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2025, el año de las tres pes: personalismo, proteccionismo y polarización en el mundo

2025, el año de las tres pes: personalismo, proteccionismo y polarización en el mundo

El CIDOB augura un año de altos el fuego pero sin paz, escasos liderazgos e instituciones débiles, erosión del Estado de derecho, blandura contra el cambio climático y guerras comerciales y tecnológicas. Y de Trump, que todo lo envuelve.

Algunas previsiones para 2025: la guerra en Gaza, el poder de Donald Trump, el papel de las mujeres, China y su tecnología, los retos de Ursula von der Leyen y el cambio climático.Getty Images

25 de diciembre de 2024, Navidad. Francisco, desde su balcón en la Plaza de San Pedro del Vaticano, pedía a los líderes mundiales superar sus divisiones desde la esperanza, más audacia, generosidad, diálogo y justicia y, sobre todo, corazón. Sonó a carta a los Reyes Magos, pero esas las olvidadas, de las que acaban causando decepción y desilusión por lo que no llega. 

El mundo en este 2024 que se acaba ha estado tan zarandeado que cuesta encontrar un tiempo igual si comparamos con años recientes. Muchas cosas, muy intensas, de enorme calado, de las que cambian el planeta, todas juntas, en paralelo, superpuestas o enredadas. No se espera algo mejor para el nuevo año, por mucho que lo pida el papa de Roma. 

Los expertos del CIDOB (el Barcelona Centre for International Affairs o Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona) han elaborado un documento de previsiones con los diez grandes asuntos que marcarán la agenda internacional y su conclusión es descorazonadora: hay dinámicas perniciosas que irán a más, que se agravan, y tendencias que han llegado para quedarse y modificar la rutina que conocemos; hay conflictos que no se van a resolver, o sólo parcialmente, y hay nuevos frentes de batalla a la vista, desde lo económico, lo tecnológico o lo híbrido. 

Podemos decir que 2025 será el año de las tres pes: personalismo en los liderazgos, proteccionismo en lo económico y comercial y polarización en cuanto a ideas. Se vienen tiempos de treguas pero sin paces estables, apenas respiros, de instituciones debilitadas -también en el Occidente que falsamente creemos a salvo-, de Estado de derecho erosionado, de radicalidades al alza, como la militarización y el rearme -hasta nuclear- para cubrir inseguridades, y también de un cambiante crimen organizado. Y todo ello, rodeado de incesantes preguntas sobre lo que hará Donald Trump en su retorno a la Casa Blanca, porque de sus actos depende en parte lo que pueda ocurrir en toda la política mundial. 

El marco general

2025 será un año de "resaca poselectoral", expone el CIDOB. "El mundo ya ha votado, y lo ha hecho, en muchos casos, desde el enojo, el malestar o el miedo. Más de 1.600 millones de personas pasaron por las urnas en 2024 y, en general, lo hicieron para castigar a los partidos en el poder", de EEUU a Francia, pasando por Portugal. Los que han resistido han salido "debilitados", de India a Japón.

Tras estos tsunamis, la democracia ha quedado "un poco más magullada, porque los países que experimentan descensos netos en el desempeño democrático superan con creces a los que logran avanzar". Según el informe The Global State of Democracy 2024, cuatro de cada nueve estados están en peor situación democrática que antes y aproximadamente sólo uno de cada cuatro ha mejorado en su calidad, cita el informe. 

Obviamente, el que entra es el año del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y de una nueva andadura institucional en la Unión Europea (UE) "cimentada en unos apoyos parlamentarios históricamente débiles". "La volatilidad democrática de Occidente colisiona con la hiperactividad geopolítica del Sur Global y la virulencia de los focos de conflicto bélico", ahonda. 

Eso lleva a los especialistas del tanque de pensamiento barcelonés a afirmar que arrancamos con más preguntas que respuestas: hay que esperar a las políticas que desarrollan los nuevos Gobiernos y, sobre todo, al papel de Trump como "factor de cambio" y experto en "aspavientos y fuegos de artificio político". "Los equilibrios geopolíticos globales y los diferentes conflictos abiertos –especialmente en Ucrania y Oriente Medio–, así como la lucha contra el cambio climático o los niveles de imprevisibilidad de un orden internacional en proceso de mutación estarán pendientes del nuevo inquilino de la Casa Blanca", afirman. 

Lo resumen con una frase muy visual: "La resaca electoral estadounidense no será de las que se combaten con descanso y consomé", independientemente de cuánto haya de fondo y cuánto de pose en todas las bravatas propuestas en campaña electoral

De fondo, las fuerzas y contrafuerzas de un mundo "todavía lastrado por el impacto de la COVID-19", en el que "muchos países aún están luchando contra la deuda pública que asumieron para combatir el daño económico y social de aquella crisis sanitaria global". Además de más endeudado, el virus dejó un mundo "más digitalizado e individualista, donde han ido ganando terreno las respuestas discordantes entre los grandes poderes globales; donde los objetivos climáticos, económicos y geopolíticos son cada vez más divergentes". 

Si había ya choque de culturas y visiones, con este panorama se han "intensificado" y ha salido mal parado el mundo de las alianzas, de los organismos multinacionales, relegados frente al proteccionismo y las prioridades domésticas. 

El presidente electo de EEUU, Donald Trump, pronuncia un discurso en Mar-a-Lago (Florida), el 16 de diciembre de 2024.Brian Snyder / Reuters

La "egopolítica"

Uno de los términos centrales del documento del CIDOB es el de "egopolítica", un palabro acertado que sirve para definir el año de "gesticulación y personalismos" que llama a la puerta. "No sólo veremos la emergencia de nuevos liderazgos, sino también de nuevos actores políticos. La irrupción del magnate Elon Musk en la campaña y el nuevo Gobierno de Donald Trump personifica este cambio en el ejercicio del poder", explican. El hombre más rico del mundo trae "una agenda política y unos intereses privados" que es un botón de la "reconfiguración" del poder, como también lo son las criptomonedas, que ya supone, dicen, casi la mitad de todo el dinero pagado por grandes corporaciones a los comités de acción política (PAC, por sus siglas en inglés) en 2024, según un informe de la ONG progresista Public Citizen.

Veníamos del "negacionismo electoral", pues el resultado de una de cada cinco elecciones fue cuestionado por algún candidato, y ahora esa tendencia "ha llegado al Despacho Oval". "El mito del triunfador narcisista ha salido reforzado por las urnas. Es la victoria del ego por encima del carisma", señalan.

