Dos países reavivan sus viejas rencillas en el momento más delicado de la OTAN
Las peleas entre Grecia y Turquía por el mar Egeo complican el ejercicio 'Steadfast Dart 2025' de la Alianza Atlántica.

Por si la OTAN no tuviera suficiente con el escándalo de las negociaciones con Rusia propuestas por Estados Unidos para acabar la guerra en Ucrania (pero con Kiev como actor secundario y sin Europa), ahora suma una vieja contienda interna, en el seno de la Alianza, que revive.
Al parecer, Turquía habría retirado algunas de sus fuerzas del ejercicio Steadfast Dart 2025 de la organización defensiva, en medio de una nueva disputa con Grecia sobre el espacio aéreo y la jurisdicción de búsqueda y rescate en el mar Egeo.
La medida se produce tras un desacuerdo sobre el documento de planificación para el ejercicio, en el que Ankara busca adaptar la redacción para alinearla con sus reclamos territoriales, una demanda rechazada por Atenas, informa el periódico griego Ekathimerini .
Se cree que Grecia se ha negado a aceptar lo que considera reclamos turcos exclusivos sobre el Egeo, advirtiendo que cancelaría su participación si se modificaran los términos.
Según informa la prensa helena, el Ministerio de Defensa turco respondió declarando que algunos aspectos del diseño del ejercicio contradicen los derechos nacionales de Turquía y el derecho internacional.
La disputa se centra en la terminología que rodea al espacio aéreo de la OTAN: Turquía presiona para que se incluya una referencia amplia al "espacio aéreo de la OTAN", mientras que Grecia insiste en la inclusión del "espacio aéreo de la nación".
Se cree que el desacuerdo ha provocado negociaciones de alto nivel en la OTAN y hay informes que sugieren que Estados Unidos se ha alineado más estrechamente con la posición de Grecia.
A pesar de retirar sus fuerzas de reconocimiento de Steadfast Dart, Turquía ha confirmado su participación en otros ejercicios de la OTAN, incluido el Dacia de Rumania.
Mientras tanto, Ankara también ha manifestado su interés en comprar aviones Eurofighter y misiles Meteor, citando necesidades de defensa nacional.
El actual ejercicio de la OTAN, que dura seis semanas en Bulgaria, Rumania y Grecia, está poniendo a prueba la capacidad de la Alianza para desplegarse rápidamente en Europa del Este sin asistencia directa de Estados Unidos.
Esto ocurre en un momento en que Washington está cambiando su postura de defensa, alentando a los aliados europeos a asumir una mayor responsabilidad por su propia seguridad.
El teniente general canadiense Peter Scott, comandante adjunto del Comando de Fuerzas Conjuntas de la OTAN en Nápoles, dijo: "A medida que nos acercamos al aniversario de la brutal invasión rusa a Ucrania, vemos hoy una OTAN revitalizada y reorientada".
Los ejercicios, en los que participan 10.000 efectivos de nueve miembros de la OTAN (incluidos los rivales regionales Grecia y Turquía y también España), marcan la mayor operación de la OTAN del año. Las fuerzas británicas, que lideran el ejercicio, han desplegado 2.600 soldados y 730 vehículos, asumiendo el mando de todas las operaciones terrestres.
Los marines griegos y españoles lideraron el jueves un importante asalto anfibio cerca de la ciudad de Volos, en el centro de Grecia, mostrando la nueva Fuerza de Reacción Aliada (ARF) de la OTAN, establecida en julio pasado. El teniente general italiano Lorenzo D'Addario, hablando después de una demostración militar de 90 minutos, añadió: "Para esto hemos estado entrenando".
La fuerza está diseñada para desplegarse a gran escala en 10 días, integrando capacidades convencionales, cibernéticas y espaciales.
El telón de fondo de los ejercicios es el creciente malestar entre las naciones europeas por el compromiso del presidente estadounidense Donald Trump con la defensa colectiva. El miércoles, Trump anunció su intención de negociar directamente con Rusia, mientras que el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, instó a los aliados europeos a asumir la "parte abrumadora" de la financiación para Ucrania.
La retirada de las fuerzas turcas de Steadfast Dart pone de relieve las divisiones internas de la OTAN, en particular entre Grecia y Turquía, cuyas antiguas disputas siguen surgiendo en los ámbitos militar y diplomático.
El último enfrentamiento plantea nuevas preguntas sobre la capacidad de la OTAN para mediar en las tensiones entre sus propios miembros y al mismo tiempo mantener su enfoque estratégico en disuadir la agresión rusa.