Cambio drástico en el tablero de la guerra: el socio europeo de Rusia abandona a Putin
El país ha decidido suspender parte de sus acuerdos militares con Rusia, mientras que otros se han pospuesto de forma indefinida.
Serbia, país que históricamente ha tenido una fuerte conexión militar con Moscú, ha decidido dejar de prestar parte de su apoyo a Rusia tras las presiones occidentales. La decisión ha sido anunciada por el general Milan Mojsilovic, jefe del Estado Mayor General de Serbia, durante una entrevista con el medio Večernje Novosti realizada el pasado ocho de enero, quien ha afirmado que se han detenido algunos de sus acuerdos militares con el país de Putin, además de posponerse de forma indefinida muchos otros.
Uno de los motivos es la dependencia que mantiene en el ámbito militar con Rusia, la cual ha intentado solucionar a través de la búsqueda de nuevos proveedores como China. Un ejemplo de ello es la adquisición del sistema de defensa aérea FK-3 de fabricación china, que sustituirá a los sistemas de defensa aérea S-400 que les proporcionaba anteriormente Rusia.
Un informe realizado por el Consejo Ruso de Asuntos Internacionales (RIAC), advierte de que la influencia económica de Rusia en los Balcanes Occidentales padece cada vez más presión, derivada de las sanciones internacionales que Occidente ha impuesto en sectores como la energía o el comercio de armas.
La relación de Rusia y Serbia
A pesar de que Serbia es un país europeo, el papel de Rusia en la economía serbia ha sido clave durante bastante tiempo. De hecho, en 2022 el comercio entre ambos países alcanzó su máximo histórico, rozando la cifra de 4.280 millones de dólares.
Sin embargo, el paso del tiempo, el avance de la guerra y las sanciones internacionales impuestas comenzaron a hacer mella en dicho vínculo, que comenzó a desplomarse poco a poco. Además, el aumento de los precios en sectores clave como la energía obligaron a Serbia a buscar nuevas vías de suministro para evitar el colapso y la dependencia al país de Putin.
A pesar del debilitamiento de la relación entre ambas naciones, el viceprimer ministro, Aleksandar Vulin, admitió que piensa continuar con las importaciones de gas ruso y que seguirá negociando con el país de Putin la extensión de su contrato de gas con Gazprom.
Y, aunque es cierto que la intención del serbio es continuar con el suministro de gas procedente de Rusia, también lo es que desde abril de 2024 el país ha experimentado un gran descenso de sus importaciones en esta materia, lo que ha provocado un déficit energético en la nación y ha hecho saltar las alarmas sobre la sostenibilidad energética del país.
Además, según cita el diario Bulgarianmilitary, la posición de Serbia estaría tan alejada de Moscú que incluso el país habría estado suministrando munición a Ucrania mediante terceros países por valor de unos 800 millones de euros. Ahora, todas las miradas recaen sobre las próximas decisiones que tome Serbia, tanto a nivel interno como externo, ya que dependiendo de ellas el país se acercará más al bloque occidental o continuará siendo una extensión más de Moscú.