"El mito del triunfador narcisista ha salido reforzado por las urnas. Es la victoria del ego por encima del carisma. Algunos la llaman la egopolítica"

"Cada vez más, abundan las voces que desafían el statu quo de unas democracias en crisis". Es la antipolítica, que "se consolida ante unos partidos tradicionales cada vez más alejados de sus votantes históricos". Aparte del MAGA (Make America Great Again) trumpista, están el iliberal Javier Milei en Argentina o el ultraderechista Calin Georgescu en Rumanía -aunque a este último se le haya frenado in extremis y temporalmente-. 

"Todo ello incide también sobre una Europa con liderazgos débiles y parlamentos fragmentados; con la locomotora francoalemana de la integración europea más frágil que nunca", remarca. Al presidente galo, Emmanuel Macron, le prevén que "tendrá que navegar este 2025 convertido en un pato cojo, sin la posibilidad de volver a convocar elecciones legislativas hasta junio". Alemania, por su parte, vota en febrero "con su modelo económico gripado, un malestar social rampante, y con dudas sobre las garantías de claridad y fortaleza política que puedan arrojar unas elecciones que tienen a los ultras de Alternativa por Alemania (AfD) como segunda fuerza en intención de voto en los sondeos".

Nada más empezar el año habrá que saber qué pasa en Corea del Sur, con su presidente, Yoon Suk-yeol, en la cuerda floja, "un outsider que triunfó en las llamadas elecciones de los incel de 2022, se encontró frente a una movilización popular y de los principales sindicatos del país tras declarar la ley marcial como respuesta al bloqueo institucional". El Trump surcoreano, lo llaman. Hay otros Trumps en el continente, como el filipino Rodrigo Duterte, que puede volver este año a la arena política, a los que habrá que poner atención.

El "individualismo reforzado" será otra de las señas de identidad del 2025. "Estamos ante un mundo más emocional y menos institucional. Si el miedo o la rabia se han convertido en el estímulo movilizador que determina el voto, esta creciente sensación de desesperanza es preocupantemente alta entre los jóvenes". En las elecciones europeas de 2024, por ejemplo, se produjo un descenso de la participación electoral entre los menores de 25 años. Solo el 36% de los votantes de este grupo de edad acudió a las urnas, lo que supone una disminución del 6% respecto de la participación en las elecciones de 2019. Según el Global Solidarity Report, la generación Z se siente menos ciudadana del mundo que las generaciones anteriores, "lo que revierte una tendencia observada durante varias décadas". Es generalizado. Hay desencanto y hay crisis. Las instituciones internacionales salen especialmente mal paradas en el juicio de las nuevas generaciones por su inacción. 

Una niña gazatí llora la pérdida de sus seres queridos asesinados en un ataque israelí en Rafah, el 16 de noviembre de 2024.Abed Rahim Khatib / Anadolu via Getty Images

Treguas sin paz

"Los compases diplomáticos y la aceleración bélica colisionan en las agendas políticas internacionales" en los meses finales de 2024, saltando de Líbano a Siria y pasando por Ucrania. "Rusia, convertida en el hilo conductor que hilvana los últimos acontecimientos en Siria y Ucrania, se encarga de mandar el recordatorio de que cualquier movimiento diplomático deberá pasar también por Moscú", se destacan 

Pero que nadie espere grandes paces en los próximos 12 meses. Serían una sorpresa. Parches, es posible, pero no soluciones definitivas. "Se hablará de alto el fuego, pero no de paz", resume el CIDOB. 

"Los anuncios electorales de un Trump decidido a acabar con la guerra en Ucrania 'en 24 horas' llevaron, de entrada, a una intensificación bélica sobre el terreno con varias acciones: la aparición en escena de soldados norcoreanos de apoyo a las tropas rusas; la autorización a Ucrania para utilizar misiles ATACMS estadounidenses para atacar territorio ruso; y el cierre temporal de algunas embajadas occidentales en Kiev por motivos de seguridad. Las especulaciones sobre una posible negociación han aumentado el riesgo de una escalada táctica para reforzar posiciones antes de empezar a hablar de treguas y concesiones", explica el documento

Se espera que, en líneas generales, "la ofensiva diplomática ganará terreno", pero "está por ver cuál es el plan, quién se sentará a la mesa, y que disposición real de llegar a un acuerdo tendrán las partes". "Ucrania se debate entre la fatiga de la guerra y la necesidad de unos apoyos militares y garantías de seguridad que la administración Trump puede dejar en suspenso. Aunque, ante el escenario de la imprevisibilidad trumpista, tampoco hay que excluir las eventuales consecuencias que podría tener para Vladimir Putin el hecho de no aceptar una negociación propuesta por la nueva administración estadounidense", avanza. "Trump está decidido a dejar huella desde el minuto uno de su presidencia, y eso también podría significar, en un momento de enfado, mantener la apuesta militar por reforzar al ejército ucraniano", como la ha mantenido Joe Biden.

Europa también afronta una "batalla esencial" en este conflicto, porque "deberá luchar para no verse excluida de una negociación sobre el futuro inmediato de un Estado llamado a ser miembro de la UE y en el cual se decide, en estos momentos, la seguridad del continente". "Una Unión que contará a partir de enero con el polaco Donald Tusk al frente de la presidencia rotatoria de los veintisiete, y con la exprimera ministra de Estonia, Kaja Kallas, estrenándose como jefa de la diplomacia europea y que, ahora, siente el vértigo de un Trump tomando la delantera de una paz apresurada mientras los estados miembros han sido incapaces de consensuar una estrategia sobre los distintos escenarios que pueden abrirse en el futuro inmediato", indica.

Oriente Medio será, claro, otro de los grandes focos informativos. Tampoco en este caso hay esperanza de grandes acuerdos, de los que salen en los libros de Historia. Allí "se ha demostrado ya la fragilidad y el crédito limitado de esta estrategia de cese de hostilidades sin capacidad ni consensos suficientes para buscar soluciones duraderas", se dice. Como ejemplo está la tregua acordada entre Israel y Hizbulá, que acaba en enero y no deja de violarse día tras día y que "tiene más de descanso bélico que de primer paso hacia la resolución del conflicto". 

"Entretanto, la guerra en Gaza, donde ya se cuentan más de 44.000 muertos, ha entrado en su segundo año de devastación, convertida en el telón de fondo de esta lucha por la recomposición de la influencia regional, pero con un Donald Trump decidido a impulsar un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes incluso antes de tomar posesión del cargo el 20 de enero", explica el think tank.

Se espera un "cambio de objetivos" en la región de Oriente Medio, pero sin pacificación. Siria centrará la atención con su transición, que empieza a enfrentarse a los primeros problemas. "Entramos en unos meses de recomposición geopolítica profunda porque Siria lleva años convertida en un campo de batalla indirecto para las relaciones de Estados Unidos con Rusia, Irán y Arabia Saudí".

