El búnker contra el apocalipsis más grande del mundo con capacidad para un millón de personas
Se encuentra debajo de un parque nacional en China, a 20 kilómetros de Pekín.
El búnker contra el apocalipsis más grande del mundo se encuentra en China. Concretamente, se ubica en un parque natural, bajo las montañas Western Hills. Está a tan solo 20 kilómetros de Pekín y cuenta con capacidad para un millón de personas.
Como explica Debate, este refugio se construyó en una red de cuevas, consideradas las más profundas del mundo y que se extienden por más de 2 kilómetros. Estas características favorecieron la creación de una especie de "pequeña ciudad", con suministro de agua potable suficiente para abastecer al millón de personas que pueden vivir en su interior.
El búnker forma parte del Centro de Comando de Batalla Conjunto de la Comisión Militar Central de China. Sin embargo, los detalles sobre su construcción o sobre a qué profundidad se encuentra se desconocen. De hecho, la existencia del refugio salió a la luz en el año 2016, cuando Xi Jinping visitó las instalaciones acompañado de los medios de comunicación.
Expertos en materia nuclear señalan que el búnker debería estar rodeado por rocas de más de 100 metros de densidad para poder soportar realmente un ataque nuclear.
Viviendas en refugios bajo la ciudad de Pekín
Según recoge National Geographic, el presidente Mao ordenó construir a finales de los 60 e inicios de los 70 varios apartamentos con refugios antiaéreos para prevenir posibles consecuencias por la Guerra Fría. En la ciudad de Pekín fueron cerca de 10.000 búnkeres los que se pusieron en marcha y, a finales de los 80, comenzaron a arrendarse.
A día de hoy, más de un millón de personas (la mayoría migrantes y estudiantes) viven en estos refugios. Cuando llega la noche, desaparecen de las calles de Pekín y se adentran en este universo paralelo. Aunque cuentan con sistemas de electricidad, fontanería y alcantarillado, las condiciones de vida en el interior no son las mejores.
Los residentes de esta zona tienen que compartir cocinas y baños, que no cuentan con buenas condiciones higiénicas. Además, muchos de ellos viven escondidos porque sus familias no saben que se alojan en estos refugios.