El buque de guerra español intenta pescar en las aguas revueltas de Australia
Aprovechando el lío británico.
Hay que aprovechar que Sídney pasa por el mar. La firma estatal de astilleros Navantia -100% pública- ha movido ficha ante la situación que se vive en Australia con el episodio de las fragatas Hunter encargadas a la empresa británica BAE Systems, un programa que acumula una serie de problemas que se han traducido en sobrecargos respecto al precio original, pero también numerosos retrasos.
Se trata de una cuestión de la que se ha hecho eco el medio especializado Infodefensa, y que ya había adelantado que se estaba gestando un debate importante en el Gobierno australiano. Se trata de la decisión que han estado barajando las autoridades de este país para reducir de 9 a 6 la cantidad de fragatas clase Hunter encargadas para reforzar su flota, un tipo de buque de guerra basado en los británicos Type 26 de la firma BAE Systems.
En medio de ese capítulo de problemas con la firma británica, Navantia se erige en la gran alternativa para sacar adelante la modernización de la flota australiana. ¿Por qué? Porque existe una gran tradición de encargos anteriores por parte de dicho país de Oceanía.
Todo lo que Navantia ha hecho para Australia
Recuerdan desde Infodefensa, que esa relación entre los astilleros españoles y el Ejército de Australia queda plasmada en una importante serie de contratos: dos buques anfibios portaeronaves, dos buques de reabastecimiento, doce lanchas de desembarco y el diseño de tres destructores antiaéreos.
Con este aval, la empresa pública española presentó una oferta no solicitada para diseñar también tres destructores -uno de los mayores tipos de navíos de combate existentes-. A mayores, Navantia Australia también ha diseñado una fragata denominada Flight III, ya presentada, precisamente el pasado mes de noviembre en una feria de Sídney.