"Nos encontramos, por tanto, ante unos escenarios completamente abiertos, donde cualquier propuesta de negociación que se plantee tendrá más de movimiento estratégico que de paso previo para abordar las causas fundamentales de los conflictos. Y, sin embargo, estos movimientos diplomáticos –que responden, sobre todo, a iniciativas individuales y personalistas– pondrán a prueba, una vez más, un sistema internacional lastrado por la ineficacia a la hora de lograr amplios consensos globales o de servir como plataformas para resolver disputas", dice la previsión.

La 24ª Brigada Mecanizada de Ucrania, el 21 de noviembre de 2024, disparando un mortero contra posiciones rusas en Chasiv Yar (Donetsk).Press service of 24 Mechanized brigade / EPA / EFE

Proteccionismo y austeridad

Donald Trump también promete terremotos en lo económico. Si en su primer mandato ya decidió retirar a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Acuerdo climático de París, "ahora le precede el anuncio de una guerra comercial en ciernes". China es la diana. 

"La fragmentación geoeconómica ya existente –en 2023 se impusieron cerca de 3.000 medidas de restricción del comercio, casi el triple que en 2019, según el FMI– tendrá que lidiar ahora con una aceleración de la espiral proteccionista si la nueva administración estadounidense cumple su promesa de elevar los aranceles hasta el 60% sobre los productos chinos; hasta un 25% para Canadá y México si no toman medidas drásticas contra el fentanilo o la llegada de migrantes a la frontera estadounidense; y entre el 10% a 20% para el resto de su aliados", enumera el documento. 

"En 2025 la Organización Mundial del Comercio (OMC) cumple 30 años desde su creación y lo hace con una amenaza de guerra comercial en el horizonte que refleja el estado de crisis institucional que bloquea al árbitro del comercio internacional". Nada de cumpleaños feliz. 

¿Cómo se preparan los países? Fortaleciendo sus posiciones a través de una "pluralidad de alianzas". El mundo es cada vez más "plurilateral". India expande sus acuerdos de libre comercio con el Reino Unido y en América Latina. La UE, por su parte, afrontará finalmente, en 2025, una difícil carrera de obstáculos para ratificar el largamente negociado acuerdo con Mercosur, por ejemplo. 

"Además, el trumpismo refuerza esta transaccionalidad: alimenta la posibilidad de alianzas más imprevisibles y la necesidad de adaptación. Entre los que ya han empezado a recalcular objetivos y aliados se encuentra la UE". "A pesar de que la presión estadounidense y el perfil de la nueva Comisión Europea parece anticipar una posición más dura de Bruselas respecto a China en el ámbito económico, tampoco es descartable que veamos nuevas tensiones entre socios comunitarios respecto al grado de flexibilidad de su estrategia de reducción de riesgos (de-risking)"

Preocupa que haya, de nuevo, una retirada estadounidense de los compromisos globales de lucha contra el cambio climático, como ya hizo con el Acuerdo de París. "Avivaría la necesidad de alianzas entre Bruselas y Beijing en este terreno", se prevé. "Asimismo, está por ver si la emergencia de unos países europeos más acomodaticios con esta dependencia geopolítica de China puede abrir una nueva línea de fractura entre los estados miembros". Cuidado, porque la debilidad, de nuevo, del eje francoalemán tampoco ayuda en ese contexto. 

"Ante tanta incertidumbre, vuelven también las recetas de disciplina fiscal", avisan, citando los casos de Brasil, México o hasta Reino Unido. Y está por ver, como en todo lo demás, si Trump aplica lo prometido, el bloque llamado Maganomics, las políticas MAGA económicas. "En Estados Unidos, la implantación de aranceles y la potencial merma de la fuerza laboral como consecuencia de 'deportaciones masivas', unido a las rebajas de impuestos, podrían incrementar la inflación en el país y limitar la capacidad de la Reserva Federal de seguir bajando los tipos de interés. Si bien el control republicano de ambas cámaras legislativas y su mayoría en el Tribunal Supremo puede facilitar la adopción de estas medidas, llevar a cabo las deportaciones se antoja mucho más difícil a tenor de los desafíos legales y logísticos que comporta".

La organización independiente Committee for a Responsible Federal Budget estima que las medidas de Trump podrían incrementar el déficit de manera significativa y situar la deuda en una senda que supere el 140% del PIB en 10 años, desde el 99% actual. "Esto significa que los inversores serán más exigentes a la hora de comprar deuda estadounidense ante el riesgo de una crisis fiscal. También será clave observar si tienen éxito los intentos de socavar las agencias regulatorias independientes o la independencia del banco central".

La previsión del FMI de crecimiento global para 2025 es del 3,2%, una tasa muy similar a la estimada para 2024, pero inferior a la dinámica prepandémica, pero con "diferencias significativas" por regiones. Es de esperar un incremento de la inseguridad económica y una aceleración de la fragmentación de la economía global, donde ya es observable el mayor acercamiento entre países afines, no tanto bloques. Y, por otra parte, "la bajada de los tipos de interés a nivel global permitirá a algunos países de bajos ingresos volver a acceder a los mercados financieros, si bien alrededor de un 15% de ellos se encuentran en situación crítica por sobreendeudamiento y otro 40% corre un gran riesgo de seguir el mismo camino".

Desmantelamiento institucional global

El CIDOB sostiene que "se acelera el desacomplejamiento de este mundo sin normas". Habla de la "erosión de los compromisos" y los "marcos de seguridad internacionales", así como el aumento de la "impunidad", que ahora sumarán más crisis de la cooperación multilateral, que "puede llegar a su punto más álgido si el personalismo toma la delantera y daña, todavía más, los espacios consensuados de resolución de conflictos, esto es, desde Naciones Unidas, a la Corte Penal Internacional (CPI) o la OMC". 

Estamos en un mundo ya de por sí "menos cooperativo y más defensivo", pero ahora el debate sobre la financiación de esta arquitectura institucional post-1945 "puede contribuir a redoblar la debilidad estructural del multilateralismo". EEUU, sin ir más lejos, tiene actualmente una deuda con Naciones Unidas de 995 millones de dólares del presupuesto ordinario y otros 862 para operaciones de mantenimiento de la paz; "el retorno de Trump podría comportar una pérdida aún mayor de financiamiento para la organización, lo que impediría su funcionamiento óptimo", pues el magnate entiende que es una pérdida de dinero. 

En su primer mandato dio algunos tijeretazos, pero ahora promete multiplicarlos. Asusta especialmente lo que pueda pasar con la Agencia de la ONU para los Refugiados (UNRWA), acusada falsamente por Israel de connivencia con Hamás, un señalamiento que llevó a 16 países a interrumpir sus donaciones y hundir a la entidad en una crisis sin precedentes. 

