Esta es la nueva e inesperada arma de Rusia que ha activado todas la alarmas en Europa
Moscú pone en marcha una estrategia para desestabilizar a países occidentales que apoyan a Ucrania que ha puesto sobre aviso a los servicios de seguridad europeos.
Los servicios de seguridad de toda Europa están en alerta máxima al detectar que Rusia ha puesto en marcha una nueva estrategia para intentar desestabilizar a aquellos países occidentales que apoyan a Ucrania con el uso de una nueva arma: el sabotaje. Aunque no lo han confirmado, sospechan que Moscú puede estar detrás de una serie de misteriosos incendios y ataques a infraestructuras de los estados bálticos, Alemania o Reino Unido, según The Guardian.
Cuando este mes se declaró un incendio en una tienda de Ikea en Vilna, Lituania, el diario británico cuenta que pocos le prestaron atención hasta que el primer ministro polaco, Donald Tusk, sugirió que el incendio podría ser obra de un saboteador extranjero. En Reino Unido, la investigación de un incendio en el este de Londres ha señalado la posible participación rusa, igual que sucede en el fuego que destruyó el centro comercial más grande de Polonia, el intento de sabotaje en una base militar de Baviera, Alemania, y un graffiti antisemita pintado en el monumento al Holocausto de París la semana pasada.
A pesar de que no hay evidencia de que estos incidentes estén coordinados, los servicios de seguridad creen que podrían formar parte de un nuevo plan de Moscú para intentar desestabilizar a los países occidentales que han apoyado a Ucrania. Después de la Guerra Fría, este tipo de operaciones las protagonizaban espías, pero en la era de las redes sociales, resulta sencillo contratar a 'lobos solitarios' a los que se le puede llegar pagar en criptomonedas para no dejar rastro ni establecer ningún tipo de conexión entre ambos.
La preocupación por el incremento de este tipo de ataques híbridos, que podrían ser obra de Rusia, se planteó en la cumbre de ministros de exteriores y defensa más reciente que se ha celebrado en Bruselas y en la que agentes de seguridad holandeses, estonios y lituanos advirtieron sobre la vulnerabilidad de algunos países europeos ante el "sabotaje, el sabotaje físico, organizado, financiado y hecho por representantes rusos".
Los miembros de la UE siguen de cerca todos estos sucesos y algunos ya ha empezado a tomar medidas para prevenir nuevos ataque. El centro nacional de gestión de crisis de Lituania (NKVC), por ejemplo, ha advertido a las empresas lituanas, incluidos los centros comerciales y las organizaciones que apoyan a Ucrania, que aumenten su vigilancia.
En Países Bajos ya han advertido del riesgo de que se realicen operaciones subversivas en su territorio. Acciones que incluirían el "espionaje y los preparativos para sabotear algunas infraestructuras vitales para el país". La ministra de Defensa holandesa, Kajsa Ollongren, dijo en Bruselas que Rusia está "tratando de intimidar" a los países de la OTAN, lo que hace vulnerables a los estados miembros de la UE.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, también ha señalado a Moscú como presunto autor de los ataques, afirmando: "Hemos visto un aumento de la actividad de inteligencia rusa en toda la alianza. Por lo tanto, hemos aumentado nuestra vigilancia".
Una amenaza emergente: casos recientes y su impacto
La semana pasada, el primer ministro de Polonia anunció que las autoridades polacas habían arrestado a nueve personas en relación a los supuestos actos de sabotaje que se habrían cometido por orden de los servicios rusos y a los que podrían añadir el ocurrido en la tienda de Ikea de Vilna, si los investigadores así lo determinan. Algo que la embajada rusa ya ha calificado como una teoría de la conspiración.
En abril, acusaron a un británico de orquestar un ataque incendiario contra dos empresas situadas en un polígono industrial de Leyton, al este de Londres, vinculadas a un hombre de negocios ucraniano. Supuestamente, fue reclutado por la inteligencia rusa. La Fiscalía de Reino Unido ha aseguro que el individuo estaba "participando en una acción dirigida contra negocios vinculados a Ucrania para beneficiar al estado ruso".
El ministro de defensa de Estonia, Hanno Pevkur, reveló en una cumbre celebrada en Bruselas que su país ya había sido víctima de los sabotajes rusos. En febrero, rompieron las ventanas del coche del ministro del interior, Lauri Läänemets, y de un periodista. Seis personas fueron arrestadas, incluidos ciudadanos rusos y rusos-estonios.
El mes pasado, en Alemania, dos ciudadanos germano-rusos fueron arrestados bajo la sospecha de estar planeando varios ataques de sabotaje, incluida una base militar en Baviera. También sospechan que varios de estos ataques ha recibido el apoyo de alguna inteligencia extranjera, además de una ola de ciberataques perpetrada por un grupo de hackers vinculado a la inteligencia rusa en 2023.