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Piden retirar todos los comederos de jardín para aves desde abril: "Corremos el riesgo de alterar su comportamiento y la reproducción"
Sociedad

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Piden retirar todos los comederos de jardín para aves desde abril: "Corremos el riesgo de alterar su comportamiento y la reproducción"

Los expertos advierten de que una alimentación prolongada puede provocar carencias graves en los polluelos y favorecer epidemias entre las especies locales.

Una persona, con la mano llena de alpiste, le da de comer a un pájaro.LeliaSpb

Cuando el frío aprieta, las aves que sobrevuelan parques, huertos y balcones agradecen la ayuda de los humanos. Colocar comederos con semillas, frutas secas o bolas de grasa se ha convertido en un gesto habitual en muchas casas durante el invierno. Pero lo que en enero es un salvavidas, en abril puede convertirse en una amenaza. Por eso, asociaciones naturalistas y expertos en biodiversidad instan a retirar toda fuente de alimentación suplementaria en cuanto arranca la primavera.

Los pájaros silvestres saben buscarse la vida. Lo han hecho siempre. Sin embargo, si se acostumbran demasiado a encontrar comida fácil en un punto fijo, dejan de desarrollar ese instinto. Según los biólogos, esta dependencia puede pasarles factura justo en el momento más delicado del año: la cría. Si una familia entera de carboneros comunes o jilgueros ha dejado de buscar insectos por su cuenta y de repente se les corta el suministro artificial, pueden quedarse sin recursos para alimentar a sus polluelos.

La revista francesa Le Journal des Seniors ha reunido varios estudios y testimonios que señalan los riesgos concretos de mantener comederos activos en primavera. Entre ellos, destacan los efectos negativos sobre la nutrición de los pequeños, que necesitan proteínas animales (como larvas o mosquitos) y no una dieta basada solo en pipas de girasol o cacahuetes. Esa alimentación desequilibrada, avisan, puede afectar al crecimiento, al plumaje y a la resistencia inmunológica de los recién nacidos.

A eso se suma el riesgo sanitario. Cuando las temperaturas suben, los restos de comida húmeda, los excrementos o las semillas mohosas se convierten en focos de bacterias, virus y hongos. Las infecciones se propagan más rápido entre aves que comparten el mismo comedero, y las consecuencias pueden extenderse a nivel regional.

Para evitar un choque brusco, los expertos recomiendan hacer una retirada gradual. Reducir la cantidad de alimento, espaciar las recargas y, si se espera una ola de frío tardía, ofrecer una pequeña ración extra de forma puntual. Lo que sí conviene mantener todo el año es una fuente de agua limpia, ya sea para beber o para bañarse.

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Un proyecto de Espacio Eco

Hay muchas otras formas de ayudar a las aves sin darles de comer: plantar setos o arbustos autóctonos que den refugio y alimento natural, dejar rincones en barbecho para atraer insectos o colocar cajas nido bien orientadas y fuera del alcance de gatos o ratas. Lo importante, insisten los especialistas, es no romper el equilibrio de su ciclo vital justo cuando más lo necesitan.