2025 será un año importante para intentar solventar o al menos reducir las actuales desigualdades. En 2023, el 51% de los países con un índice de desarrollo humano (IDH) más bajo no habían recuperado el nivel previo a la COVID-19, versus el 100% de aquellos con un IDH elevado. En este contexto, "será crucial observar los resultados de la IV Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo", que tendrá lugar en España, en Sevilla.

Además, 2024 cerró con el intento de Brasil de buscar un acuerdo, en el marco del G-20, para gravar a las fortunas más grandes del mundo con un impuesto anual del 2% sobre el patrimonio neto total de los superricos, aquellos con un capital superior a los 1.000 millones de dólares. Pero la propuesta de Lula da Silva, de momento, ha quedado en un debate. "Y, aunque Estados Unidos es, de lejos, el país de entre las naciones más industrializadas, donde una proporción mucho mayor de la riqueza y los ingresos nacionales va a parar al 1% más rico, la llegada de la entente Donald Trump y Elon Musk al poder en Washington dificultará, todavía más, las posibilidades de aprobar tal impuesto".

Estremece la enumeración del desmantelamiento de las instituciones y las normas democráticas: Estados Unidos, Georgia, Azerbaiyán, México, Mozambique o Sudán. Lugares en los que se mata a candidatos, se toman las instituciones, se aprueban leyes represoras, se silencia a los opositores. "Los niveles de conflictividad global se han duplicado desde 2020, con un aumento del 22% tan solo en el último año".

El espacio para la paz, por tanto, disminuye: en 2025, la UE finalizará diferentes misiones de capacitación o construcción de paz en Malí, la República Centroafricana o Kosovo, mientras que el número de misiones de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas también se reducirá en África. Lo que pase en Líbano influirá en el futuro de la FINUL, una de las más estables, pero denunciada por Israel.  "En mayo de 2025, se celebrará el VIII Foro Interministerial para el futuro de estas operaciones y la revisión quinquenal de la arquitectura internacional para la construcción de paz, en un momento en que la organización trata de recuperar parte de su relevancia en países presos por la violencia como Haití o Myanmar". 

"Mientras crece la violencia política, la justicia internacional se debilita". En 2024 ha habido ejemplos, como "la división que las órdenes de arresto dictadas por la CPI contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de defensa, Yoav Gallant, han provocado en la comunidad internacional, incluso entre los países europeos que reconocen el alto tribunal". Nadie en Occidente se atreve a ponerle al gato el cascabel de un arresto, cuando Israel es un país amigo y son sus mandatarios los señalados. No ha sido esa la postura cuando la orden de detención iba contra el ruso Vladimir Putin.

"Con Trump en la Casa Blanca, esta situación no mejorará. Si bien la oposición de Estados Unidos a la CPI ha sido tradicionalmente bipartidista, la política de línea dura de la primera administración Trump hacia la Corte fue mucho más allá de la denuncia retórica, traduciéndose en sanciones contra el propio tribunal y sus funcionarios, que la administración Biden levantó posteriormente", auguran.

En la mirada al Sur Global, el CIBOB aprecia que está "geopolíticamente muy movilizado, y en pleno refuerzo de una institucionalización alternativa, que se amplía y gana voz y presencia global, aunque sin un consenso sobre un nuevo orden reformado o revisionista". Si Brasil se prepara para presidir dos foros internacionales estratégicos en 2025, el BRICS+ y la COP 30, África se consolida como "un laboratorio de un mundo multialineado, con el aterrizaje de actores como India, los países del Golfo o Turquía, que ahora compiten con y complementan a potencias tradicionales, como Rusia y China".

En Asia, "se empiezan a intuir algunos procesos de pacificación: desde la reducción de tensiones en la frontera entre China e India, con la retirada de tropas en los Himalayas, al retorno de las cumbres trilaterales entre Corea del Sur, Japón y China, tras cinco años de pausa". 

Jueces y representantes, en la vista de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, el pasado 12 de enero, revisando el caso sobre Israel.Patrick Post / AP

¿Una "tercera era nuclear"?

Hay "un nuevo auge en la nuclearización" y un "recurso constate de la amenaza nuclear como intimidación" en estos tiempos. "Con una arquitectura de seguridad global cada vez más débil, la carrera armamentística internacional avanza acelerada y sin guardarraíles". Según el Stockholm International Peace Institute (SIPRI), tanto la cantidad como el tipo de armas nucleares en desarrollo se ha incrementado durante el último año, a medida que la disuasión nuclear vuelve a ganar terreno en la estrategia de los nueve estados que almacenan o han detonado armas nucleares. "Por todo ello, los riesgos de un accidente o de un error de cálculo seguirán muy presentes en 2025, tanto en Ucrania como en Irán".

Coincidiendo con los 1.000 días de la invasión rusa de Ucrania y la escalada bélica sobre el terreno, Putin impulsó cambios en la doctrina nuclear rusa, reduciendo el umbral para el uso de armas nucleares. Para reforzar su mensaje, el Kremlin amenazó con usar el misil supersónico ruso Oreshnik sobre Ucrania, un proyectil que puede llevar seis cabezas nucleares y viajar a 10 veces la velocidad del sonido. En este contexto, el despliegue de soldados norcoreanos para apoyar a Rusia en el frente ucraniano, a finales de 2024, supone también la implicación de otra potencia nuclear en el conflicto, y abre nuevas incógnitas sobre qué recibirá Pyongyang a cambio. 

Al respecto, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, señalaba el aumento del apoyo ruso al desarrollo de capacidades armamentísticas y nucleares del régimen de Kim Jong-un. "Como resultado, la amenaza de una potencial desestabilización del equilibrio en la península coreana y la vuelta al poder de Trump han reavivado, todavía más, el debate nuclear en Seúl y Tokio, que ya había ido ganando fuerza desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania".

También se pueden producir cambios en la política nuclear de Estados Unidos. El Proyecto 2025, el manual ultraconservador que pretende guiar a la administración Trump, "aboga por la reanudación de las pruebas nucleares en el desierto de Nevada aun cuando detonar una bomba nuclear subterránea violaría el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT, por sus siglas en inglés), que Estados Unidos firmó en 1996". 

"Bajo la primera administración Trump, la industria de las armas nucleares ya experimentó un auge. Esta vez, sin embargo, los expertos consideran que, de llevarse a cabo el programa, ello significaría la acumulación más dramática de armas nucleares desde el inicio de la administración Reagan, hace unas cuatro décadas", dice el CIDOB.

