Corea del Sur sopesa un cambio de bando en la guerra
Al país coreano se le acaba el tiempo para posicionarse abiertamente en la guerra entre Rusia y Ucrania.
Corea del Sur se encuentra ante una de las encrucijadas más complicadas de las últimas décadas. Los intereses encontrados, las presiones del bloque occidental y la equidistancia que, por el momento, mantiene con la guerra en suelo ucraniano, han provocado que el país liderado por Yoon Suk Yeol se encuentre en una situación muy comprometida.
La tensión latente con sus vecinos norteños, que cuentan con Rusia como principal aliado, hace aún más compleja la decisión de Seúl, sometida a presiones de EE.UU. y Europa para que comience a enviar armamento a Ucrania, dadas las complicaciones que está enfrentando el bloque 'Otanista' para satisfacer las necesidad ucranianas, que consumen recursos armamentísticos a un ritmo muy superior al que puede fabricar la UE y EE.UU.
Corea del Sur, por su parte, se trata del octavo exportador a nivel mundial, por lo que su ayuda supondría un respiro para las fábricas y economías occidentales. Pero la postura de Seúl hasta ahora, es clara: solo proveerán de armas a Ucrania cuando se produzca "un ataque a gran escala contra civiles, masacres o una grave violación de las leyes de guerra", afirmó su líder.
Corea, entre dos aguas
Pese a mantener esta posición, su presidente dejó abierta la puerta a un posible envío de armas a Ucrania, algo que desde Rusia, ya han avisado de que se trataría de una "intervención directa en la contienda".
Pero los problemas para Corea del Sur no cesan aquí, y es que, desde el inicio de la "intervención militar especial" por parte de Rusia, Corea ha tenido que, por un lado, mostrarse partidario de sus aliados occidentales, en consonancia con su papel en la geopolítica actual, mientras que por otro, intentar no 'molestar' en exceso a Rusia, que actúa como gran aliado de Corea del Norte.
Por este motivo, en el supuesto de que Corea se decantara finalmente por intervenir en el conflicto, Rusia podría responder tensando la situación en la península coreana y rompiendo el equilibrio de fuerzas actuales y ese 'status quo' imperante.
Qué ha hecho hasta ahora Seúl
Mientras que la prioridad para el anterior gobierno era no dañar las relaciones con Rusia para así poder negociar y asegurarse de que el programa nuclear de Corea del Norte no supusiera ningún tipo de riesgo, para la actual administración, su principal preocupación es que Rusia no arme a Corea del Norte con aviones modernos y tecnología punta como represalia ante las posibles acciones surcoreanas en el conflicto.
No han sido pocas las ocasiones en las que Rusia ha amenazado directamente a Seúl con proporcionar todo tipo de armas a sus enemigos fronterizos en caso de intervención directa. En una de esas ocasiones fue el propio vicepresidente del Consejo de Seguridad Nacional ruso, Dimitri Medvedev, quien lanzó esta posibilidad: "Me pregunto qué dirán los habitantes de esta nación (Corea del Sur) cuando vean las armas rusas más nuevas en manos de su vecino más cercano: nuestro aliado Corea del Norte".
Pese a ello, Corea del Sur se defiende alegando que ese escenario aún no se ha producido y que las decisiones que tomen en el futuro "dependerán de los movimientos de Rusia", tal y afirmó el jueves un alto cargo presidencial surcoreano.