los efectos de la guerra aún son visibles, pero una guerra que terminó hace más de 25 años no explica por qué la región todavía está en los últimos puestos de las estadísticas, según todos los indicadores.
Según el activista opositor Ruslan Jouloy, mantener a Ingushetia pobre es intencional. El objetivo es mantener la región completamente dependiente de Moscú y de la ayuda que recibe. Muchos ingushetios viven principalmente de pensiones por enfermedad que el Estado les ha arrebatado. "Las autoridades lo saben, pero no hacen nada para impedirlo. Es más fácil controlar a la población a través de beneficios sociales", afirmó Jouloy.
También hay una explicación racional para el deseo del Kremlin de controlar Ingushetia, una pequeña república con grandes recursos naturales. "Moscú controla todos los recursos naturales de la república. Petróleo, gas, mármol, dolomita, piedra caliza, arcilla, metales raros, agua", resume el analista económico Ansar Garkho, según el mismo medio.
"Según estimaciones oficiales, las reservas de petróleo de Ingushetia ascienden a 60 millones de toneladas y las de gas a un billón de metros cúbicos", agrega. Los ingresos procedentes de los recursos naturales fluyen directamente a Moscú. Desde allí, los ingusetios pobres reciben pequeños estipendios, y la mayor parte del dinero va a parar a los dirigentes locales y a los servicios de seguridad. Los propios ingushes tienen pocas posibilidades de mejorar su propia posición.