Mientras los dos estados nucleares europeos –Francia y el Reino Unido– también se encuentran en un proceso de modernización del sector, el mundo mira a Irán, pues este será un "año decisivo" para su programa nuclear. "Se aproxima la fecha límite para que las potencias mundiales pongan en marcha el mecanismo de reactivación de todas las sanciones que se levantaron en el acuerdo que ponía freno a la expansión nuclear iraní, el llamado Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés). De momento, Teherán ya ha advertido que, si vuelven las sanciones, Irán se retirará del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). La amenaza alimenta todavía más los factores de riesgo de la escalada bélica en Oriente Medio y la posibilidad de que Israel se plantee atacar instalaciones nucleares iraníes".

Asimismo, se ha reactivado el debate nuclear en Europa, que sigue los pasos de una tendencia global. "Se espera que la producción de energía nuclear rompa récords mundiales en 2025, a medida que más países invierten en reactores para impulsar el cambio hacia una economía global que busca superar el carbón y diversificar las fuentes energéticas". La UE, que se encuentra en un "momento crítico para intentar satisfacer la demanda energética a la vez que impulsa el crecimiento económico", también "vive un nuevo ímpetu del debate nuclear": aproximadamente una cuarta parte de la energía de la Unión es nuclear, y más de la mitad se produce en Francia. En total, hay más de 150 reactores en funcionamiento en territorio comunitario.

Finalmente, Taiwán, pese al fuerte rechazo nuclear tras la catástrofe de Fukushima en su vecindario, también se encuentra en plena reflexión sobre la energía nuclear, en un año donde se cerrará la última central todavía en funcionamiento. 

Choque tecnológico y presión (des)reguladora 

En 2025, la competición tecnológica entre Estados Unidos y China se acelerará aún más. Se seguirá la tendencia de las últimas semanas de la era Biden, que ha reforzado "el escenario de choque entre Beijing y Washington, lo que marcará el nuevo ciclo político". El 2 de diciembre de 2024, la implementación de una tercera ronda de control de exportaciones hacia China, con la colaboración de aliados estadounidenses como Japón o Corea del Sur, "redujo, todavía más, la posibilidad de adquirir diferentes tipos de equipamiento y software para la fabricación de semiconductores". 

China, por su parte, respondió con un veto a la exportación de galio, germanio y antimonio, componentes clave para la producción de semiconductores, y con un mayor control sobre el grafito, imprescindible para las baterías de litio.

Más allá de esta confrontación bipolar, en 2025 "veremos como el proteccionismo tecnológico irá ganando adeptos". "Países del Sur Global han empezado a introducir aranceles contra la industria tecnológica china, aunque con otros objetivos", se explica. Unos tratan de forzar nuevas inversiones chinas en su territorio (Turquía o México) y otros, como Sudáfrica, lo hacen para "proteger a sus productores locales". 

Para Xi Jinping, 2025 será un año para "reevaluar la estrategia que ha permitido a China conseguir el liderazgo en cinco de las 13 áreas de tecnologías emergentes, según Bloomberg: drones, paneles solares, baterías de litio, refinamiento de grafeno y la alta velocidad ferroviaria. No obstante, una década después del inicio del plan Made in China 2025 –su hoja de ruta hacia la autosuficiencia–, el desarrollo y la innovación del sector de los semiconductores en China se ha visto ralentizado, debido a su incapacidad de acceder tanto a chips más avanzados como a la maquinaria para producirlos o a softwares más punteros".

Unos trabajadores chinos producen semiconductores para la industria automotriz en una planta de Binzhou, el 25 de diciembre de 2024.Costfoto / NurPhoto via Getty Images

Está por ver si escala la guerra por los semiconductores, toda vez que Trump acusó a Taiwán de "robar el negocio de los chips" a Estados Unidos. Sin embargo, en 2025, la Taiwan Semiconductor Manufacturing Company Limited (SMC) empezará la producción a gran escala de circuitos integrados en su fábrica del país norteamericano. 

Además, "la influencia de Elon Musk en la Casa Blanca también promete una mayor simbiosis entre Silicon Valley y el Pentágono". "La competición tecnológica y el aumento de los conflictos en el mundo han despertado de nuevo el apetito de las Big Tech por los contratos públicos en el ámbito de la defensa, por lo que, con el retorno de Trump, sus líderes esperan recoger los beneficios de sus inversiones en la campaña presidencial". 

La "hipertecnificación" va más allá del ámbito militar, ya que cada vez atraviesa más sectores de la administración en más países distintos. La entrada en vigor del Pacto sobre Migración y Asilo en Europa, por ejemplo, irá acompañado de la introducción de nuevas medidas de vigilancia tecnológica: "desde el despliegue de drones y de sistemas de IA en frontera, en estados como Grecia, a la modificación del sistema EURODAC –la base de datos de la UE que registra a los demandantes de asilo– para recopilar datos biométricos de personas migrantes. Ello consolidará un modelo de vigilancia y discriminación hacia este colectivo", afirma.

También está por ver el impacto de las nuevas mayorías políticas en Estados Unidos y la UE en materia de gobernanza tecnológica. "Tras un intenso período de creación de regulación y de acción judicial en los tribunales contra el poder monopolístico de las grandes tecnológicas, en 2025 asistiremos a una desaceleración –que no reducción– de la implementación de nuevas medidas contra las Big Tech". 

"Las nuevas prioridades políticas en la Unión, además, pondrán el acento tecnológico en la seguridad por encima de la competencia, y veremos emerger un debate interno sobre la regulación existente, ya sea por si esta puede implementarse de forma efectiva o si ha sido demasiado ambiciosa. Un giro que contrasta con la tendencia reguladora, especialmente en el uso de la IA, que se despliega en el resto del mundo, desde Corea del Sur a América Latina", ahonda.

Finalmente, la ONU ha proclamado el 2025 como el Año Internacional de la Ciencia y Tecnología Cuántica (IYQ, por sus siglas en inglés). La computación cuántica es una rama de la informática que permitirá desarrollar ordenadores más potentes que podrán manejar algoritmos más complejos, lo que ayudará a dar un salto de gigante en la investigación científica, la sanidad, la ciencia del clima, el sector energético o las finanzas. 

"Microsoft y la empresa tecnológica Atom Computing han anunciado que empezarán a comercializar en 2025 su primer ordenador cuántico. Y, a su vez, Google ha presentado también Willow, un chip cuántico que resuelve en cinco minutos una tarea que un superordenador tardaría cuatrillones de años en completar. Esta nueva generación de superordenadores aprovecha el conocimiento de la mecánica cuántica –la parte de la física que estudia las partículas atómicas y subatómicas– para superar las limitaciones de la informática clásica, permitiendo realizar multitud de operaciones simultáneas".

