Una agente del FBI es diagnosticada con el síndrome de La Habana tras interrogar a un espía ruso
Una investigación periodística conjunta asegura que existe un “nexo ruso” como común denominador de todos los casos de la misteriosa enfermedad.
‘Síndrome de La Habana’ es la denominación que recibe una misteriosa enfermedad caracterizada por extraños problemas de salud, similares a lesiones cerebrales. Sus síntomas son diversos: pérdida de memoria, problemas de audición, insomnio, mareos, dolores de cabeza y falta de concentración. El nombre se debe a su incidencia inicial en Cuba.
Ahora, una investigación conjunta publicada por The Insider, Der Spiegel y CBS señala que Rusia podría estar detrás de esta enfermedad que, desde se detectó por primera vez en el año 2016, se ha detectado en más de 200 diplomáticos y funcionarios estadounidenses destinados a diferentes países.
La versión oficial de Washington, reflejada en un informe publicado en 2023, señaló que era “muy improbable” que el síndrome de La Habana fuese obra de un Estado extranjero. No obstante, tal y como recoge Europa Press, tampoco se ofreció una explicación alternativa a esa ola de “incidentes médicos anómalos”.
El trabajo llevado a cabo por los mencionados medios de comunicación contradice esa versión oficial norteamericana y asegura que uno de los responsables de las investigaciones llevadas a cabo por el Pentágono, Greg Edgreen, ha situado el “nexo ruso” como el común denominador de todos los casos.
De hecho, en el contenido publicado se subraya que las autoridades rusas habrían recompensado a una unidad de sus servicios de Inteligencia militares, la 29155, por su exitoso trabajo en este sentido. La información periodística también resalta que miembros de esa unidad concreta habrían estado en todos los lugares donde se han denunciado ataques coincidiendo también con los propios incidentes.
EEUU evitó asumir fallos de seguridad
Edgreen ha indicado que los propios investigadores estadounidenses se autoimpusieron unos estándares demasiado exigentes como para poder lanzar una acusación formal contra Moscú. Uno de los motivos es que reconocer la autoría rusa implicaría enfrentarse a ciertas “verdades incómodas”, como que Estados Unidos ha podido cometer fallos en la protección de su personal.
Según informa Europa Press, el Congreso norteamericano ha aprobado medidas de apoyo a las víctimas. Una de ellas, una agente del FBI identificada como Carrie, ha narrado a la CBS cómo vivió el supuesto ataque que le provocó de primeras un desmayo y, después, problemas de memoria y de concentración.
Todo ocurrió después de que Carrie interrogara a un presunto espía ruso. La agente del FBI ha detallado que se encontraba en su casa de Florida cuando, de repente, sintió un fuerte sonido en su oído derecho. La batería de su teléfono móvil también comenzó a hincharse, hasta el punto de que se rompió la carcasa del aparato.
Ataque durante la última cumbre de la OTAN
Igualmente, también se registró otro incidente similar en la cumbre de la OTAN celebrada en Vilna (Lituania) en 2023. Según las fuentes consultadas por los medios que han participado en la investigación, un alto cargo del Departamento de Defensa estadounidense fue atacado.
“Esto demuestra que no hay límites sobre lo que hará Moscú o a quién atacará y que, si no hacemos frente, el problema irá a peor”, ha alertado Edgreen en su entrevista.
Rusia siempre se ha desmarcado de cualquier sospecha y, tras la publicación de esta investigación periodística, ha vuelto a calificar la acusación de "infundada", en palabras del principal portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov. “No son más que acusaciones sin fundamento”, ha expresado.