Cae el jefe de la Inteligencia israelí tras asumir la responsabilidad del atentado del Hamás
Se trata de una decisión conjunta tomada por el Jefe del Estado Mayor y con la aprobación del Ministro de Defensa. Es la primera asunción de responsabilidad tras el ataque sin precedentes del 7 de octubre.
Primera asunción de responsabilidades en Israel tras el brutal ataque sin precedentes perpetrado por Hamás en territorio israelí, la serie de atentados del 7 de octubre que se saldaron con 1.200 víctimas mortales. El Jefe de la Dirección de Inteligencia de Israel, Aharon Haliva, ha cursado solicitud este lunes para dejar el cargo, tras valorar que es responsable de la inacción o fallos que derivaron en no eludir este ataque.
Esta decisión que ha sido tomada de forma conjunta con el Estado Mayor y Defensa llega más de medio año después -cerca de 7 meses- de que se produjesen los ataques múltiples que también supusieron la toma de 240 rehenes de los que todavía continúan retenidos -o en paradero desconocido, puesto que Hamás se ha visto incapaz de controlar la ubicación de todos ellos tras la invasión y serie de bombardeo sobre Gaza- unos 130.
"En una decisión con el Jefe del Estado Mayor y con la aprobación del Ministro de Defensa, se decidió que el general Aharon Haliva terminará su cargo y se retirará de las Fuerzas de Defensa de Israel, una vez que su sucesor sea designado", recoge el comunicado en el que se anuncia la decisión.
"La división de inteligencia bajo mi mando no estuvo a la altura de la tarea que se nos había confiado. Desde entonces he cargado conmigo ese día negro", ha señalado en una misiva el propio Haliva.
¿Cuánto sabía Israel de un ataque que acabó ocurriendo?: el informe 'Jericho Wall'
Cabe recordar que el brutal ataque de Hamás no solo sorprendió al mundo por su el ingente despliegue de milicianos del movimiento islámico que atravesaron las defensas israelíes usando desde bulldozers a saltos con parapentes o por las atrocidades como las cometidas en el festival de música cercano a la frontera con la Franja.
Todos los ojos se tornaron hacia la Inteligencia de Israel, considerada como una de las mejores del mundo. Ni el Mossad ni el Shin Bet fueron suficientes para predecir y prevenir el atentado que Israel consideró que era su propio 11 de septiembre. Con todo, hay informaciones que apuntan a lo contrario. Que Israel había tenido acceso al plan terrorista y lo descartó.
A eso es lo que apuntaba una demoledora información de The New York Times publicada a comienzos de diciembre, por la que las autoridades israelíes sí habrían sabido de los planes de ataque de Hamás desde hacía al menos un año, pero decidieron descartarlos porque los consideraron demasiado complicados como para llevarse a cabo. Se trata del supuesto informe Jericho Wall -muro de Jericó-, al que tuvieron acceso mediante "documentos, correos electrónicos y entrevistas".
En dicho informe, un amplio documento de 40 páginas, se contemplaba el uso de drones para acabar con las cámaras de seguridad a lo largo de la frontera con la Franja de Gaza, o la entrada masiva de militantes a pie, en motocicleta y usando parapentes, aunque no establecía una fecha para la operación.
La gran incógnita sobre ese documento es si el primer ministro israelí y otros altos cargos políticos conocían de la existencia de esta amenaza identificada y desechada. El Gobierno de Israel ya había adelantado que se depurarían responsabilidades por el ataque una vez avanzase la incursión en Gaza.
Netanyahu, cada vez más acorralado: el 62% de la población israelí quiere que los responsables dimitan
Lo cierto es que esta decisión, de peso, llega en un contexto especialmente relevante. El cada vez más agrietado Ejecutivo de coalición que lidera el primer ministro Benjamin Netanyahu viene de pasar uno de los momentos más tensos tras el episodio del 7 de octubre y la operación militar que desarrolla en la Franja de Gaza. Se trata del intercambio de ataques con Irán -de territorio a territorio, sin emplear terceros países o fuerzas paramilitares-, después de que Teherán cumpliese su promesa de responder al bombardeo de su consulado en Damasco (Siria).
Si la respuesta iraní consistió en el lanzamiento de centenares de drones y misiles que fueron interceptados tanto por la Cúpula de Hierro, el sistema de defensa antiaérea israelí, como por aviación y baterías de países aliados -donde llamó la atención el apoyo de Jordania-, la de Israel también fue quirúrgica y de precisión, contra la región de Isfahad, donde se desarrolla el programa nuclear iraní. Las defensas de Irán también neutralizaron el ataque, pero se cumplió un peligroso hito, al atacarse directamente los dos países y obligando a la comunidad internacional a pedir cautela para evitar una guerra total en Oriente Medio.
Las cada vez más crecientes protestas de los familiares de los rehenes y los ciudadanos que les acompañan en sus protestas también son otro elemento de presión sobre el Gobierno de Netanyahu, que todavía se reserva la gran acción militar restante en el enclave palestino, la invasión terrestre de Rafah, donde se refugian y malviven más de un millón de palestinos.
Y, precisamente, esta no ha sido la única noticia que ha saltado a titulares en relación con el malestar en Israel y la falta de información tras el atentado de Hamás. El 62% de la población israelí -eso quiere decir tanto judíos como árabes- consideran que los responsables de los fallos de seguridad del 7 de octubre deben dimitir. Se trata del resultado de una encuesta elaborada por el Instituto para la Democracia de Israel.
Las entrevistas para dicho sondeo fueron realizadas entre los pasados 14 y 17 de abril, contando con respuestas de un total de 514 entrevistados en hebreo y unas 98 en árabe. El 58% de los encuestados judíos se pronunciaron a favor de dichas dimisiones, mientras que la tasa fue del 81% entre los encuestados árabe-israelíes.