Urgencias climáticas sin liderazgo colectivo

2024 se ha convertido en el año más cálido del que se ha tenido registro. También, el primero en el que la temperatura media ha superado en más de 1,5°C los niveles preindustriales, lo que marca una nueva escalada de la crisis climática y el fracaso de los intentos por mantener la temperatura global por debajo de ese umbral. "Y, sin embargo, la lucha global por la mitigación está cada vez más falta de liderazgo político", dicen los analistas. 

Lo demuestran los debates y los resultados de la COP29 celebrada en Bakú el pasado mes de noviembre, "donde todos los esfuerzos políticos se dedicaron a una sola batalla: la financiación". "Aun así, el compromiso de los países ricos de aportar 300.000 millones de dólares al año para 2035 se considera insuficiente para cubrir las necesidades de los países más pobres y garantizar justicia climática. El coste de la mitigación y la adaptación para los países en desarrollo se estima alrededor de entre 5 y 6,8 billones de dólares hasta 2030. Además, el pesimismo bebe de los hechos: si bien los países desarrollados adoptaron, en 2009, el compromiso de dedicar 100.000 millones de dólares al año para financiar el clima, no se llegó a cumplir con este objetivo hasta el año 2022".

"Si en la COP28 de Dubái se dijo por primera vez que el mundo debía iniciar una transición para dejar atrás los combustibles fósiles, en la COP29 esto ni siquiera se mencionó. 2025 será un año para medir compromisos, tanto financieros como de acción", advierten. 

Activistas protestan contra las "falsas soluciones" de la COP29 celebrada en Bakú, el 14 de noviembre de 2024.Dominika Zarzycka / SOPA Images / LightRocket via Getty Images

"Los países firmantes del Acuerdo de París (2015) deberán presentar los planes de acción nacionales para demostrar que están cumpliendo con los compromisos de mitigación acordados", algo que se espera con ansia. "Esta nueva ronda de contribuciones nacionales tiene su fecha de entrega prevista para febrero, pero es probable que muchos países no lleguen a tiempo y que su nivel de ambición no esté a la altura de lo que la ciencia y la emergencia climática reclaman".

Además, EEUU –segundo emisor mundial de gases de efecto invernadero después de China– "podrían asestar un nuevo golpe a la lucha global contra el cambio climático si Trump decide volver a retirar a su país del Acuerdo de París, como ya hizo en su primer mandato". "Más complicado" lo tendría, sin embargo, para salir de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), el tratado que sustenta dicho acuerdo y las conversaciones multilaterales sobre el clima. Los nombramientos que va adelantado el republicano dan a entender, además, que "va a priorizar los combustibles fósiles frente a los objetivos de energía verde".

También la nueva Comisión Europea "deberá decidir qué papel quiere jugar en este "invierno geopolítico" que frena los esfuerzos para reducir las emisiones que calientan el planeta". "Las nuevas mayorías políticas dificultarán a la UE actuar como un actor unitario en cuestiones climáticas, como se ha puesto de manifiesto recientemente en el Parlamento Europeo con la polémica decisión de aplazar y suavizar la ley europea contra la deforestación. Así, en 2025 veremos como crece la tensión en el seno de la UE para reducir la regulación y los estándares medioambientales", se afirma.

"Mientras el progreso global en la lucha por la mitigación se ralentiza y el liderazgo de Estados Unidos queda vacío, China expande su ambición y su influencia". En 2025 hay "esperanzas puestas en la transición energética china y en su nuevo papel de contribuyente financiero voluntario al acuerdo sellado en Bakú". Según los expertos, el consumo de carbón y las emisiones de CO2 de China podrían alcanzar su pico en 2025 – cinco años antes de su objetivo. Los avances climáticos que alcance China tendrán no solo un impacto evidente para el planeta, sino también para los intereses económicos y energéticos del gigante asiático. 

Según el viceprimer ministro Ding Xuexiang, China ha dedicado 24.500 millones de dólares para la financiación climática global desde 2016. "Con una mayor presión por parte de Bruselas para que China aumente sus contribuciones, es posible que veamos al país asiático tratando de mejorar su imagen mediante un mayor activismo climático este 2025".

No obstante, "los grandes protagonistas en renovables son los países del Sur Global". Según un estudio publicado por el think tank RMI, la adopción de estas tecnologías por parte de países del Sur va a un ritmo y una escala mucho mayor que en los del Norte. La Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que las nuevas instalaciones de energía solar y eólica de estos países han crecido un 60% en 2024, con Brasil, Marruecos y Vietnam a la cabeza, registrando una mayor tasa de adopción de estas energías que parte de Europa y Estados Unidos.

La celebración en 2025 de la COP30 en Brasil, uno de los países más ambiciosos en sus compromisos climáticos, alimenta aún más las expectativas y las esperanzas de un nuevo ímpetu global en la lucha contra el cambio climático, que tenga en cuenta las necesidades y reclamos del Sur Global. 

Género: fin de los consensos

El nuevo año tampoco será el de la igualdad. Incluso peor, "se agrava la polarización entorno a los consensos de género". "Mientras las agendas conservadoras ganan terreno político, los acuerdos internacionales que, desde las últimas décadas, han permitido avanzar en la igualdad de género, vuelven a discutirse", avisan los analistas. 

Habrá dos hitos importantes, pero insuficientes para cambiar dinámicas: el 30.º aniversario de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, adoptada tras la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (1995), y el 25.º aniversario de la Resolución 1325 (2000) del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre Mujeres, Paz y Seguridad (MPS). 

"La conmemoración de ambos acuerdos, adoptados en un momento marcado por el optimismo y los éxitos de movimientos feministas transnacionales, invitarán a reflexionar sobre los consensos perdidos, los retos existentes y la falta de voluntad política para llegar a su total adopción e implementación". No hay mucha esperanza cuando, este año también, el Foro Generación Igualdad, iniciado en 2021 para la celebración de los 20 años de la Resolución 1325, que busca alcanzar avances consolidados en los derechos de las mujeres y niñas en cinco años, "tendrá que dar cuentas de sus compromisos no alcanzados". Según la asociación Population Matters, uno de cada tres países no ha realizado ningún avance en materia de género desde 2015, y la situación de las mujeres ha empeorado en 18 países, especialmente en Afganistán y Venezuela.

"La dificultad de encontrar nuevos consensos, liderazgos y voluntad política se hace patente en el intento de adoptar nuevos planes internacionales para proteger los derechos de mujeres y niñas". Según los datos de WILPF, el 30% de los Planes de Acción Nacional (PAN) para la implementación doméstica de la Agenda MPS expiraron hace más de dos años, y las estrategias nacionales de 32 países u organizaciones regionales finalizarán entre 2024 y 2025, lo que abrirá una incógnita sobre su actualización y renovación en un contexto internacional marcado por la conflictividad, el auge de la extrema derecha y la polarización entorno al género. 

