Ascienden ya a más de 23.000 los fallecidos por los terremotos en Turquía y Siria
Las esperanzas de encontrar supervivientes se reducen, aunque aún los rescatadores logran verdaderos milagros.
Las autoridades de Turquía han elevado este viernes a casi 20.000 los muertos a causa de los terremotos registrados el lunes en el sureste del país. El seísmo, que también devastó el noroeste de Siria, ha dejado hasta el momento más de 3.300 fallecidos en este país, según la última actualización oficial.
Los registros ya han hecho de este el peor desastre natural en casi un siglo en toda la zona y la previsión es que su balance sea más letal que el histórico terremoto de 1939, que dejó 32.000 fallecidos en Turquía. Las autoridades de Ankara estiman que aún pueden quedar hasta 200.000 personas entre los escombros de los más de 6.500 edificios derrumbados por la magnitud del temblor.
Durante la madrugada, los servicios de emergencia han continuado rescatando a personas de debajo de los escombros cerca de 100 horas después de los seísmos, una tarea cada vez más complicada puesto que el tiempo estándar que un ser humano puede permanecer sin la ingesta de agua o comida en desastres como este es de 72 horas.
Mientras continúa el trabajo de los servicios de emergencia casi cinco días después del desastre, las autoridades turcas han prometido tomar medidas contra la negligencia en la construcción de viviendas. Los responsables sospechan de que la mala edificación de las mismas haya influido en el elevado número de muertes.
Por su parte, los seísmos han dejado casi 3.292 personas muertas y 5.200 heridas en Siria, de los cuales 1.262 muertos y 2.285 heridos se han registrado en las zonas de Siria controladas por las fuerzas gubernamentales, según datos del Ministerio de Sanidad, quien lleva días sin actualizar las cifras de muertos.
A las cifras gubernamentales sirias hay que sumar más de 2.030 muertos y 2.950 heridos en las zonas controladas por los rebeldes en las provincias de Idlib y Alepo (noroeste), según ha dicho la Defensa Civil de Siria, conocida como cascos blancos, a través de su cuenta en Twitter, que continúa con operaciones de búsqueda y rescate en la quinta jornada tras los terremotos.
Ante esta situación, Naciones Unidas ha enviado ya un primer convoy de ayuda humanitaria a Siria a través del cruce fronterizo de Bab al Hawa, en el noroeste, del país. Este incluía hasta seis camiones con suministros de socorro y cobertizos, si bien Guterres ha recalcado que ya hay "más ayuda en camino".
La buena noticia, un alto el fuego
Al menos, el terremoto ha cosechado este viernes una buena noticia: la guerrilla kurda PKK, considerada terrorista por Turquía, la UE y EEUU, ha anunciado un cese de sus actividades en las zonas devastadas por el terremoto del pasado lunes en el país euroasiático.
"Instamos a todas nuestras fuerzas que detengan sus acciones militares en Turquía. Hemos decidido no entrar en acción a menos que el Estado turco venga contra nosotros y nos ataque", dijo Cemil Bayik, uno de los líderes del PKK, informa EFE.
"Todo el mundo debe movilizarse para salvar a nuestra gente que está bajo los escombros", agregó el dirigente del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), citado por la agencia de noticias kurda Firat.