En 2025, también finalizarán dos acuerdos para promover la igualdad de género que deberán ser renegociados: la Estrategia de Igualdad de Género del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Plan de Acción en materia de Género III (GAP III, por sus siglas en inglés) de la UE. En este último caso, se hace difícil vislumbrar una Comisión tan comprometida con la igualdad de género como fue el primer mandato de Ursula Von der Leyen, durante el cual se adoptó la Directiva para la Violencia contra las Mujeres o se completó la adhesión de la UE al Convenio de Estambul. 

"Sin embargo, en los primeros pasos de su segundo mandato, se empiezan a entrever las dificultades para seguir por la misma senda. Si bien en su presentación de las líneas políticas para la nueva Comisión, Von der Leyen declaró su compromiso con la igualdad de género y el colectivo LGBTIQ, el equipo de comisarios propuestos por los gobiernos de la Unión ya ha desafiado su voluntad de liderar una Comisión paritaria". De los 27 miembros del ejecutivo de Bruselas, solo 11 son mujeres –incluyendo a la propia presidenta y a la Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, la estonia Kaja Kallas. Además, la figura de la Comisaria para la Gestión de Crisis y para la Igualdad –competencia que fue introducida por primera vez en 2019–, como su cargo indica, ahora también se encargará de la gestión y prevención de crisis, diluyéndose, así, el énfasis en el ámbito de la paridad de género. 

Una mujer sostiene una pancarta por los derechos de las mujeres en una marcha por el Día Internacional de la Mujer, el 9 de marzo de 2024, en Madrid.Miguel Candela / SOPA Images / LightRocket via Getty Images

Asimismo, con un Parlamento Europeo más derechizado y con un mayor número de gobiernos comunitarios liderados por formaciones de extrema derecha y antifeministas, difícilmente se podrá avanzar en medidas progresistas.

En este contexto, el retorno de Trump "augura otro duro revés para la igualdad de género, especialmente en el ámbito de los derechos para la salud sexual y reproductiva". "La llegada al poder de candidatos republicanos siempre va acompañada de la recuperación de la llamada política de Ciudad de México (también conocida como Global Gag Rule), que impone serias restricciones internacionales a los derechos de salud sexual y reproductiva". 

Se trata de una política que "prohíbe a las ONG del sector de la salud ofrecer servicios de aborto legal y seguro e, incluso, hacer activismo para la reforma de leyes contra la interrupción voluntaria del embarazo en sus propios países si reciben financiación estadounidense –aunque lo hagan con sus propios fondos". Pero esta restricción "no sólo se queda en el ámbito de la ayuda al desarrollo". Entre otras medidas que recoge, de nuevo, el Project 2025, "se incluye la eliminación de lenguaje para la igualdad de género, la orientación sexual y la identidad de género, o la protección de derechos de salud sexual y reproductiva en futuras resoluciones de Naciones Unidas, pero también en la política y las regulaciones domésticas de Estados Unidos".

Países que sú han peleado por las mujeres como Suecia, Canadá, Francia o Alemania, se han concentrado en "la inestabilidad política doméstica" y ven cómo se complica lograr amplias mayorías para ratificar las legislaciones y proyectos que se estaban emprendiendo. Una "involución". 

"Tras las elecciones estadounidenses, el acoso y la misoginia han ido copando las redes sociales con comentarios como "Tu cuerpo, mi decisión" (your body, my choice), con un incremento de hasta el 4.600% de este mensaje en Twitter/X. La violencia cibernética contra las mujeres está al alza: según un estudio de 2023, alrededor de un 98% de las deep fakes son pornográficas y afectan a mujeres. Dichos escándalos se han multiplicado con la IA, abriéndose un debate sobre la regulación y posible criminalización de estos casos", concluyen.

Deportación de migrantes y derechos

2025 será un año de deportaciones. Lo será a nivel discursivo y operativo. "La inmigración ha sido la piedra angular de la carrera política de Donald Trump y, en su segunda campaña presidencial, prometió ejecutar la mayor deportación de la historia". ¿Cómo se llevará a término? "Está por ver si asistiremos a deportaciones escenificadas, o cuál puede ser el impacto real en el mercado laboral estadounidense de una política que, según múltiples estudios, no es un juego de suma cero en favor de los trabajadores autóctonos: porque los inmigrantes no regularizados trabajan en ocupaciones diferentes a los nacidos en Estados Unidos, porque crean demanda de bienes y servicios, y porque contribuyen a la salud fiscal del país a largo plazo". 

Asimismo, "hay dudas sobre la sostenibilidad económica de este tipo de políticas, sobre todo ante la perspectiva del crecimiento de flujos y el aumento dramático en el número de deportaciones que ya ha habido en Estados Unidos desde la pandemia (de unas 300.000 personas al año)". No obstante, la victoria de Trump disparó en la bolsa el valor de empresas que se dedican a deportar migrantes, al monitoreo o la vigilancia de la frontera, así como a la gestión de centros de reclusión. "La industria de la deportación va al alza".

Además, la deportación ya no es únicamente un instrumento del Norte Global. "Irán se plantea deportaciones masivas de afganos; el sistema de deportación turco se ha reforzado con cientos de millones de euros provenientes de la UE; y también Túnez está llevando a cabo «expulsiones colectivas» ilegales de inmigrantes con fondos de la Unión. Por su parte, Egipto aplica, desde hace meses, detenciones masivas y devoluciones forzadas de refugiados sudaneses". Los débiles lo pagan en cualquier lugar del mundo.

A nivel europeo, en 2025 los estados miembros de la UE tienen que presentar sus planes nacionales de implementación del nuevo Pacto sobre Migración y Asilo. Su entrada en vigor está prevista para 2026, pero "España ha pedido que las nuevas herramientas en materia de control de fronterizo y de reparto de personas migrantes puedan empezar a usarse ya el próximo verano". 

Sin embargo, "el pacto nace ya impugnado por algunos estados miembros, que piden reemplazarlo por un modelo que permita el traslado de los migrantes a centros de internamiento situados en países extracomunitarios considerados seguros". 

Un grupo de migrantes llega al puerto de Roccella (Italia), tras ser rescatados por sus servicios de emergencia, el 29 de septiembre de 2024.Valeria Ferraro / SOPA Images / LightRocket via Getty Images

En este sentido, la decisión de Italia, el pasado agosto, de abrir dos centros de este tipo en Albania, "aunque acabó en un sonoro fracaso judicial para el Gobierno de Giorgia Meloni, fue un claro adelanto de la creciente tensión existente entre política y estado de derecho". En este contexto, además, "en 2025 los jueces pueden empezar a notar con mayor intensidad la falta de herramientas para la protección de los derechos de asilo y refugio, en un contexto global que lleva años finiquitando la protección internacional. La guerra en Gaza –que en su primer año ha llevado al desplazamiento forzoso del 85% de su población– ilustra el fracaso estrepitoso del derecho internacional, tanto en el ámbito humanitario como en el del asilo".

"El miedo, como dinámica que impregna políticas, tanto en el campo migratorio como en las relaciones internacionales, ganará terreno en 2025". Por eso, la escenificación de la deportación se ha convertido en un instrumento simbólico de disuasión. "La criminalización del migrante –que se siente señalado– y el discurso de la carga social que explotan determinados gobiernos con una agenda de recorte público, marcan la pauta en un sistema internacional cada vez más obsesionado por la protección de las fronteras y menos interesado (y equipado) en garantizar una migración segura y regular".

Militarización de la inseguridad

"En este mundo de instituciones débiles, se multiplican los resquicios por los que se cuela y expande el crimen organizado, afirma el CIDOB. "Las redes que articulan y coordinan la delincuencia constituyen negocios multimillonarios, transnacionales, con jerarquías y alianzas estratégicas". 

"Mientras el orden global se fragmenta, la geopolítica de las mafias evoluciona con nuevos actores y un cambio de metodología: en lugar de competir, los grupos del crimen organizado están cooperando cada vez más, compartiendo elementos de las cadenas de suministro globales para el tráfico de drogas y personas, los delitos ambientales, la falsificación de medicamentos o la minería ilegal –que en algunos países, como Perú o Colombia, generan igual o más dinero que el narcotráfico–", se expone. 

Redes globales que van de China a Estados Unidos y de Colombia a Australia, a través de "narcosubmarinos", explican la diversificación de negocios y escenarios; pero también su capacidad de penetrar estructuras de poder y erosionar el estado de derecho, porque se dan en un contexto de incremento de la corrupción de los estados y de sus sistemas judiciales y de seguridad.

También en Europa. Ciudades portuarias como Marsella, Roterdam o Amberes son puntos de llegada e incautación de droga. Por ejemplo, "la delincuencia organizada es el mayor reto al que se enfrenta actualmente el Gobierno sueco, con 195 tiroteos y 72 atentados con bombas, que se han cobrado 30 vidas solo en este último año". 

"Con la globalización, esta nueva realidad hiperconectada ha llegado, incluso, a las islas del Pacífico, que ahora ocupan un lugar más destacado en el tablero estratégico internacional por la proliferación de compromisos comerciales, diplomáticos y de seguridad. Ello ha transformado también el panorama criminal de la región, con la presencia de las tríadas y los sindicatos asiáticos, los cárteles de América Central y del Sur, y bandas de moteros ilegalizadas en Australia y Nueva Zelanda".

Según el Índice Global de crimen organizado, por lo menos el 83% de la población mundial vive en países con niveles elevados de criminalidad, cuando en 2021 era el 79%. "Si el crimen organizado es uno de los ganadores de este nuevo orden fragmentado, con el aumento de la violencia se han impuesto también las políticas de securitización". En América Latina, por ejemplo, la apuesta clara por la militarización de la seguridad, –buscando soluciones nacionales (de contención de la violencia) a lo que es un desafío transnacional– ha favorecido respuestas de "mano dura".

Presuntos miembros de la violenta pandilla MS-13, detenidos en el condado de Los Ángeles (EEUU), en una imagen de archivo.Irfan Khan / Getty

"El mundo se rearma", es otra de las declaraciones en firme del informe. "Con el aumento de la conflictividad, como las guerras en Ucrania y Oriente Medio, también crecen los ingresos por ventas de armas y servicios militares". Según el SIPRI, 2025 será el año con más gasto militar desde hace mucho tiempo. "En este escenario, la presión sobre los países miembros de la OTAN para aumentar su gasto en defensa vivirá un nuevo momento de tensión con el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, pero también por la propia imprevisibilidad del contexto internacional". 

En los próximos meses, la Alianza Atlántica deberá gestionar distintas fracturas internas: por un lado, por la demanda para aumentar el gasto en Defensa al 3,5% del PIB; i, por otro, por las diferencias entre aliados en cuanto a las estrategias utilizadas contra Rusia. Países como Polonia o los del Báltico reclaman una postura más agresiva contra Moscú, mientras que otros miembros, como Hungría o Turquía, buscan mantener un enfoque más neutral. Esto podría complicar la formulación de una estrategia unificada frente a las amenazas de Rusia y a los futuros escenarios geopolíticos en Ucrania. 

Además, Trump desafió en campaña el compromiso de defensa mutua que garantiza el artículo v del Tratado de la OTAN. "Si la nueva administración estadounidense adopta una postura más aislacionista, los aliados europeos podrían cuestionar la fiabilidad de Estados Unidos como pilar de su seguridad. También crece en la UE la preocupación por el riesgo percibido sobre ciertos componentes esenciales o sobre las infraestructuras de cableado submarino, que son críticos para la conectividad y la economía global, especialmente después de distintos episodios de supuestos sabotajes como los registrados en el mar Báltico estos últimos meses", dice.

Finalmente, la creciente militarización de la periferia marítima de China también está generando nuevos temores securitarios en el continente asiático. Los comunistas promueven, cada vez con más vehemencia, "una visión chinocéntrica en el Indopacífico". Ello "hace temer que, para este 2025, se produzca un aumento de la agresividad en la estrategia china de convertir Asia Oriental en su esfera de influencia exclusiva".

En este contexto, "la aceleración geopolítica multiplica los interrogantes tanto para los analistas como para los propios actores de las relaciones internacionales. El mundo "se debate entre la gesticulación de los nuevos liderazgos, los escenarios cambiantes que están redibujando conflictos enquistados, y una rivalidad chino-estadounidense que puede derivar en una guerra comercial y tecnológica a corto plazo". 

Ante este horizonte, "los esfuerzos de multialineamiento que muchos países del mundo intentan desplegar, con la seguridad como núcleo central, se vuelven cada vez más complejos a medida que arrecia la confrontación entre las grandes potencias globales".

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Licenciada en Periodismo y especialista en Comunicación Institucional y Defensa por la Universidad de Sevilla. Excorresponsal en Jerusalén y exasesora de Prensa en la Secretaría de Estado de Defensa. Autora de 'El viaje andaluz de Robert Capa'. XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla.